Los directivos a menudo están tan ocupados cumpliendo con las demandas de su función que no logran desarrollar ninguna habilidad de liderazgo. Piensan que trabajar más duro y mantener felices a las partes interesadas los llevará algún día a la posición de liderazgo.
Y algunos de esos directivos llegan a puestos de liderazgo. Pero sin desarrollar primero las habilidades necesarias, fracasan terriblemente en su trabajo. Obtienen el título pero no la confianza y el respeto de su gente.
El camino desde la gestión hasta el liderazgo a menudo no está claro. Esto hace que muchos directivos con gran potencial de liderazgo se queden estancados en sus puestos de trabajo.
Para pasar de la gestión al liderazgo, los gerentes deben comprometerse a practicar algunas habilidades esenciales. Necesitan ampliar sus habilidades de pensamiento, contribuir más allá de su equipo y aprender a conectar ideas de diferentes disciplinas y dominios.
En lugar de intentar ganarse el título de liderazgo, primero deben centrarse en ser vistos como líderes.
A continuación, presentamos algunas prácticas clave que pueden ayudar a los gerentes a dar el salto al siguiente nivel.
Pasar de la planificación táctica al pensamiento estratégico
La planificación táctica (determinar cómo se debe hacer algo, crear un plan detallado para lograr el objetivo y ejecutarlo dentro de los plazos de entrega esperados) es una gran parte del trabajo de un gerente.
Los gerentes son responsables de la eficiencia: hacer las cosas con el mínimo de tiempo, coste y recursos. Dan vida a la estrategia de la organización al determinar “cómo” y “cuándo” se debe hacer algo.
Pero el papel de los líderes es muy diferente. No participan en la ejecución diaria ya que dedican gran parte de su tiempo al pensamiento estratégico. El pensamiento estratégico implica:
- Adoptar una visión de largo plazo hacia el futuro.
- Mirar más allá de lo obvio e impulsar y dar forma al futuro incierto.
- Tomar decisiones difíciles al determinar qué camino tomar y cuál abandonar.
- Evaluar costes y hacer concesiones.
- Vivir con un problema pequeño y sin importancia y poner energía y centrarse en otras ideas y actividades importantes que requieren planificación y ejecución a largo plazo.
Para pasar de la gestión al liderazgo, es necesario pasar de la planificación táctica al pensamiento estratégico: identificar qué se debe hacer y por qué es lo correcto. Centrarse en la eficacia (hacer lo correcto) es lo primero y luego viene la eficiencia (hacerlo bien).
El pensamiento estratégico y la capacidad de visualizar a largo plazo mientras se planifica a corto plazo para alinearse con el largo plazo es una habilidad de liderazgo fundamental.
Pensar estratégicamente no es una habilidad que se adquiere cuando te conviertes en líder, es una habilidad que se desarrolla para llegar a la posición de liderazgo. Al igual que otras cosas en la vida, es un músculo que mejora con la repetición y la práctica.
Para comenzar tu viaje de pensamiento estratégico, haz esto:
- Comienza con suposiciones desafiantes y cuestionables. Identifica nuevas formas de hacer pequeñas cosas en el trabajo.
- Dedica tiempo y espacio para permitir que tu cerebro forme nuevas conexiones. Conoce tu industria, negocio y otras funciones en la organización para expandir tu pensamiento más allá de tu alcance de trabajo actual.
- No seas rígido en tu forma de pensar. Abre tu cerebro a nuevas posibilidades buscando las opiniones de otros y animándolos a desafiar tus suposiciones.
El pensamiento estratégico es un proceso continuo. Audita, investiga y ajusta tu estrategia en función de lo aprendido.
Contribuye más allá de tu equipo al crecimiento de la organización
Un gerente tiene la tarea del crecimiento y el desempeño de su equipo. Les ayuda a alcanzar la excelencia sin comprometer su bienestar.
Pero su impacto sigue siendo limitado porque no mira más allá de los límites de su equipo.
Los líderes no se limitan a un equipo o a unos pocos empleados. Contribuyen a iniciativas y programas a nivel de organización. Esto implica diseñar estrategias, implementar e invertir continuamente en estas áreas:
- ¿Cuál debería ser la estrategia de contratación de la organización?
- ¿Cómo debería estructurarse la organización para lograr la máxima colaboración y eficiencia operativa?
- ¿Qué tipo de programas de aprendizaje y desarrollo mejorarán las habilidades de los empleados?
- ¿ Cómo retener a los mejores talentos?
- ¿Cómo debería ser un proceso justo de evaluación del desempeño?
- ¿Cómo crear un entorno rico en retroalimentación?
- ¿Qué tipo de programas de reconocimiento y recompensa pueden aumentar la motivación de los empleados?
- ¿Cómo crear visibilidad para la organización a través de hackathons, charlas tecnológicas y otros eventos similares?
- ¿Qué tipo de iniciativas de bienestar de los empleados se deben diseñar?
- ¿Qué cambios se requieren para crear un entorno psicológicamente más seguro?
Para pasar de la gestión al liderazgo, identifica de forma proactiva formas de contribuir a estos programas.
- Habla con tu gerente y otros líderes de la organización.
- Muestra curiosidad e interés por aprender de ellos.
- Solicita una oportunidad para contribuir.
- Toma en serio todo lo que se te asigne. Asegúrate de que se haga.
