Determinar el valor de una empresa no se trata solo de sumar ingresos y restar gastos. Si bien son una pieza importante, estos números concretos son sólo la mitad de la ecuación para calcular el valor de una empresa.
Para determinar el valor real, también se analizan factores como el nivel de participación del fundador, los objetivos de la empresa y las oportunidades de crecimiento. Cuando se utiliza la ecuación completa, se obtiene una imagen completa de una empresa y se puede comprender mejor la historia de su pasado, presente y futuro.
Los cálculos pueden variar según la empresa, pero en una empresa saludable hay una división de aproximadamente 50/50 entre los aspectos cuantitativos (financieros) y cualitativos (no financieros) del desempeño. Si el negocio no es rentable, es más importante centrarse en el aspecto cuantitativo y fijar los números primero. A muchos fundadores no les gusta escuchar eso, pero si no alcanzan sus números, puede significar que el negocio no está funcionando. Deben solucionar los problemas cuantitativos antes de pasar al lado cualitativo.
Para las empresas saludables que desean maximizar su valor, los indicadores cualitativos se pueden agrupar en tres categorías principales.
Indicadores cualitativos
- Los objetivos del fundador
Hemos encontrado investigaciones importantes que muestran que si un fundador ha definido objetivos y planes para el futuro que estén en línea con las expectativas del mercado para el valor de su empresa, tendrá una salida mucho más sólida. ¿Cuál es el objetivo definido por el fundador al salir del negocio: obtener la mayor cantidad de dinero, cuidar de sus empleados y asegurar un legado? Luego debes llegar al «por qué» detrás de los objetivos y diseñar un plan de acción. Casi no importa cuáles sean las respuestas a las preguntas; tener metas alcanzables y una estrategia para alcanzarlas puede aumentar el valor de la empresa porque mantiene al propietario enfocado en mejorar las otras áreas del negocio.
- El papel del fundador
El grado de participación del fundador es un indicador crítico, pero quizás no por la razón que crees. Cuanto más involucrado esté el fundador en las operaciones diarias, cuanto más central sea para el negocio, menos valdrá el negocio en el futuro. Si el fundador es el eje que mantiene todo unido, ¿qué pasará con la empresa cuando se vaya? La evaluación de las operaciones tiene más que ver con el sistema y la estructura del equipo. Mira el organigrama y quién está en él: ¿son buenos o malos empleados? Examina los procesos y procedimientos de la empresa y cómo se capacitan e incorporan los nuevos miembros del equipo. El fundador establece la visión, pero es el equipo el que aumenta el valor de la empresa al llevar a cabo la visión.
- Oportunidades de crecimiento
Nadie quiere comprar un negocio y mantenerlo exactamente como está. Quieren ver potencial de crecimiento en el futuro, especialmente el potencial de retorno de su inversión como comprador. Ya sea un simple aumento de precio o nuevas ubicaciones, quien compre el negocio preguntará sobre las oportunidades de crecimiento. Indicadores como la diversificación de productos o servicios tanto en la empresa como en la industria en la que se encuentra dan una buena idea de si la empresa está avanzando o está parada (y en riesgo de retroceder). Cuanto más potencial se pueda mostrar, más ventajas habrá para el próximo propietario, lo que se sumará a un mayor valor.
Ciclo de éxito
Cuando el lado cualitativo de la ecuación funciona, todo encaja. El fundador conoce los objetivos, que están alineados con el rumbo de la empresa, y lidera la organización, pero trabaja fuera de las operaciones del día a día; el negocio crece y crea más oportunidades de crecimiento para el próximo propietario. Junto con cifras rentables, es un ciclo que construye un negocio de alta calidad.