Los grandes pensadores de la historia han estado de acuerdo en que lo único constante a lo largo del tiempo es el cambio. ¿Cómo afecta esa máxima al terreno de la comunicación? ESENCIAL comparte las tendencias que protagonizarán el año que está a punto de comenzar, marcado seguramente, por la utilización generalizada de las herramientas de inteligencia artificial que han tenido un gran auge durante 2023.
Inteligencia Artificial y automatización
La forma en que nos comunicamos ha vivido toda una revolución debido a la inteligencia artificial (IA) y la automatización. En 2024 estas tecnologías continuarán creciendo y desempeñarán un papel fundamental en las estrategias de comunicación que van a vivir una paradoja insólita. Por un lado, las agencias deben aprovechar las ventajas que ofrece la IA para analizar ingentes cantidades de datos, automatizar tareas repetitivas, mejorar la eficiencia en algunas gestiones y ofrecer servicios diferenciales a los clientes.
Estas respuestas rápidas y automatizadas siguen sin reemplazar la emoción y la autenticidad de la comunicación humana; de modo la utilización de las herramientas de análisis de datos puede ser muy útil para recopilar información sobre un cliente que demanda mensajes y experiencias que cumplan sus preferencias individuales, y esta personalización del mensaje fortalecerá la conexión entre empresa y cliente.
Realidad aumentada, virtual y mixta
La realidad aumentada (RA) y la realidad virtual (RV) son nuevas fórmulas de interactuación en el mundo digital, sin olvidar la realidad mixta (RM). Gracias a estas tecnologías, los usuarios pueden conocer de manera inmersiva productos, servicios y entornos. Los elementos que integran un plan de comunicación para que el cliente cuente su historia se actualizan, con ingredientes como las nuevas experiencias interactivas, la visualización de productos en 3D o la realización de eventos virtuales.
La importancia del relato
Ante este paradigma, un contenido de calidad insólito y original, bien articulado y después adaptado al mejor formato, es una tendencia que sobrevivirá a los años que pasen. Mensajes pasionales, historias inspiradoras y de superación, testimonios reales, campañas publicitarias con gancho que muestran los valores humanos, siguen siendo la base para establecer una relación duradera entre empresas y clientes.
Los embajadores de marca que abanderen los mensajes del relato del cliente y los nuevos influencers que muestran con cada vez más amplificación cada atributo de marca, también forman una parte muy importante del plan de comunicación estratégico, así como una partida presupuestaria cada vez mayor.
Nuevos formatos
De nuevo, asistimos a un momento lleno de oportunidades en cuanto a formatos, ya que el tradicional se entrelaza con las posibilidades que ofrece el contenido audiovisual, efímero o en tiempo real. El crecimiento y auge de las nuevas redes sociales (como TikTok, que engrosa su número de usuarios y posibilidades) también se mezcla con el nacimiento de otras fórmulas y posibilidades comunicativas, como los podcast, algo que hace unos años era impensable.
Muchos de los planes de comunicación también se centran en cubrir la necesidad del usuario de participar en las conversaciones y así desarrollar un ansiado sentimiento de colaboración y de pertenencia a las comunidades, por lo que la creación de vídeos y las producciones de alta calidad es una máxima y el mensaje se adapta a nuevas dimensiones como vídeos cortos, reels, stories…
Ética, confianza y sostenibilidad
A medida que avanza la tecnología también se vuelve más invasiva, y hacer consciente al cliente de cómo utiliza los datos que obtiene con la gestión tecnológica es labor también de la agencia de comunicación. La transparencia y la honestidad son clave y muy útiles para generar confianza tanto entre el cliente y el usuario y para que la agencia mantenga un cliente fidelizado.
Guiar al cliente hacia una estrategia de comunicación honesta también mejora sus objetivos de negocio, ya que la percepción que recibirá por parte del usuario será más positiva y alineada con valores como la autenticidad y la responsabilidad, sin olvidar un elemento que ha entrado en nuestras vidas para quedarse: la sostenibilidad. Un compromiso empresarial que se ha convertido en mucho más que objeto de responsabilidad social y que se posiciona como una oportunidad de crecimiento y diferenciación, incluso, en el camino hacia la excelencia empresarial.