Tu objetivo final es que quien te escuche sienta que ha aprendido algo, que le has sido útil o que ha descubierto una nueva posibilidad

Cómo crear un pitch de ventas que no suene a pitch de ventas

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Actualizado 18 | 07 | 2025 12:04

Pitch de ventas

El rechazo a los discursos comerciales tradicionales es cada vez más fuerte. Tanto en redes sociales como en reuniones presenciales, los clientes huelen el «pitch de ventas» desde lejos. Y lo peor: en cuanto lo detectan, desconectan. Por eso, las pymes que quieran vender más deben aprender a presentar su propuesta de valor sin sonar a vendedor, generando interés y conexión genuina.

Este artículo desgrana las claves para construir un pitch natural, auténtico y efectivo que conecte con clientes sin caer en los viejos trucos del marketing agresivo.

Cómo crear un pitch de ventas

  1. Parte de un problema real que tu cliente reconozca. El mejor inicio no es hablar de tu empresa, sino del problema que resuelves. Si tu interlocutor siente que le estás describiendo algo que vive en su día a día, prestará atención. Ejemplo: «¿Te ha pasado que pierdes horas gestionando tareas repetitivas que no aportan valor al negocio?»
  2. Cuenta una historia breve y humana. Una microhistoria vale más que mil datos. Habla de un cliente real, una situación concreta, un error común. Las historias generan empatía, emoción y recordación. Por ejemplo: «Trabajamos con una librería de barrio que no conseguía digitalizar sus ventas. Con nuestra herramienta, en 3 meses vendía online más que en tienda física.»
  3. Utiliza lenguaje conversacional, no técnico. Evita jerga, anglicismos innecesarios o explicaciones complejas. Habla como hablarías en una conversación con un amigo. El lenguaje natural genera cercanía, credibilidad y comprensión. Ejemplo: en vez de «implementamos un sistema de business intelligence multicanal», di «te ayudamos a ver tus ventas claras y en tiempo real.»
  4. Cambia el enfoque: de vender a ayudar. No intentes convencer. Intenta ser útil. Si quien te escucha percibe que tu objetivo es mejorar su situación, en lugar de cerrar una venta, bajará la guardia. Pregunta más de lo que afirmas. Y adapta tu mensaje a sus respuestas.
  5. Usa pruebas sociales, no autopromoción. No digas que eres el mejor. Di a cuántos clientes has ayudado, o qué resultados han obtenido. Las pruebas sociales (opiniones, casos, cifras) son más creíbles que la autopromoción. Ejemplo: «el 92% de nuestros clientes reduce sus tiempos de gestión en menos de un mes.»
  6. Haz una pregunta poderosa que genere reflexión. Una buena pregunta despierta interés y abre una conversación. Por ejemplo: «¿Qué harías si mañana tuvieras un 30% más de tiempo en tu negocio?». No estás vendiendo: estás invitando a pensar.
  7. Cierra con una acción pequeña y no invasiva. En lugar de pedir una reunión o una compra directa, ofrece algo sencillo: un recurso gratuito, una demo rápida, una llamada para aportar valor. El objetivo es seguir la conversación, no cerrarla de inmediato. Ejemplo: «Si quieres, te paso una guía que hemos hecho con los 5 errores más comunes en tu sector.»
  8. Adapta tu pitch al canal y al momento. No es lo mismo un correo, una conversación en un evento, un mensaje de LinkedIn o un vídeo corto. Ajusta el tono, la extensión y el enfoque según el contexto. Pero mantén siempre el mismo espíritu: útil, claro, humano.
  9. Repite y ensaya hasta que suene natural. Los buenos pitch no se improvisan. Se prueban, se afinan y se mejoran con la práctica. Prueba distintas versiones, escucha el feedback y ajústalo hasta que no parezca un pitch… sino una conversación honesta.
  10. Recuerda: la mejor venta es cuando el otro no siente que le estás vendiendo

Tu objetivo final es que quien te escuche sienta que ha aprendido algo, que le has sido útil o que ha descubierto una nueva posibilidad. Si eso ocurre, ya has ganado mucho más que una venta: has construido confianza.

En un mundo saturado de impactos comerciales, lo que realmente destaca es la autenticidad. Las pymes no necesitan más técnicas de venta, sino mejores conversaciones. Un pitch que no suena a pitch no solo vende más: construye relaciones más duraderas, mejora la reputación y convierte a tus clientes en aliados. Porque al final, vender bien es conversar bien.

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