Hábitos a los que deberías renunciar hoy mismo para incrementar tu energía y motivación

8 hábitos que merman tu energía y no lo sabes

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Actualizado 20 | 07 | 2020 07:00

Energía hábitos

Hay muchas acciones que realizas en tu día a día que aumentan tus niveles de estrés, al mismo tiempo que disminuyen tus niveles de felicidad. Una de las formas de incrementar tu productividad diaria es deshacerte de estas acciones o hábitos que, aunque no seas consciente de ello, merman tu energía.

A continuación, te hablamos de 8 hábitos a los que deberías renunciar hoy mismo para incrementar tu energía y motivación, lo que te llevará a ser mucho más productivo y feliz.

  1. Preocuparte por lo que no tienes el control: Lógicamente, y como todo el mundo, a lo largo de tu vida pasarás por momentos y situaciones complicadas. Pero preocuparte por lo que no puedes controlar, además de no servirte para nada, es una pérdida de tiempo. Por ejemplo, no puedes controlar las decisiones que tome un tercero o algo que te pueda pasar. Claro que es complicado eliminar la angustia y los asuntos que te perturban de tu cabeza, sin embrago, si aceptas como inevitable lo que sea que te pase, lograrás liberar una gran cantidad de energía.
  1. Dejarte absorber por lo que les preocupa a los demás: Acostúmbrate porque siempre tendrás cerca a alguien que se queja por algo. Si es algo que a ti no te interesa pero te dejas envolver, ten por seguro que terminarás agotado. Incluso pasar un rato con tus compañeros de trabajo mientras se quejan del jefe te quitará energía. Por si no te has dado cuenta, escuchar a gente negativa es muy cansado, así que si puedes, evita este tipo de situaciones. No te canses con cosas que no van contigo.
  1. Ser perfeccionista todo el tiempo: Ni todo ni nadie es perfecto. Habrá ocasiones en las que la perfección importe, pero no serán la mayoría. Por lo tanto, no te obsesiones con la perfección. Es algo que merma tu energía. Piensa que llevar algo del 95% al 100% puede requerir tanto trabajo como llevarlo del 1% al 95%. Eligiendo bien tus batallas liberarás mucha energía y aumentarás tu motivación.
  1. Ayudar a personas que no quieren ser ayudadas: Por supuesto, ayudar y apoyar en la medida de tus posibilidades a alguien a quien quieres cuando lo está pasando mal es incuestionable. Una vez dicho esto, hay que señalar que no puedes cambiar a la gente por mucho que te empeñes. El cambio debe surgir de ellos mismos. En ocasiones, hay personas que rechazan la ayuda. En estas ocasiones terminarás frustrado y cansado y la otra persona tampoco se sentirá mejor.
  1. Poner demasiada atención a las acciones y palabras sutiles de los demás: Las palabras y acciones de los demás pueden llegar a desanimarte en muchas ocasiones. Algunas veces, esas palabras o acciones pueden enseñarte algo sobre ti mismo que agradeces saber. Pero casi siempre te quedas rumiando cosas como el tono un tanto serio del mensaje que te ha enviado un amigo o en el saludo apresurado de otro. Puede ser que el primero tuviera un mal día y prisa el segundo. Por lo tanto, elige preocuparte por cosas que realmente sean importantes. Y si no estás seguro, en vez de pensar en ello constantemente, pregunta si ha pasado algo por lo que debas preocuparte.
  1. Saltarte el ejercicio: Hay pocas cosas tan fáciles como saltarte el gimnasio después de trabajar todo el día. Pero, probablemente, si lo haces luego te sentirás peor. Piensa que el ejercicio físico te hace liberar endorfinas, te relaja y te hace sentir mejor.
  1. Pensar en momentos negativos que ya pasaron: Obsesionarte con el pasado es fácil. Te permite señalar culpables, inventar excusas y desear que las cosas hubieran pasado de otra manera. Al igual que pensar en cosas sobre las que no tienes control, pensar en el pasado no te lleva a ningún lado. Sólo te quita la motivación que tienes en el presente.
  1. No saber decir no: Es normal querer complacer a los demás. Por eso es tan difícil decir que no. Por supuesto, esto puede ser bueno en ocasiones, como cuando te obligan a salir de tu zona de confort. Sin embargo, la mayor parte del tiempo juega en tu contra porque seguramente terminas asumiendo demasiadas responsabilidades o haciendo demasiadas cosas que no quieres hacer. La solución es aprender a decir que no. Al principio es difícil, pero la gente empezará a respetarte por esto. Además, te dará mucho más tiempo y poder para comprometerte con otras cosas que sí quieres hacer.

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