Si bien hoy en día configurar una tienda online es más fácil que nunca, desafortunadamente, obtener ventas y tener éxito es más difícil que nunca. Quizás incluso más, dada la creciente competencia.
Las personas tienen éxito de muchas maneras diferentes, pero a menudo fracasan en las mismas. Es difícil detectar una historia de éxito antes de que suceda, pero es fácil saber si una empresa tendrá dificultades. Con eso en mente, a continuación te mostramos cuatro errores más comunes que comete la gente y que debes evitar al iniciar un negocio de comercio electrónico.
Errores al crear una tienda online
- Sucumbir a la parálisis de la perfección
Algunos productos fantásticos nunca han visto la luz simplemente porque el propietario de la empresa no pudo encontrar el color de botón perfecto para su página web. Esto suena ridículo, hasta que eres tú quien está en esa posición, perdiendo incontables horas sudando por las pequeñas cosas tratando de hacer que todo sea perfecto.
El perfeccionismo es un vicio común entre los emprendedores primerizos en particular, ya que no comprenden lo que constituye «suficientemente bueno». La gente hace todo lo posible para imitar los mejores ejemplos de la industria, olvidando que las empresas más grandes a menudo tienen equipos completos de desarrolladores, diseñadores y redactores que hacen lo que el empresario intenta gestionar solo. «Hacer las cosas bien» es sencillamente irreal.
En lugar de ello, puede ser prudente centrarte en un MVP: un producto mínimo viable. La idea detrás de un MVP es que hagas lo mínimo requerido para conseguir un producto funcional o, en este caso, una tienda. Y luego, una vez que esté en funcionamiento, puedes iterarlo, mejorarlo y pulirlo a tu gusto. Esto le ayudará a superar la parálisis de la perfección y a centrarte en lo que realmente mueve la aguja.
- Vender a todos
Hablando de agujas en movimiento, construir una marca sin conocer a tu cliente es como navegar sin brújula. Claro, es posible que te estés moviendo, pero ¿en qué dirección? ¿Qué desafíos encontrarás? ¿Deberías haber traído botas de montaña o un barco?
El ABC del emprendimiento te dirá que para que tu negocio tenga éxito, debe responder a una necesidad real. Pero recae sobre tus hombros identificar quién tiene exactamente esa necesidad. La mayoría de las veces, se trata de una pequeña subsección de personas. (Y si no es así, es una señal de alerta que indica que es posible que estés abarcando más de lo que puedes gestionar).
Esta audiencia tendrá características únicas, que incluyen datos demográficos, preferencias, puntos débiles, etc. Las empresas exitosas aprovechan estos factores para elaborar mensajes personalizados, elegir las mejores plataformas publicitarias y desarrollar aún más su oferta. Por el contrario, las empresas que fracasan no son conscientes de quiénes son estos clientes de alto potencial y, en cambio, optan por mensajes generales dirigidos a todos y a nadie en particular.
- Negarte a adaptarte o admitir errores
El fracaso es una parte inevitable del emprendimiento inicial. Desafortunadamente, también es en esta etapa temprana cuando la gente es más idealista. Tienen expectativas decididas sobre cómo funcionará todo y tienen una visión de túnel a la hora de hacer realidad esta idea específica en lugar de construir un negocio exitoso.
Como es de esperar, esta visión inicial suele ser equivocada. ¿Quieres destacar con una voz de marca súper distintiva? Hay una razón por la que nadie más lo hace. ¿Quieres llevar un producto a una nueva audiencia? Hay una razón por la cual esta audiencia no ha estado interesada en ese producto.
El sello distintivo de una empresa de alto potencial es la capacidad de reconocer cuando su idea no funciona y girar hacia una alternativa.
Ten en cuenta que no se trata sólo de tu idea de negocio, sino de todas tus actividades comerciales, incluido el diseño, el marketing, el producto, etc. Si algo no funciona, adáptate.
- Tratar de hacer malabarismos con todo
Pasar de la idea a la primera venta requiere una amplia variedad de habilidades, lo que significa que los emprendedores en solitario deben desempeñar muchas funciones. Deben ser diseñadores, redactores, desarrolladores de páginas web, expertos en experiencia de usuario, contables, gerentes de asociaciones y especialistas en marketing, y todo esto sin siquiera mencionar el producto en sí, que incluye diseño, abastecimiento, logística, fotografía, etc.
Algunas personas lo logran y es admirable. Pero no es necesario que lo hagas solo.
Por ejemplo, muchos aspirantes a empresarios se ven absorbidos por el aprendizaje de habilidades periféricas, como el diseño gráfico, cuando, en realidad, necesitan poco más que un logotipo, que costaría unos pocos euros conseguirlo de un profesional independiente.
A quienes luchan por salir adelante les gusta usar su adversidad como una insignia de honor. Enorgullecerse de hacer las cosas de la manera más difícil es la naturaleza humana. Pero no es necesariamente un buen negocio.