La mayoría de las startups fracasan. Sin duda, una de las principales razones de ello es la falta de experiencia. Como fundador primerizo, es inevitable que cometas errores fácilmente evitables. Esto podría conducir a una gran cantidad de tiempo, esfuerzo y capital desperdiciados. Y en la mayoría de los casos, una startup en etapa inicial no tiene la capacidad adicional para sobrevivir a tales ineficiencias.
La experiencia marca una gran diferencia: los emprendedores de 60 años tienen 3 veces más probabilidades de construir una startup exitosa que los fundadores de 30 años. Además, los fundadores con al menos un éxito empresarial anterior tienen un 50% más de posibilidades de tener éxito en una nueva empresa en comparación con los fundadores primerizos (tasa de éxito del 30% en comparación con la tasa de éxito del 18%).
Si bien es posible aprender leyendo libros y artículos sobre el tema, no es un método infalible para evitar errores de inicio. La mayoría de los problemas son específicos de cada caso y, si no tienes la experiencia, sería difícil aplicar prácticamente las lecciones generales que has obtenido al consumir contenido.
Esta es la razón por la cual es invaluable obtener asesoramiento especialmente diseñado para tu problema específico de una persona con experiencia práctica en llevar proyectos de cero a uno.
Según una encuesta de UPS, el 70% de los propietarios de pequeñas empresas que reciben tutoría sobreviven durante cinco años o más. Esto es el doble de la tasa de supervivencia de los fundadores que no reciben tutoría.
Entonces, aquí hay algunas razones por las que los mentores pueden agregar mucho valor a tu proyecto:
- Orientación. En primer lugar, un mentor experimentado está bien versado en los principios básicos de las nuevas empresas. Si bien, como nuevo fundador, es posible que no seas un experto en pensar y validar empíricamente tus ideas, estos son conceptos básicos para los veteranos de las empresas emergentes. Un buen mentor te ahorraría mucho tiempo al indicarte la dirección correcta desde el comienzo de tu viaje de inicio.
- Acceso a una red profesional. Si bien lo que sabes es vital, a quién conoces es igual de importante. Como recién llegado al mundo de los negocios, es probable que tu red profesional no esté aún desarrollada. Esto podría dificultar llegar a empleados, socios, inversores o incluso clientes potenciales, lo que ralentizaría tu crecimiento. Un mentor bien conectado puede resolver este problema y presentarte a personas que pueden agregar mucho valor a tu proyecto.
- Credibilidad. Ponerte en contacto con las personas adecuadas es solo la mitad de la batalla. Después de llegar a ellos, debes convencerlos del potencial de lo que estás haciendo y de tus posibilidades de éxito. Esto es muy difícil de hacer por tu cuenta, ya que tu falta de experiencia hace que tu opinión sea menos creíble. Afortunadamente, el apoyo de una persona con una sólida reputación puede resolver este problema.
- Apoyo emocional. La experiencia del mentor es útil no solo para la orientación racional sino también para el apoyo emocional. A diferencia de la mayoría de las personas en tu vida, un fundador experimentado sabrá lo difícil que puede ser llevar un proyecto de cero a uno. Cuando las cosas se ponen difíciles, se vuelve invaluable tener una persona que te entienda y te apoye en el camino e incluso te empuje hacia adelante cuando sea necesario.
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