¿Conoces el concepto de neuromarketing? Se trata de la aplicación de las técnicas de la neurociencia al área del marketing.
Se trata de la aplicación de las técnicas de la neurociencia al área del marketing, es decir, que se estudia cuáles son los niveles de atención, memoria y emoción y cómo se reciben los estímulos para intentar mejorar las estrategias de promoción de la empresa sin incrementar mucho los gastos en este sentido. Algunos consideran que el neuromarketing es la aplicación más pura de la ciencia al sector de la mercadotecnia, porque mide la reacción del cuerpo (ritmo cardíaco, comportamiento…) ante determinados estímulos y utiliza esta información para crear estrategias personalizadas.
¿Cómo se diseñan las estrategias de neuromarketing?
Normalmente, cuando que quiere poner en marcha una campaña como esta, se cuenta con profesionales de ambas disciplinas, es decir, expertos en el comportamiento humano como psicólogos y expertos en técnicas de marketing. Ambos pueden tratar de combinar sus conocimientos para saber cómo influyen diferentes estímulos en la decisión de compra y combinarlos para lograr los mayores beneficios.
Técnicas de venta inspiradas en el neuromarketing
Aunque el neuromarketing es una ciencia aún en desarrollo, existen muchas técnicas de venta y herramientas de marketing que se inspiran en esta disciplina. Estos son algunos ejemplos:
- Marketing olfativo. ¿Alguna vez te has fijado en el olor a pan recién hecho al pasar frente a una panadería y has tenido ganas de entrar a comprar? El marketing olfativo se basa en la capacidad de los olores para evocar percepciones y tiene muchas aplicaciones, desde perfumar sutilmente una tienda hasta escoger el matiz de olor perfecto para un champú.
- Ubicación de los productos en los supermercados. La experiencia de compra en el supermercado está diseñada para que el cliente se quede todo el tiempo posible, lo que incrementa la posibilidad de que acabe comprando productos “extra”. Uno de los trucos para ello es ubicar los productos básicos lejos de la entrada, para que tenga que recorrer todo el establecimiento y vea las ofertas en el camino. Se busca por tanto generar decisiones de compra impulsivas aunque el cliente haya ido con un plan de compra racional.
- Música. Muchísimos establecimientos cuentan con un hilo musical, y como habrás adivinado la elección de temas no es una casualidad. Una técnica común es usar música de ritmo rápido cuando el local está lleno y hay que animar a los clientes a hacer compras rápidas, y más lenta cuando hay poca gente. Las tiendas de ropa para público joven suelen tener música electrónica para crear un ambiente de fiesta y diversión que estimule las compras.
- Precios terminados en 5 o en 9. Los llamados “precios psicológicos” (por ejemplo, 9,95 o 9,99 en lugar de 10) son uno de los trucos más sencillos para engañar a nuestro cerebro. Y es que aunque sabemos perfectamente que la diferencia con un precio redondo es inapreciable, no podemos evitar la sensación de que son más baratos.
Técnicas de neuromarketing que vemos muy a menudo en el supermercado
Aunque este tipo de estrategias suenen muy complicadas, lo cierto es que nos encontramos con muchos ejemplos en nuestro día a día. Estos son algunos de ellos:
- Los carros de la compra: ¿Te has fijado que siempre tienen una gran amplitud? Están diseñados así para que orienten a una compra masiva, de forma que si un consumidor lleva uno de estos estará más condicionado a llenarlo con varios artículos.
- Los hornos de los supermercados: Seguro que te ha llamado la atención que los obradores o que el pan recién hecho se exponga en un lugar céntrico, y esto es así para que los clientes puedan oler los productos recién hechos y sientan tentación de comprarlos.
- ¿Por qué el aceite siempre está en los últimos pasillos? Los víveres básicos están colocados al final de las tiendas para que por el camino te encuentres con otros productos que puede que no te hagan tanta falta pero que te interesen y que te llame la atención hacerte con ellos.
- El orden de los precios: Los artículos más caros suelen estar más accesibles en una estantería, mientras que los que tienen un precio mayor se suelen situar en puestos más altos para que sea necesario un mayor esfuerzo para adquirirlos.
- Precios acabados en ‘99: Suelen tener un efecto psicológico que hace que nos parezcan más baratos, por eso en muy pocas ocasiones vamos a ver precios redondeados. Seguro que te suenan muchos ejemplos de este tipo.
El neuromarketing es una disciplina que se centra en analizar cómo funciona el cuerpo y el cerebro humano y aprovechar estas reacciones para conseguir una venta, por eso muchas empresas realizan verdaderas estrategias de este tipo para captar más clientes.
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