Las interacciones digitales diarias de las personas pasarán de una media de 750 este año a 5.000 en 2029.

Las 6 tendencias sobre la adopción de tecnologías emergentes que mejorarán la eficiencia de los desarrolladores y crearán experiencias dinámicas para el usuario final en 2022

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Actualizado 16 | 12 | 2021 09:44

Tecnologías emergentes

Sin duda, la pandemia fue una situación única que nos enseñó a esperar lo inesperado, lo que llevó a las empresas a afrontar nuevos retos que las obligaron a acelerar sus procesos de transformación digital a una velocidad nunca vista.

Aunque todavía se desconoce lo que vendrá en 2022, el impulso de la modernización seguirá creciendo en un panorama empresarial cada vez más global y conectado. No sería por tanto sorprendente observar una disrupción e innovación significativas en todas las industrias, incluso en aquellas que abordan problemas globales importantes, como una crisis en la cadena de suministro, el cambio climático, la proliferación de leyes de privacidad del consumidor o incluso la recesión financiera.

Ya sea para comprar una prenda de vestir, hacer ejercicio u organizar el cuidado de los niños, todo lo que se haga requerirá algún tipo de interacción digital. De hecho, según un informe de IDClas interacciones digitales diarias de las personas pasarán de una media de 750 este año a 5.000 en 2029. Por ello, las organizaciones seguirán explorando inversiones en nuevas tecnologías emergentes que ayuden a los equipos de TI y de desarrollo a potenciar el mundo digital en el que viven las empresas y los consumidores. Esto incluye la preparación de las arquitecturas para el futuro con la adopción de tecnologías que permitan la escalabilidad, la agilidad y la adaptabilidad a entornos que cambian rápidamente.

Bajo este contexto, Couchbase (NASDAQ: BASE) ha recopilado las 6 tendencias que marcarán el sector TI en 2022.

  1. Un futuro más descentralizado gracias al «Edge 2.0»

En 2022 la informática estará más fragmentada gracias a la nueva generación de Edge Computing. Ya sea en aplicaciones móviles o en sensores de una fábrica, existe una tendencia constante a incorporar toda la potencia informática posible a los dispositivos más pequeños, permitiéndoles recopilar datos y tomar decisiones por sí mismos. Esto ya es posible en el campo del IoT, pero el «Edge 2.0» impulsará esta evolución aún más.

Actualmente, el Edge requiere que un dispositivo se conecte con un servidor central. Aunque un sistema de monitorización remota, por ejemplo, pueda recopilar información por sí mismo, es la nube o el servicio central el que hace todo el trabajo. Gracias al Edge 2.0, los equipos podrán trabajar sin un servidor central, gracias al uso de una red dispersa de dispositivos y una infraestructura cloud descentralizada. El vínculo se romperá por completo. Así, los dispositivos se comunicarán entre sí sin ninguna conexión y cuando, inevitablemente, tengan que llegar a la nube, las infraestructuras cloud más dispersas necesitarán menos recursos, aumentado su valor.

  1. Afrontar los retos de la adopción de microservicios a gran escala

Cada vez más empresas empezarán a comprender lo intrínsecamente complejos que son los microservicios cuando se utilizan a gran escala. Para lograr el éxito, las organizaciones empezarán a aprovechar los microservicios autónomos y desplegables de forma independiente a menor escala (comenzando con 2 o 3 componentes y sin escalar horizontalmente). Los desarrolladores prestarán atención a cada módulo, se asegurarán de que los microservicios sean evaluables por unidades y estén débilmente acoplados. De esta manera, si un microservicio depende de otros tipos de datos y el modelo necesita ser cambiado, otros microservicios no se verán afectados. En el futuro, el testeo, la planificación, la atención a los detalles, la garantía de que cada componente es autónomo y formar a los desarrolladores en los enfoques adecuados para cada microservicio serán la clave del éxito de su adopción.

