Si bien el viaje del liderazgo tendrá sus altibajos, si lo aceptas, es una oportunidad de aprendizaje constante y una fuente de crecimiento

4 tácticas de liderazgo que generan confianza

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Actualizado 07 | 12 | 2020 13:38

Liderazgo

El arte del liderazgo nunca se domina del todo. El liderazgo no es un destino, es un proceso: una práctica sin fin que tarda años en desarrollarse y que en cualquier momento puede parecer un gran fracaso.

Todos, en un momento u otro, olvidamos cómo ser grandes líderes. Las habilidades sociales son lo que más importa; no se trata de que te vean como la persona a cargo, de vestirte de cierta manera o de recordarles a las personas que te rodean que eres el que toma las decisiones finales. Se trata de aprender a comunicarte de una manera en la que otras personas confíen.

Cambia tu estilo de retroalimentación para que la gente sepa que lo dices en serio

Si dices «Buen trabajo» a todas las personas con las que trabajas por cada cosa que hagan, esas palabras perderán su significado.

El liderazgo eficaz no se trata de lanzar alabanzas a la gente todo el día. De hecho, los estudios han demostrado que es la retroalimentación “negativa” (cuando te comunicas de manera apropiada) la que termina siendo más útil para las personas, no necesariamente un refuerzo positivo. Las personas quieren aprender y crecer, y se sienten desafiadas a ser mejores hoy que ayer, por lo que encontrar formas de facilitar ese crecimiento dando retroalimentación constructiva es una habilidad blanda crucial para aprender.

El método “positivo, constructivo, positivo” es fundamental. Pero también lo es tener conversaciones regulares y honestas que terminen con pasos prácticos.

Recuerda: una cosa es criticar. Otra es dar retroalimentación constructiva con un camino hacia la mejora.

Siempre que algo salga mal, primero asume la responsabilidad

Cada vez que algo sale mal, en última instancia, la responsabilidad se acaba contigo. Como propietario o CEO de la empresa, cualquier cosa que suceda es tu responsabilidad.

En posiciones de liderazgo, puede ser fácil caer en la mentalidad de «ser la víctima». Si una serie de cosas salen mal, es posible que empieces a sentir que estos obstáculos están fuera de tu control. Pero darle a este tipo de mentalidad cualquier cantidad de atención significativa solo empeora el problema porque empezarás a ver todo lo que sucede de esta manera.

En cambio, es importante que seas el primero en asumir la responsabilidad. No importa lo que suceda, incluso si claramente no es tu culpa, es importante que te tomes un momento para cuestionar el papel que desempeñaste. Quizás has estado más ausente de lo normal. Tal vez estabas ocupándote de otros problemas, lo que te distrajo. Tal vez has estado tan ocupado que las cosas se te escaparon.

Sea lo que sea, los grandes líderes predican con el ejemplo y son dueños de lo que trajeron a la mesa antes de criticar a los demás.

Permite que otros cometan sus propios errores

La microgestión de personas rara vez es eficaz. La razón es que las personas necesitan cometer sus propios errores para aprender. Obviamente, debes asegurarte de que esos errores ocurran en un entorno controlado, pero tu objetivo es llevar a las personas a un lugar donde se sientan cómodas y confiadas operando por su cuenta. Así es como haces que alguien pase de ser solo un empleado a un miembro real del equipo.

Esto requiere mucha paciencia de tu parte. Tienes que tomarte el tiempo para enseñar, entrenar y guiar a la otra persona. Tienes que estar ahí para recuperarla cuando algo salga mal. Sobre todo, debes estar de acuerdo con el hecho de que cometerá errores en el camino, y recordar simultáneamente que el coste a corto plazo vale su conocimiento e independencia a largo plazo.

Reflexiona activamente sobre ti mismo y solicita comentarios con frecuencia

El liderazgo debe cambiar y evolucionar con el entorno, y eso significa que debes estar atento a las cosas y hacer los cambios correspondientes.

Las mejores organizaciones son aquellas en las que los empleados se sienten cómodos dando retroalimentación directa a sus gerentes y líderes.

Tiene que haber un bucle; una forma de saber si las personas se escuchan entre sí y si el estilo o enfoque de comunicación es eficaz. Y la única forma de crear este ciclo es fomentar un entorno propicio en el que un empleado que le dice a su jefe, a un ejecutivo o al propietario de la empresa algo que siente, o algo que le molestó, o algo que notó, es recibido. Y no solo recibido, sino apreciado.

Como líder, lo último que deseas es trabajar en el vacío de tus propios pensamientos. Tienes mucho más que ganar escuchando las perspectivas de otras personas de lo que tienes que perder.

Si bien el viaje del liderazgo tendrá sus altibajos, si lo aceptas, es una oportunidad de aprendizaje constante y una fuente de crecimiento.

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