El lanzamiento del primer iPod en octubre de 2001 no solo revolucionó la industria de la música. Fue uno de los lanzamientos de productos más celebrados de todos los tiempos. Vale la pena volver a visitar el lanzamiento del producto icónico de Steve Jobs ahora que Apple ha anunciado que, después de dos décadas, dejará de fabricar el reproductor portátil.
Jobs, un entusiasta narrador de historias, realizó una presentación que ofrece tres lecciones para todos los que quieran sorprender a la audiencia.
Poner los datos en contexto
Nuestras mentes no están hechas para comprender grandes números y datos abstractos. Y Steve Jobs lo sabía. Jobs estaba haciendo narraciones de datos mucho antes de que la narración de historias se convirtiera en una palabra de moda.
Por ejemplo, el primer iPod almacenaba canciones en un disco duro de cinco gigabytes, pero el número en sí, 5 GB, significaba muy poco para el amante de la música promedio. Así que Jobs agregó una línea importante para brindar contexto. “La capacidad de almacenamiento del iPod”, dijo, “es el equivalente a almacenar 1.000 canciones”.
Rara vez los números resuenan en las personas hasta que éstos se ponen en un contexto familiar. Jobs solo necesitó una oración para que 5 GB fueran relevantes para la audiencia. De hecho, utilizó la misma táctica varias veces en la presentación. En un momento, le dijo a la audiencia que “con 6,5 onzas, el iPod es más liviano que la mayoría de los teléfonos celulares que tenéis en el bolsillo”.
Por supuesto, Jobs, no se detuvo ahí.
Sorprender a la audiencia
Como sabes, el eslogan icónico del iPod no terminaba en 1.000 canciones. Pero para apreciar completamente el impacto que tuvo Jobs a continuación, vale la pena ver el vídeo del lanzamiento del iPod.
Jobs generó suspense al decir que el iPod era un dispositivo MP3 portátil que reproducía música con calidad de CD. “Pero lo más importante es que contiene mil canciones”, repetía Jobs. “Este es un salto cuántico porque, para la mayoría de las personas, contiene toda su biblioteca de música”.
Después de unos minutos de explicación técnica y de diseño, Jobs comenzó a descubrir la verdadera sorpresa.
“Podrías estar diciendo: esto es genial”, dijo Jobs. “¿Qué tiene de especial el iPod?
Es ultraportátil,” dijo Jobs. De hecho, era portátil y podía caber en el bolsillo. Y con la floritura dramática de un mago, Jobs sacó el dispositivo del bolsillo de sus pantalones vaqueros.
“No, lo mejor del iPod es que puedes llevar contigo toda tu biblioteca de música, directamente en tu bolsillo”, dijo Jobs mientras la audiencia vitoreaba.
Jobs fue un maestro de la sorpresa, creando momentos asombrosos de los que todos hablarían.
El diseñador del iPod, Tony Fadell, dice que Jobs realizó presentaciones que apelaron a los lados racional y emocional de las personas. Jobs no necesitaba hacer una actuación. Pero al hacerlo, Jobs creó uno de los lemas más icónicos en la historia del producto: 1.000 canciones en tu bolsillo.
Tomarse un descanso de las diapositivas
Los grandes presentadores dan a la audiencia un descanso de las diapositivas. Antes de la gran revelación, Jobs pasó varias diapositivas explicando los inconvenientes de los otros productos portátiles en el mercado en ese momento.
Pero una vez que reveló el dispositivo físico, Jobs caminó hacia el centro del escenario y usó el iPod como accesorio, desviando la atención de las diapositivas. Luego volvió a las diapositivas para mostrar detalles del iPod en imágenes en primer plano.
La gente quiere un descanso. No quieren estar mirando a las diapositivas durante toda una presentación. Aléjate de ellas de vez en cuando. Muévete a una demostración o simplemente toma un descanso para preguntas y respuestas.
Tus oyentes no recordarán cada diapositiva y cada detalle de tu presentación. Sé intencional sobre lo que dices y cómo lo dices. Piensa en formas creativas de poner los datos en contexto y le darás a tu audiencia una presentación que nunca olvidarán.
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