Las 7 principales tendencias que determinarán la gestión de personas en 2023

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Actualizado 10 | 01 | 2023 10:23

Entender y asimilar el contexto económico y social y saber adaptar las decisiones empresariales a las nuevas necesidades es fundamental para el buen funcionamiento y evolución del negocio. Para ello, la forma de liderar y de gestionar los equipos se va transformando a medida que se transforman las sociedades, y se necesita una visión estratégica de las metodologías y herramientas que favorezcan en cada momento el perfecto engranaje entre las personas y los procesos que dan forma a la compañía.

La consultora española Watch&Act ha identificado estas siete tendencias que determinarán la gestión de equipos en este nuevo año 2023:

  1. Liderazgo adaptado a un entorno BANI. Este concepto se utiliza para describir el contexto global de confusión e incertidumbre heredado tras la pandemia. Es el acrónimo del inglés Brittle (frágil), Anxious (ansiedad), Non linear (no lineal), Incomprehensible (incomprensible), reflejo de un entorno impredecible y ambiguo que se puede desestabilizar en cualquier momento, lo cual genera inseguridad. Por eso, el buen líder deberá impulsar equipos resilientes y flexibles al cambio y mantener una gestión personalizada de los equipos. Además, debe fomentar la innovación y aplicar metodologías que favorezcan la agilidad en la forma de trabajar.
  2. Prevención de riesgos psicosociales. Sin duda, este es el gran reto que la sociedad en su conjunto debe afrontar en los próximos años. Ayudar a mantener el equilibrio y la salud mental de una sociedad cada vez más sujeta a estrés, a presiones y a niveles de exigencia emocional superiores es complicado, y requiere altas dosis de personalización. Supone la capacidad de las organizaciones de estar atentas a lo que sienten y viven sus empleados, de responder a sus necesidades de manera individual (no todo el mundo tiene los mismos problemas ni requiere las mismas soluciones) y de establecer dinámicas de escucha y relación capaces de prevenir el deterioro antes de que se produzca.
  3. Escucha activa del cliente y del empleado. Este es uno de los aspectos que, sin duda, más van a crecer en 2023. Las empresas han de estar muy atentas a lo que pasa a su alrededor y en su interior. Tener la capacidad de captar todo ese flujo de sentimientos y de experiencias de clientes y empleados, de analizarlo de manera automática e inmediata y, lo que es más importante, de tomar decisiones en tiempo real, vinculando ambos mundos, acompasando sus vivencias y las reacciones de la empresa, es ya algo que está marcando las diferencias entre competidores. En el futuro, disponer de la tecnología y la metodología para gestionar este elemento será imprescindible.
  4. Gestión de entornos híbridos. La vuelta a la presencialidad ha de equilibrarse con la práctica del teletrabajo. Los empleados demandan cada vez más poder organizar su tiempo, aprovechándose de las capacidades de la tecnología y de la experiencia del COVID. Pero sigue faltando en muchas empresas una auténtica revisión en este sentido de las políticas de RR.HH. y un proceso de adaptación a este entorno, en el que no solo se incluye el horario, sino también la forma de trabajar, las dinámicas de relaciones de los equipos, la técnica en la gestión de equipos remotos o distribuidos por parte de los mandos y directivos, la forma de evaluar y controlar, las herramientas de gestión, etc.
  5. Pontenciación del talento de la empresa. Es tiempo de apostar por un auténtico programa estratégico de reskilling upskilling, que va mucho más allá de la tradicional formación. Se trata de preparar a los equipos para el futuro deseado por la organización, de que adquieran las competencias necesarias para pasar al siguiente nivel. El proceso de análisis de este “viaje”, la detección de las necesidades a cubrir y la capacidad de anticipar el punto de destino son los auténticos hitos del proceso, y no solo los cursos o las formaciones en las que se debe materializar. Equipos capacitados, enfocados en el futuro y adaptándose continuamente son las palancas necesarias para una gestión eficaz.
  6. Impulso de las soft skills. La tecnología ha asumido y asumirá cada vez más protagonismo en las organizaciones. Y también la diferenciación, el cambio y la creatividad serán cada vez más necesarias para cumplir con los objetivos estratégicos de las empresas. En este contexto, es importante poder identificar las destrezas más relevantes de cada persona o para cada función, y poner fin al modelo rígido de competencias asociadas al puesto, sustituyéndolo por un modelo flexible y dinámico de skills deseables por función y persona. Será necesario invertir en tecnología para definirlo y gestionarlo, y la Inteligencia Artificial desempeñará un papel clave en ese proceso.
  7. Fomento del compromiso de los empleados. En entornos inciertos, flexibles, dinámicos y en los que las emociones y la experiencia son fundamentales, el compromiso de los empleados con el proyecto empresarial y la gestión de ese compromiso son cada vez más importantes. La clave está en pasar de la información que nos ofrecen las herramientas actuales (encuestas de clima, etc.) a auténticos modelos de gestión que permitan identificar los aspectos que construyen compromiso, aquellos que restan y cómo tratarlos a nivel de equipo y de mando operativo en la empresa. La experiencia y la visión que de este modo se adquiere sobre la empresa supone claramente un antes y un después.

“Sin duda, en 2023 asistiremos también a la consolidación de los datos como materia prima imprescindible para la toma de decisiones y el diseño de la estrategia de negocio. Avanzaremos en la automatización de procesos y tareas y en la capacidad de autoservicio para liberar a los empleados de la presencialidad. Y aumentará el protagonismo de las personas como elemento clave de la empresa y se les dotará de mayor capacidad de decisión”, añade Ángel Luis Gilsanz, director de Personas y Organización de Watch&Act.

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