Cuando trabajamos, lo ideal es que nuestra mente esté despejada y centrada en las obligaciones profesionales, y precisamente algo semejante debe ocurrir con el espacio de trabajo.
Para que esto ocurra, es necesario incorporar pequeños elementos que ayuden a eliminar el ambiente puramente corporativo e ir hacia un espacio más personal y confortable que ayude a desempeñar las responsabilidades diarias de forma cómoda.
Y es que la armonía del espacio es un fenómeno que ha sido estudiado a lo largo de los años, así como un aspecto perseguido por gran parte de la población mundial.
La popular filosofía del Feng Shui es solo uno de los muchos métodos que existen en términos de decoración, con el objetivo principal de buscar el equilibrio de una persona mediante la distribución y orientación de los espacios de uso diario. Así pues, con el paso del tiempo, disciplinas como la psicología ambiental han ido instaurándose como corrientes a seguir para poder optimizar los espacios de trabajo con tal de aumentar la productividad.
Dicha disciplina consiste en el estudio de la interrelación entre los ambientes y el comportamiento humano. Por ello, conscientes de la importancia que tiene el entorno en cualquier rutina de trabajo, el equipo de Sowo, nos señala algunos consejos con los que crear tu lugar de trabajo ideal para así disminuir el estrés, aumentar la motivación, fomentar la creatividad y garantizar un bienestar mental, que sin duda alguna, impactará de forma directa en nuestro día a día.
- Luz: La luz natural se convierte en el mejor aliado para el ser humano. Por ello, lo mejor es que nos ubiquemos en una zona de trabajo que esté cerca de una ventana donde la iluminación principal sea a través de esta. Y es que no solamente nos entrará una luminosidad única y potente, sino que tomaremos consciencia del paso del tiempo. En el caso de no ser posible, la alternativa es iluminar la zona de trabajo mediante luces claras como fosforescentes o bien lámparas opacas que permitan traspasar la luz sobre la zona. Así lograremos obtener un espacio que percibamos como agradable a la hora de trabajar donde la tonalidad clara, visible y blanca sea un foco en el cual estar concentrados sin un sobreesfuerzo. Además, otra recomendación práctica para cuando el sol vaya cayendo y la luz se vaya atenuando, es incorporar algún foco de luz adicional.
- Mobiliario: El A B C de cualquier lugar de trabajo, ya sea en casa, en un coworking, o en una oficina, es contar con unos muebles que sean ergonómicamente adecuados y adaptados al cuerpo. De este modo lograremos que nuestro cuerpo no sufra molestias causadas por las jornadas laborales, así como evitar distracciones causadas por la incomodidad. Sin embargo, tan importante es el cuidado de la espalda con una correcta silla, como el cuidado de otras zonas corporales como las cervicales, los hombros e incluso los brazos y piernas. Para todo ello, una buena mesa que se adecue a la altura de nuestro cuerpo y un teclado junto al ordenador que estén correctamente posicionados, nos permitirá no forzar la zona cervical ni los brazos.
- El sonido: Aislarse del exterior no tiene por qué ser solamente una tarea propia de la meditación o del momento de descansar, sino que es un elemento imprescindible a tener en cuenta para garantizar una inmersión total en las tareas. Para ello, si no podemos contar con unas paredes aislantes, una muy buena opción es incorporar tapones para los oídos o incluso auriculares inalámbricos de cancelación de ruidos, una opción perfecta para los amantes del silencio.
- Decoración: Incorporar toques personales en los espacios de trabajo mediante la decoración, ayudará a uno mismo a hacer realidad esa frase tan sonada, el “encontrarse como en casa”. Los objetos, sin embargo, no deben de ser los protagonistas en este espacio, ya que no debemos olvidar que menos es más, y que no hay lugar para el desorden. Por este motivo, imágenes e incluso alguna que otra figurilla, pueden ser buenas opciones a tener en cuenta.
Como vemos, encontrar el equilibrio para el espacio de trabajo ideal no es tarea fácil, sin embargo sí podemos lograrlo teniendo en cuenta no solamente el mobiliario, la luz, el sonido, o la decoración, sino que además podemos jugar con aspectos más tangibles como son el orden o el color. Así pues, en cuanto colores es aconsejable no mezclar tonos de mucho contraste entre ellos, como puede ser el blanco y el negro, o colores complementarios: amarillo y violeta, azul y naranja o bien el rojo y el verde. En contraposición, una muy buena opción es optar por colores de tonalidad neutra, clara y con algún que otro toque de fríos y saturados.
En lo que se refiere al orden, no debemos olvidar que el entorno influye de forma directa en la percepción del trabajo. Por este motivo, es importante apostar por una zona que sea visualmente limpia y sin demasiados objetos esparcidos por la zona. Un buen consejo es que tras cada jornada laboral, nuestra zona quede recogida sin ningún rastro de papel o cable sobre la zona.
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