  1. El blockchain y la Web 3.0 permitirán la aparición de nuevas experiencias dinámicas

Cada vez más empresas incorporarán la tecnología blockchain, específicamente Ethereum, para construir nuevas aplicaciones. Los desarrolladores utilizarán lenguajes de programación como Solidity, junto con tecnologías con las que ya están familiarizados (por ejemplo, JavaScript), para construir aplicaciones dinámicas e interactivas. Con la aparición de la Web 3.0 trabajar con blockchain es algo que todo desarrollador utilizará en unos años, de forma similar a la adopción del aprendizaje automático en su día.

Además, el desarrollo de aplicaciones web avanzadas seguirá siendo una prioridad. Esto implica el diseño de nuevas aplicaciones teniendo en cuenta las capacidades de la Web 3.0, incluyendo la experiencia de una aplicación nativa cuando se visiten los sitios web en los dispositivos de los usuarios finales (en lugar de una interfaz anticuada que no esté optimizada para una experiencia de usuario satisfactoria).

  1. La IA 2.0 será más inteligente y agilizará la toma de decisiones

La Inteligencia Artificial suele estar sobrevalorada y no siempre está a la altura de nuestras expectativas. El año que viene será el del cambio de la IA 1.0 hacia una versión más sofisticada de ésta. Si la IA 1.0 consistía en agilizar las operaciones mediante la automatización de tareas repetitivas, la IA 2.0 lo llevará al siguiente nivel. En 2022 veremos cómo se reduce la participación humana con el objetivo de ayudar a las personas a tomar mejores y más informadas decisiones. De esta manera, será capaz de analizar grandes conjuntos de datos en segundos, identificar posibles líneas de actuación y ofrecer al usuario final un proceso de toma de decisiones más ágil.

Este será un cambio impulsado por los datos. La IA 2.0 creará enormes cantidades de datos o lo que es lo mismo, órdenes de magnitud superiores a los que los humanos pueden gestionar manualmente. En consecuencia, las organizaciones seguirán trabajando para lograr un enfoque autónomo en la gestión de estos. Esto significa que las máquinas manejarán los datos generados por ellas mismas para ayudar a los humanos a tomar decisiones más informadas.

  1. Surgirán nuevas oportunidades para las relaciones con los desarrolladores

Las relaciones con los desarrolladores es todavía un campo muy incipiente, así que no está claro aún qué le deparará en el futuro. Sin embargo, es muy valioso apoyarse en los DevRel o equipos de relaciones con los desarrolladores para aportar la perspectiva de los desarrolladores a las decisiones de producto y marketing. Los desarrolladores tienen una gran influencia en la toma de decisiones, porque son ellos los que en última instancia tienen que enfrentarse a las decisiones que toman. En el sector se considera a los DevRel una especie de marketing para desarrolladores, y hay mucho de cierto en ello. Sin duda, es una oportunidad que la comunicación vaya en ambas direcciones: escuchar a los desarrolladores y utilizar sus comentarios como guía. Muchos equipos de DevRel tienen carencias en este aspecto, y a menudo se centran demasiado en la comunicación saliente, en lugar de la entrante.

  1. Las empresas actuales necesitarán una TI componible

Aprovechando los componentes definidos por software, la componibilidad elimina la necesidad de gestionar la infraestructura subyacente, así como la de reconfigurar los activos físicos (servidores, el almacenamiento y la conectividad en función de los cambios en la carga de trabajo). Gracias a la infraestructura componible, las empresas pueden gestionar sus aplicaciones o servicios a través de un único mapa de control que puede abarcar varias nubes, in situ, en su camino hacia el edge. Por ello, las empresas distribuidas globalmente actuales adoptarán el concepto de componibilidad, no solo para sus infraestructuras locales, sino también para sus implementaciones en la multi-cloud y en el edge.

Si se observan las arquitecturas y su evolución, las empresas se alejarán de las arquitecturas monolíticas y pasarán a construir aplicaciones e infraestructuras a partir de componentes con interfaces bien definidas. Las empresas seguirán priorizando la agilidad y la simplicidad a la hora de componer la infraestructura de las pilas tecnológicas para alcanzar los objetivos empresariales, por lo que la concepción de empresas y aplicaciones “componibles” será una tendencia clave.

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