Hace un tiempo, las relaciones públicas eran una disciplina bastante predecible. Las estrategias estándar, como ruedas de prensa, ferias comerciales, comunicados de prensa y eventos de lanzamiento, impulsaban la mayor parte de la historia de la marca de una empresa. Luego, como muchas otras industrias, la rápida innovación y las interrupciones tecnológicas cambiaron la forma en que se creaban, contaban y compartían las historias.
A lo largo del tiempo, una constante permaneció sin cambios. En esencia, el arte y la magia de las relaciones públicas se reducen a una cosa: contar historias.
Cada marca, tecnología, producto y persona tiene una historia que contar. Como emprendedor necesitas saber cómo contar tu historia de la manera correcta, en el momento correcto, a las personas adecuadas.
¿Cómo lo haces? Estas son las tres claves de las relaciones públicas que te ayudarán a construir tu marca.
La historia es lo primero
Los profesionales de relaciones públicas deben ser narradores que conozcan todos los matices del negocio. ¿Cuál es la visión de la empresa? ¿Cómo los productos que crea dan vida a esa visión? ¿Para qué está posicionada la empresa que nadie más puede hacer? ¿Cómo mejorará la vida de sus clientes y socios? ¿Cuál es la misión que todos harán posible? Cada una de estas preguntas debe abordarse a medida que una empresa trabaja para construir su marca y su cultura.
¿Cómo haces esto? Literalmente necesitas tomarte un tiempo para escribir la historia que quieres contar. ¿Qué quieres que sientan las personas cuando lean o escuchen sobre tu marca? Sentarte y escribir la historia te ayudará a identificar brechas y debilidades. Sé brutalmente honesto. Si aún no tienes todas las piezas para contar una gran historia, entonces no deberías contarla todavía.
Tres niveles cruciales
Las relaciones públicas son más que solo relaciones con los medios. Ese sigue siendo un elemento importante, pero ahora hay al menos tres palancas principales que toda empresa debe considerar cuando se trata de contar su historia: tradicional, sindicada y propia.
¿Cómo haces esto?
- Tradicional: aún necesitas desarrollar relaciones con figuras clave de la prensa que sigan tu industria. Ya sea periódicos de tirada nacional o local, o incluso una publicación comercial, debes cultivar y mantener relaciones con la prensa para que cuenten tu historia a sus lectores.
- Sindicado: la sindicación ocurre cuando las empresas tienen relaciones con propiedades online para producir contenido personalizado o específico para sus lectores. Todos los días, miles de marcas se sindican, ya que el mundo de los medios online funciona las 24 horas del día, los 7 días de la semana, y requiere contenido nuevo e interesante. La mejor manera de hacer esto es saber lo que tienes para ofrecer que una entidad de medios encontraría valioso. Los datos, las encuestas, los conocimientos de los clientes y otros activos que tienes pueden ser perfectos para que otros los aprovechen.
- Propiedad: el futuro de las relaciones públicas será el contenido en propiedad; los activos que creas que le dan vida a tu historia de una manera que crea algún tipo de conexión emocional con tus clientes. Ya sea una publicación de blog, un podcast o contenido de vídeo, esta tendencia continuará a medida que más empresas busquen tener una conversación directa con sus clientes.
Las relaciones públicas son un centro de ganancias, no un centro de costes
Cuando piensas en todos los sitios a los que llega tu historia y el impacto que tiene, simplemente no puedes darte el lujo de no invertir en la disciplina. Debido a que no es algo que se pueda piratear y requiere una gran paciencia para ver los beneficios, algunas empresas tienden a considerar las relaciones públicas como un gasto. En realidad, las relaciones públicas deben verse como un centro de ganancias. Desde el reclutamiento hasta el crecimiento de SEO y el desarrollo comercial, las relaciones públicas pueden servir como un catalizador que pone tu marca frente a las personas adecuadas a medida que escalas tu negocio.
¿Cómo haces esto?
Como cualquier otra parte del éxito empresarial, se reduce a un activo: la gente. Al final del día, tu historia es tu propiedad intelectual. A través de los altibajos de un negocio, lo único que nunca se desvanece es su historia, y eso no es algo que debas poner en manos externas y no es algo en lo que no debas invertir.
