La pandemia de la COVID-19 ha alterado numerosas esferas de la vida diaria, entre ellas, la laboral. Una investigación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) ha estudiado qué elementos influyen en que los equipos de trabajo sean eficaces. La explicación es multidimensional y multinivel.
«El liderazgo transformador impulsa la capacidad de resiliencia y la asunción de nuevos retos por parte de los empleados», afirma Pilar Ficapal Cusi, profesora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC y una de las autoras del estudio, que se publica en la revista Journal of Cleaner Production.
Si hablamos desde la perspectiva grupal y organizativa, «la visión compartida, la creencia del equipo en su propia eficacia creativa, la capacidad de reflexionar abiertamente sobre la forma en que se conectan sus miembros para adaptarse a las nuevas circunstancias y la seguridad en la participación son elementos fundamentales que conducen a un desempeño eficaz», añade la investigadora de la UOC.
El estudio analiza las respuestas de 654 equipos de trabajo, con un total de 3.190 empleados de diferentes empresas localizadas en España. El 57 % eran mujeres, y el 43 %, hombres. El tamaño de los grupos osciló entre los 3 y los 10 miembros, y la media de edad fue de unos 37 años. Los cuestionarios se realizaron entre abril de 2016 y diciembre de 2017.
«Los resultados muestran que el liderazgo que tiende a ser una fuente de inspiración y motivación para el logro de resultados es esencial para impulsar el desempeño percibido del equipo», explica Mihaela Enache Zegheru, profesora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC y otra de las autoras del estudio, junto con el profesor Joan Torrent Sellens. Los tres forman parte del grupo de investigación i2TIC de la UOC.
Según la investigación, fijar objetivos realistas también es importante para que el grupo funcione. «Los miembros necesitan objetivos claramente definidos y aceptados. Además, estos deberían ser alcanzables pero desafiantes, y motivar una visión compartida», sostiene Enache Zegheru.
La investigación tiene repercusiones también para las empresas, al mostrar que las organizaciones que fomentan entornos de trabajo colaborativos, estimulando la creatividad y la innovación, mejoran el rendimiento de sus equipos. Además, las prácticas organizativas que impulsan la comunicación abierta y la participación de los miembros del equipo en los procesos de toma de decisiones pueden contribuir a iniciar y desarrollar el potencial creativo.
Los pros y contras del teletrabajo
Aunque los cuestionarios se realizaron antes de la actual pandemia, las investigadoras extraen algunas conclusiones de su análisis y de otras investigaciones previas que podrían aplicarse en el panorama actual, sobre todo en lo relativo al teletrabajo, una opción que ha aumentado para prevenir el contagio del SARS-CoV-2.
«El teletrabajo es una buena forma de alcanzar reducciones de costes o mejoras de productividad en el corto plazo. Sin embargo, también se ha puesto de relieve que los procesos basados en la creatividad o la innovación tienen más dificultades en el contexto del trabajo remoto», puntualizan las autoras.
Las investigadoras alertan de que, a pesar de que el teletrabajo tiene ventajas como la flexibilidad horaria, la reducción de la movilidad y una mayor eficacia laboral, el uso constante de las tecnologías conlleva una sobreabundancia de información que, si es superior a la que el empleado puede gestionar de manera eficiente, genera efectos negativos como la sobrecarga de trabajo, el tecnoestrés, el agotamiento o el conflicto trabajo-hogar.
«Dentro del contexto laboral actual, muy castigado por la crisis sanitaria, es importante que el equipo desarrolle mecanismos para hacer frente a entornos potencialmente estresantes, aceptar desafíos y desarrollar colectivamente ideas creativas e innovadoras», indica Ficapal Cusi.
Para Enache Zegheru, «aquí juega un papel importante el rol del líder. En este contexto, un liderazgo orientado a tareas, pero que también apoye y motive al equipo, contribuye a un buen funcionamiento del grupo».
Además, es relevante que los empleados perciban el apoyo organizativo, puesto que, según las autoras, «el ajuste entre capacidades, expectativas y necesidades de cada uno de los miembros del equipo y el equilibrio entre las demandas del puesto de trabajo y los recursos laborales son esenciales para el bienestar de los empleados».
Esta investigación favorece los siguientes objetivos de desarrollo sostenible (ODS): el 3, salud y bienestar, y el 8, trabajo decente y crecimiento económico.
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