Durante los últimos años hemos visto como nuestras casas se volvían más y más inteligentes gracias a los dispositivos conocidos como IoT (Internet de las cosas). Estos objetos, como los robots de limpieza que son capaces de aprender la forma de tu casa o los asistentes virtuales que son capaces de reconocer tu voz y realizar acciones, nos permiten realizar tareas de forma sencilla, automática y, en muchos casos, conectándose a Internet.
Son útiles y convenientes, pero con el aumento de su uso en los hogares también estamos viendo cómo crecen las amenazas de seguridad asociadas a ellos: cuanto más inteligente y más funciones tiene un dispositivo, más riesgo puede haber de sufrir algún tipo de ataque, especialmente aquéllos que provienen de cibercriminales a través de Internet.
U-tad nos ofrece seis consejos con los que los usuarios podemos mejorar nuestra protección frente a ciberataques si utilizamos estos dispositivos en casa:
- Evitar las contraseñas por defecto: Muchos de estos dispositivos vienen con contraseñas por defecto o puestas de fábrica, para facilitar el proceso de instalación. Recuerda siempre cambiar esta contraseña y, si no es posible, lo mejor es evitar ese dispositivo, ya que posiblemente no sea seguro. Esto ocurre, por ejemplo, en los routers que ya cuentan con una contraseña incorporada y que debe ser inmediatamente modificada.
- Nunca repetir contraseñas: Por si hay alguien que todavía no lo sabe, se lo explicaremos: las contraseñas son la base de nuestra seguridad y, mientras se mantenga secreta, nadie debería acceder a nuestros datos. Pero, aunque no es común, las empresas pueden tener brechas de seguridad que hagan que nuestros datos se filtren y, por tanto, sean utilizados para acceder a otras cuentas personales. Puedes paliar este problema si evitas reutilizar tus contraseñas, tanto en las webs como en todos tus dispositivos personales como el teléfono móvil, tablet o reloj inteligente. Si tienes alguna sospecha, aquí puedes comprobar si tu correo ha estado en alguna filtración.
- Comprar de proveedores conocidos: Una de las formas que tenemos los usuarios para aumentar la seguridad de nuestros dispositivos es comprar productos de marcas referentes y conocidas. Estos fabricantes suelen ser más seguros de base, ya que tienen grandes equipos de seguridad que se encargan de investigar y solucionar cualquier problema que pueda surgir. Cuando un error de seguridad sale a la luz, estas empresas son las primeras en solucionarlo mientras que una marca desconocida es posible que jamás lo solucione. Por ejemplo, un caso que se hizo famoso fue el de un fabricante de robots aspiradores que utilizaba servidores poco seguros, y eso llevó a la filtración de los planos de las casas de sus usuarios.
- Actualiza tus dispositivos: Por muy buena y segura que sea una empresa, los errores de seguridad surgen con bastante frecuencia. Para poder protegerte frente a estas vulnerabilidades, las compañías lanzan actualizaciones periódicas que arreglan estos errores y es por esto por lo que deberíamos tener los dispositivos siempre actualizados (un ejemplo son los coches eléctricos, que han de mantenerse regularmente actualizados para evitar que alguien pueda manipular tu vehículo, acceder a su configuración, etc.). Cuando un dispositivo no se puede actualizar, pero tiene características como conectarse a Internet o comunicarse con otros dispositivos, puede no ser seguro.
- Usar los dispositivos en redes Wifi seguras: Es posible que alguna vez hayas oído que las redes sin contraseña o públicas son peligrosas y no se deberían usar. Esto es completamente cierto, cuando una red no tiene contraseña cualquier persona puede entrar y robar nuestros datos que se envían desprotegidos. Por esta razón, es mejor evitar usar estas redes con dispositivos IoT que suelen tener menos protecciones que un PC o un teléfono móvil actual.
- Protege tu dispositivo de forma física: Muchas veces los dispositivos pueden ser seguros de cara a Internet, pero luego estar expuestos en un lugar en el que cualquier persona puede acceder. Piensa siempre quién tiene acceso a dispositivos como cámaras inteligentes o asistentes virtuales. Un ejemplo de protección física que ofrecen estos asistentes es que solo respondan a la voz de personas autorizadas, esto hace que aunque tengas el dispositivo al alcance de muchas personas, solo nosotros podamos usarlo.
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