El teletrabajo ha logrado demostrar su eficacia para la continuidad de muchas empresas durante la crisis sanitaria. Una fórmula que, en estos momentos en los que se han relajado las medidas de distanciamiento social, se ha empezado a combinar con el trabajo presencial, dando lugar a un sistema híbrido en el que los empleados pueden desarrollar su trabajo tanto en la oficina como en sus hogares.
Desde la startup Emeraude Escape, explican que “esta nueva forma híbrida de trabajar se está imponiendo en todo el mundo, obligando a muchas organizaciones a reinventarse para continuar ofreciendo resultados a pesar de la distancia entre los empleados”. Y, añaden que “hace pocos años, asustaba la idea del teletrabajo, ya que era sinónimo de ‘demasiada libertad’ y de esfuerzos organizativos adicionales. Sin embargo, hoy en día, esto ya no es así pues la distancia física y geográfica entre los empleados presenta también muchas oportunidades”.
Las oportunidades del trabajo a distancia
Hace un año, Twitter permitió teletrabajar a todos sus empleados de forma indefinida. Una decisión que siguieron otras empresas como Facebook, Square, Shopify o Google. De hecho, esta última, informó de que el trabajo a distancia le ha supuesto un ahorro de 268 millones de dólares. Ejemplificando así la reducción de gastos que supone para las empresas el trabajo a distancia.
Además, hay que tener en cuenta que el trabajo a distancia permite contratar empleados en cualquier lugar del mundo. Lo que amplía la internacionalizando los equipos y permite a las compañías encontrar los mejores profesionales.
No obstante, el trabajo a distancia también ha supuesto un reto para muchos negocios pues no todas las herramientas surgidas durante la pandemia para ayudar a conectar a los empleados han logrado obtener el mismo grado de compromiso de los trabajadores. Para las compañías, el compromiso más importante que deben obtener de los empleados que teletrabajan es el compromiso colaborativo, ya que éste transforma el nivel de colaboración de los trabajadores llevándolo desde la información recibida hasta el compromiso total con la corporación.
Se crea el vínculo mediante la comunicación y se mantiene con la interacción
Para lograr este compromiso colaborativo la comunicación debe ser bidireccional. Actualmente, el canal de información suele ser unidireccional como, por ejemplo, con las reuniones de Zoom, webinars con un centenar de participantes, mensajería, etc. Ante esto, se recomienda desarrollar canales que permitan a los empleados interactuar con el contenido que propone la empresa.
Los equipos deben ser capaces de co-construir el flujo de información y trabajar hacia un flujo de interacción colectiva donde cada individuo sea capaz de participar activamente en la conversación.
Para ello, es conveniente llevar a cabo reuniones interactivas, streaming participativo y talleres. Todos ellos, formatos más proactivos que las simples reuniones o los seminarios web, que no requieren ningún compromiso por parte de los participantes, sólo una atención pasiva. Por tanto, hay que mantener la atención de los participantes mediante tácticas de comunicación eficaces y dinámicas.
Además, se deben implantar herramientas de trabajo colaborativo de coedición, colaboración, co-modificación, etc. Slack, Trello, ClickUp o Figma, son herramientas que permiten a cada empleado participar activamente en los proyectos y debates gracias a la libertad de expresión y acción instantánea. El uso de estos programas hace que aumenta la productividad, por lo que muchas empresas ya se han sumado a ellos.
Por otro lado, y desde un punto de vista social, la herramienta de comunicación más eficaz que se ha utilizado este año es la Happy-hour Zoom, donde se generan conversaciones más fluidas entre los empleados, fomentando así la pertenencia al equipo y al grupo. Sin embargo, a pesar de la utilidad y relevancia de este formato, éste no fomenta la colaboración activa entre equipos, ya que se limita a reforzar los vínculos personales sin contribuir al desarrollo de la empresa y sus problemas. Por ello, la Happy Hour Zoom/Teams deberían seguir siendo el centro de las interacciones virtuales entre los empleados, aunque sin poner en ellas todo el capital de RRHH de la creación de equipos.
El compromiso de los empleados viene determinado por el grado de colaboración
Al mismo tiempo, las empresas han incrementado el uso de juegos en línea, especialmente los formatos multijugador, ya que permiten el compromiso colectivo, independientemente de la ubicación geográfica de los jugadores. Este mayor nivel de participación se aplica en las empresas a través de actividades virtuales de team building, concursos, trivial, etc.
En este sentido, y según un estudio realizado por Emeraud Escape, el 54% de los encuestados reconoció haber participado en una actividad social virtual desde el comienzo de la epidemia, aunque el 44% de los encuestados prefería una actividad de juego virtual colaborativa.
De estos encuestados, el 62% encontró «divertida» la idea del juego corporativo, mientras que el 51% la definió como «emocionante». Unas cifras que muestran el interés de los empleados por los juegos y las actividades más envolventes, colaborativas y divertidas. Muchos empleados quieren seguir teniendo eventos con un reto, el 89% de los empleados encuestados quieren eventos con competición o inmersión, el 72% quiere que su empresa gamifique la formación para fomentar la comunicación.
Las actividades colaborativas virtuales (juegos, seminarios, juegos de escape, campeonatos, concursos, etc.) estimulan la cooperación y la ayuda mutua entre los empleados y cultivan el sentimiento de pertenencia a la empresa, al tiempo que aumentan el bienestar de los empleados en un contexto divertido. En este nivel de colaboración, el compromiso de los empleados se transforma a pesar del teletrabajo y el distanciamiento impuesto.