Lo creas o no, las empresas pueden prosperar sin la ayuda de los inversores. Los empresarios tienen diversas razones para no recurrir a capitalistas de riesgo para que inyecten dinero a sus nuevas empresas. Algunos no quieren el dolor de cabeza de que un inversor les diga cómo manejar su negocio, y otros prefieren pasar tiempo trabajando en su negocio en vez de perder el tiempo tratando de encontrar el socio inversor adecuado.
Esto podría ser la causa de que los niveles de inversión de capital riesgo cayeron un 35% en 2023 y el gasto de los inversores se está desacelerando.
Independientemente del motivo, existen alternativas al capital riesgo para los fundadores que buscan sacar adelante sus negocios. A continuación, vemos cuatro opciones viables, analizamos sus beneficios, desafíos y cuándo los emprendedores podrían considerarlas.
Crowdfunding
Involucrar a los clientes a los que atiendes para obtener respaldo financiero podría ser una buena opción para tu negocio.
Sitios como Kickstarter, GoFundMe e Indiegogo han estado ayudando a empresarios con buenas ideas a encontrar respaldo financiero de un gran grupo de inversores potenciales sin las condiciones que normalmente vienen con el capital de riesgo.
Estos sitios de crowdfunding permiten a personas de todo el mundo invertir pequeñas cantidades de dinero en una idea en la que creen. Establecer un objetivo y pedir a los posibles consumidores que ayuden a alcanzarlo no solo ayuda a proporcionar una inyección de efectivo muy necesaria, sino también una excelente vía para generar preventas y conocimiento de mercado.
Todavía se requieren intensos esfuerzos de marketing (un presupuesto mínimo de 50.000 dólares) para destacar entre el ruido de millones de otras empresas emergentes con la misma idea.
El otro peligro es gastar demasiada energía y recursos tratando de alcanzar tu objetivo, pero luego no lo logras y pierdes todo el dinero que podrías haber recaudado. Los sitios de financiación colectiva generalmente pagan solo si alcanzas tu objetivo a tiempo, e incluso en ese caso, hay una tarifa de transacción.
Cuándo considerarlo: si tu producto es creativo, innovador y está centrado en el consumidor, tendrás más posibilidades de captar el interés del público y obtener suficiente apoyo financiero para tener éxito.
Business angel
Si bien es posible que tu empresa no obtenga una inversión tan grande como la que obtendría con una empresa de capital de riesgo tradicional, los business angels pueden ser una alternativa de financiación prometedora.
Estas personas adineradas buscan nuevas empresas interesantes (normalmente en una industria que conocen bien) en las que invertir sus fondos personales, con la esperanza de impulsar una idea de negocio en la que realmente creen.
Los fondos de los business angels te brindan acceso al capital como los inversores tradicionales, pero no suelen estar sujetos a tantas condiciones. Algunos business angels incluso están dispuestos a desempeñar el papel de mentor. Un business angel adecuado pueden acelerar significativamente el crecimiento de tu negocio aprovechando sus conexiones y su base de conocimientos, lo que da como resultado una mejor alineación.
Sin embargo, al igual que las inversiones tradicionales, los business angels esperan un nivel de propiedad en la empresa o incluso un puesto en el consejo directivo, lo que crea posibles complicaciones, especialmente si tienen expectativas diferentes a las del fundador.
Por lo general, invierten mucho menos dinero que los capitalistas de riesgo, ya que estos individuos ponen su propio dinero y son más reacios al riesgo.
Cuándo considerarlo: si eres una startup en etapa inicial que necesita más capital que el bootstrapping o el crowdfunding, puedes proporcionar y tener un concepto nuevo e intrigante con un plan de negocios sólido.
Subvención
Solicitar una subvención es siempre una posibilidad si buscas oportunidades de capital con más libertad.
Ya sean del Gobierno o de corporaciones privadas, existen numerosas opciones de financiación de subvenciones dirigidas a empresas emergentes que no requieren que renuncies al control de tu empresa, con opciones de pago flexibles si es necesario.
Si bien el proceso de solicitud es lento y muy competitivo, vale la pena el esfuerzo si tienes más tiempo que dinero. Incluso puedes considerar contratar a un gestor de subvenciones, ya que algunos trabajan con honorarios contingentes si creen que la propuesta tendrá éxito.
También debes tener en cuenta que algunos otorgantes pueden restringir la forma en que se pueden utilizar los fondos, lo que podría limitar su utilidad para expandir tu negocio.
Cuándo considerarlo: si trabajas en los sectores de tecnología, investigación, educación o empresas sociales, existen muchas oportunidades de subvenciones que puedes aprovechar, ya que se alinean mucho más de cerca con los objetivos de los donantes.
Bootstrapping
Seguro que habrás oído alguna vez la frase «Lógralo por tus propios medios«. Se trata de la ideología, muy venerada, de que la autosuficiencia y el trabajo duro conducen al éxito.
El bootstrapping es un concepto similar para las empresas emergentes: tu inteligencia y determinación te permitirán crear valor a partir de recursos financieros limitados. Los fundadores creativos brillan cuando pueden encontrar soluciones que no requieren un gran capital para problemas críticos.
Se trata de una práctica habitual entre los jóvenes emprendedores con poca experiencia en la gestión de empresas. Si bien les puede llevar más tiempo adaptarse a la curva de aprendizaje, están acostumbrados a trabajar sin capital ni salario.
La principal razón por la que muchos empresarios no buscan financiación a través de la inversión es la libertad. Tienen la última palabra y no tienen que compartir la propiedad con nadie más. Esto también les permite hacer crecer su negocio a su propio ritmo. No tienen a nadie a quien rendir cuentas con los informes financieros, por lo que el ritmo de la expansión no les supone una carga para cumplir con las expectativas de los inversores.
Por supuesto, esto requiere una supervisión intensiva de los costes y los gastos, lo que a menudo genera estrés por las finanzas y por decidir dónde recortar para mantener la solvencia. Limitar los recursos financieros y la forma de asignarlos frena el potencial de crecimiento y la capacidad de generar ingresos.
También supone graves riesgos para el fundador, ya que normalmente respalda la empresa con su propio dinero. Si la empresa fracasa, no tendrá que garantizar que se pague a los inversores u otros intermediarios. Sin embargo, está apostando por su bienestar financiero si las cosas van mal.
Cuándo considerarlo: esta opción puede ser viable si el tiempo no es crucial. Puedes lograr cosas similares sin capital; llegar a ese punto puede llevarte mucho más tiempo.