Piensa en el mejor jefe que hayas tenido. ¿Cómo era? ¿Qué lo hizo tan grande? Lo más probable es que su «factor X» fuera una encarnación de los rasgos clave de liderazgo, que inspiraron, motivaron y empoderaron a todos los que lo rodeaban. Son estos rasgos los que transforman a los líderes mediocres en destacados.
Si bien parece que algunas personas nacieron naturalmente para liderar, puedes aprender, desarrollar y fortalecer las habilidades de liderazgo con la práctica. A continuación, exploramos los rasgos y estrategias de liderazgo efectivo para perfeccionar tus habilidades de liderazgo.
- Comunicación. Tu capacidad para liderar a menudo depende de lo bien que puedas comunicarte, ya sea con colegas, superiores o las personas que diriges. Incluso los mejores instintos, intenciones e ideas no significan mucho si no se pueden transmitir o articular cuidadosamente. Debes poder hablar con claridad y sinceridad, con accesibilidad y disposición para brindar más explicaciones según sea necesario. La comunicación experta es una de las mejores maneras de inspirar y conectarte con las personas que lideras. Por eso la comunicación es uno de los mejores rasgos de liderazgo que puedes desarrollar.
- Integridad. Los líderes efectivos lideran con buena voluntad e intenciones honestas, y hacen un esfuerzo consciente para cumplir con las expectativas que se fijaron. Eso hace que la integridad, la combinación de buena fe y compromiso, sea un elemento básico del repertorio de todo líder ejemplar.
- Valores. De manera similar al punto anterior, éste tiene que ver con la buena voluntad e intenciones de los líderes efectivos. Los mejores líderes tienen conciencia: tienen estándares por los que viven e incorporan esos valores en la forma en que se comportan.
- Visión. Los mejores líderes no improvisan cada decisión que toman sin ningún tipo de estrategia u objetivo subyacente. Los líderes efectivos deben poder tomar decisiones reflexivas sobre la marcha, pero también trazar una trayectoria preferida para ayudar a informar cómo se comportan y guían a sus equipos.
- Pasión. Los mejores líderes invierten en lo que hacen: tienen un interés personal en su trabajo y un interés personal en su éxito y en el de su equipo. La pasión alimenta la inspiración. Si deseas que tu equipo trabaje lo mejor que pueda, debes demostrar que estás haciendo exactamente eso.
- Confianza. Si solo te comprometes a medias con tus ideas y cuestionas cada llamada que haces, las personas a las que diriges se darán cuenta y estarán tan inseguras de tu liderazgo como tú de tu toma de decisiones. Por eso la confianza es clave. Debes cultivar la confianza con tu equipo si quieres ser un líder eficaz; eso comienza con la confianza en ti mismo.
- Curiosidad. Los mejores líderes nunca se conforman con lo que ya saben: siempre buscan nuevas oportunidades de aprendizaje. Hacen preguntas y escuchan activamente las respuestas. Si quieres ser un líder eficaz, debes mantener la mente abierta y perfeccionar constantemente tus habilidades. Y no discrimines cuando se trata de aprender: la verdadera curiosidad es estar dispuesto a presentar ideas y conocimientos de todos.
- Positividad. La positividad y la productividad van de la mano. Las personas son más efectivas en lo que hacen cuando están comprometidas y entusiasmadas. Ser un faro de positividad saca lo mejor de las personas que lideras. Da ejemplo manteniéndote motivado y optimista tanto como sea posible.
- Competencia. Al igual que otros puntos enumerados, este se basa en la confianza. La gente no confía en alguien que no puede cumplir con sus propias responsabilidades. Debes ser excepcional en tu trabajo para que las personas a las que diriges te tomen en serio; nunca les des ninguna razón para dudar de por qué estás a cargo.
- Empoderamiento. En muchos sentidos, el liderazgo es el proceso de elevar a quienes te rodean: así es como los equipos finalmente se unen para perseguir objetivos comunes de manera más efectiva. Los mejores líderes toman acciones como reconocer hitos y logros. No miman a las personas que lideran, pero tampoco las socavan ni las menosprecian.
- Empatía. Los mejores líderes están dispuestos a considerar prácticamente todas las perspectivas que sus colegas y miembros del equipo aportan, abordando esos puntos de vista y circunstancias con empatía. Ser capaz de ponerte en el lugar de los demás es fundamental para generar confianza y, en última instancia, obtener más de las personas con las que trabajas.
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