- Busca comentarios después de la finalización. Pregúntales qué más podrías haber hecho.
Una vez que te ganes su confianza, estarán dispuestos a brindarte mayores y mejores oportunidades. Al contribuir a iniciativas a nivel de organización, no solo generarás credibilidad sino que también obtendrás la visibilidad necesaria para dar un paso adelante en tu función.
Amplía tus conexiones a otros dominios y funciones
Si bien los gerentes se comunican y colaboran entre múltiples equipos y funciones, apenas dedican tiempo a desarrollar una visión integral del negocio, las operaciones, el diseño, la atención al cliente y otras funciones similares en su organización.
Demasiado enfoque en la excelencia de la ejecución les impide detenerse y tomarse el tiempo para comprender cómo funcionan las diferentes funciones o los desafíos que enfrentan. Esto les impide contribuir a ideas más allá de su función o resolver problemas aprovechando soluciones de otros dominios. Sin conocimiento de las diferentes posibilidades, se ven obligados a trabajar bajo limitaciones.
Los líderes establecen una visión de extremo a extremo de su organización. Se involucran en un pensamiento multidisciplinario para aprovechar su conocimiento y experiencia en diferentes equipos y funciones sin estar limitados por un dominio en particular.
Para pasar de la gestión al liderazgo, dedica tiempo conscientemente a aprender sobre los diferentes equipos y funciones:
- ¿Qué hacen?
- ¿Qué desafíos enfrentan?
- ¿Qué dependencias tienen?
- ¿Cómo operan?
Cuantos más modelos mentales tengas en tu caja de herramientas, mejor equipado estarás para comprender el problema y determinar las posibles acciones que puedes tomar. Tus habilidades de liderazgo brillarán cuando dediques tiempo conscientemente a convertirte en un pensador multidisciplinario.
Desarrolla tus habilidades de liderazgo aprendiendo de los mejores
Jim Rohn dijo la famosa frase: «Eres el promedio de las cinco personas con las que pasas más tiempo».
Si pasas la mayor parte de tu tiempo con otros gerentes, sólo ampliarás tus habilidades de gestión. Para desarrollar habilidades de liderazgo, es necesario aprender de los mejores.
Mira a tu alrededor. ¿A qué líderes admiras y respetas más? Si no tienes muchos líderes de este tipo en la organización, utiliza tu red para encontrarlos.
Reúnete con ellos para tomar un café y muestra curiosidad por entender:
- ¿Qué los hace destacar?
- ¿Qué hacen diferente que les ayude a brillar?
- ¿Cómo piensan, planifican y ejecutan?
- ¿Qué desafíos enfrentan en su rol, cómo los gestionan y cuáles son sus preocupaciones?
Al pasar tiempo conscientemente con otros líderes, obtendrás información sobre los comportamientos y prácticas de líderes verdaderamente grandes. Aprenderás a diferenciar entre qué comportamientos crecen e impulsan a la organización hacia adelante y qué comportamientos la hacen retroceder.
Otra excelente manera de hacerlo es leer libros, escuchar podcasts y seguir a esas personas en las redes sociales. Pueden moldear profundamente tu forma de pensar compartiendo sus consejos y experiencias de vida. Puedes integrar esa actitud en las prácticas diarias en el trabajo, ver qué funciona y ajustarlo para adaptarlo a tus necesidades.
Convertirte en líder es un proceso gradual, no algo de un día. Comienza con el cambio de mentalidad correcto y aparecerá en todo lo que haces.
Conviértete en un asesor de confianza
Los gerentes asesoran y entrenan a sus equipos. Están constantemente involucrados en cerrar la brecha entre las habilidades que su equipo necesita y las habilidades de las personas de su equipo.
Sus comentarios se centran en cómo les está yendo a los miembros de su equipo y qué pueden hacer para mejorar. Pero este tipo de retroalimentación es muy transaccional: los gerentes ayudan a los empleados a mejorar en áreas que beneficiarán al equipo. Rara vez se tienen en cuenta las aspiraciones o el potencial de un individuo.
La retroalimentación de los gerentes también se limita a los límites del equipo. Otros equipos o funciones no se acercan a ellos para pedirles orientación y consejo.
Esto deja a los empleados:
- Que están confundidos acerca de su carrera.
- Aquellos que necesitan tutoría más allá del trabajo diario.
- Personas que no están satisfechas y buscan mayores y mejores oportunidades que su equipo no puede brindarles.
- Personas de alto rendimiento que están preocupadas por su carrera o la dirección en la que se dirige su crecimiento.
Aquí es donde los líderes entran en escena. Son asesores profesionales de confianza que son buscados por su capacidad para aportar claridad y arrojar luz sobre la carrera de las personas. No los mueve el beneficio personal ni consideran el beneficio de la organización antes de asesorar a alguien. Sólo tienen un objetivo: buscar claridad sobre lo que quiere la otra persona y ayudarla a realizar su verdadero potencial.
Para ascender de la gestión al liderazgo, conviértete en un asesor de confianza. Para hacer esto, asesora a empleados de otros equipos y funciones. Sé visto como alguien que ha invertido en su crecimiento sin esperar nada a cambio.
Salir de los límites de tu equipo e invertir en la construcción de otros no pasará desapercibido. Convertirte en una persona en la que los demás confían será de gran ayuda para dar visibilidad a tus habilidades de liderazgo.