¿Alguna vez has estado en Facebook o Instagram y has visto un anuncio que es inquietantemente relevante para ti? Si es así, puede que se deba a tu huella digital: ¿Qué información está dando? ¿Quién la está viendo? ¿Qué saben las aplicaciones, las organizaciones e incluso el gobierno sobre ti?
Si eres un ávido usuario de redes sociales es posible que te preocupe cómo podrías ser rastreado online y cómo tu actividad podría usarse en tu contra. A continuación, enumeraremos algunas formas en las que puedes evitar dejar un rastro digital.
Pero primero, veamos cómo se crea un rastro digital:
- Monitorización en Internet: todo lo que haces en Internet está siendo rastreado. Tu historial de búsqueda, tu ubicación, las aplicaciones que instalas, el contenido con el que interactúas: todo sirve como punto de datos en servicios como sistemas de recomendación y detección de fraude. Si eres una persona que experimenta problemas de salud, puedes buscar médicos, medicamentos o posibles complicaciones. También puedes estar buscando en Google síntomas que indiquen depresión o artritis. Puedes (sin darte cuenta) compartir información sobre tus problemas en las redes sociales o mediante aplicaciones de mensajería. Todo esto forma un rastro digital; una empresa o aplicación de seguimiento puede usar y vender esta información.
- Supervisión inteligente y creación de perfiles de usuarios: las tendencias recientes en el aprendizaje automático han hecho que la creación de perfiles de usuarios sea extremadamente poderosa. Los modelos ahora pueden determinar a quién le pueden gustar qué productos y en qué colores y tamaños. Existen algoritmos que calculan sistemáticamente las probabilidades de que un usuario sea víctima de ciertas tácticas de marketing o sea susceptible a ciertos problemas. Una empresa que tenga acceso a suficiente información sobre ti puede ser capaz de “predecir” cuándo estás embarazada, qué tendencias tienes o incluso cuál es tu orientación sexual. Esto se puede usar para adaptar los anuncios que recibes o incluso ponerte en ciertas listas de vigilancia.
Entonces, ¿cómo evitas dejar un rastro digital? Sigue estos consejos:
- Comparte sabiamente en las redes sociales. Ten en cuenta las cosas que estás publicando en tu Facebook, Instagram y Twitter. Si preguntas sobre problemas de salud, ten cuidado con quiénes pueden ver tus publicaciones. Revisa a tus amigos y seguidores de forma rutinaria y mantén tu configuración de privacidad al máximo. Como regla general, evita publicar sobre temas delicados o información que no estés dispuesto a compartir con cualquiera. Incluso si la publicas en un grupo privado y tienes la configuración de privacidad más restrictiva, es posible que tus amigos y seguidores no la tengan: podrían compartir la información con su red o sus cuentas podrían verse comprometidas.
- Desactiva el seguimiento de ubicación. Muchas aplicaciones utilizan tu ubicación para ofrecer mejores recomendaciones y detectar fraudes (por ejemplo, una transacción inusual en una tarjeta de crédito). Google Maps a menudo almacena los lugares que has visitado. Otras aplicaciones (como Snapchat e Instagram) también pueden estar usando pasivamente tu ubicación en segundo plano. Asegúrate de revisar los permisos de ubicación en la configuración de tu teléfono y desactívalos periódicamente para todas las aplicaciones.
- Busca en modo anónimo. Cuando navegues por Internet, hazlo en modo anónimo o de incógnito. Esto asegura que tus búsquedas no se registren en el historial del navegador. Cualquier amigo o familiar que acceda a tu teléfono no podrá verificar qué términos de búsqueda ingresaste o qué páginas visitaste. No se retienen cookies (elementos de seguimiento colocados por páginas web en tu ordenador o teléfono), por lo que esas páginas web no pueden rastrearte. Esto evita que una página web genere un perfil de ti y rastree tu actividad en diferentes páginas web. Una cosa importante que debes recordar es que si bien tu actividad no será visible para otros usuarios del ordenador, tu proveedor de servicios de Internet (ISP) puede ver y registrar lo que estás haciendo.
- Usa servicios VPN. Un servicio VPN mantiene tu actividad privada y te permite disfrazar tu dirección IP mientras usas Internet. Tu ISP o las páginas web que visitas ya no pueden rastrearte en función de tu IP (aún pueden registrar la IP, pero en realidad no será tuya). Puedes cambiar tu dirección IP con la frecuencia que desees. Dado que la ubicación está determinada por una búsqueda inversa de la IP, esto también oculta efectivamente tu ubicación.
- Usa mensajería encriptada. Si estás compartiendo información confidencial con tus amigos, asegúrate de compartirla a través de una aplicación de mensajería segura. Las aplicaciones como WhatsApp están encriptadas de extremo a extremo, lo que significa que estos mensajes no pueden ser interceptados ni decodificados.
- Envía documentos usando enlaces. A menudo, es posible que desees compartir documentos o informes médicos con alguien y, una vez que los envíes como parte de un correo electrónico o chat, podrían usarse en tu contra. Si deseas enviar un documento a alguien, primero cárgalo en un servicio seguro en la nube como Google Drive, OneDrive o Dropbox. Estos servicios te permiten generar enlaces seguros para compartir con personas específicas. Una vez que la otra persona haya visto el archivo, puedes desactivar el enlace. Una vez deshabilitado, hacer clic en el enlace no conduce a ninguna parte. Si quieres ir un paso más allá, usa un acortador de URL como BitLy o TinyURL para generar un enlace corto y anodino, que incluso oculta la página web real a la que estás enlazando.
- Usa direcciones de correo electrónico desechables. Muchas páginas web necesitan que te registres con una dirección de correo electrónico para acceder al contenido. Si te encuentras en una página web de este tipo, no uses tu correo electrónico real para la verificación; usa una dirección de correo electrónico desechable. Las páginas web como TempMail te permiten generar direcciones de correo electrónico y recibir correos electrónicos durante un corto período de tiempo. Puedes crear tantas como quieras y usar una diferente cada vez. De esta manera, evitas compartir tu correo electrónico real: si alguna vez se viola la página web, tu identidad no quedará expuesta.
Si bien es casi imposible garantizar el anonimato completo en Internet, estas técnicas deberían proporcionar un buen punto de partida. Asegúrate de seguir también otras mejores prácticas de higiene digital: elige contraseñas largas y aleatorias, no compartas ni reutilices contraseñas y no hagas clic en enlaces sospechosos o desconocidos.