El pasado 9 de mayo se puso fin al estado de alarma que ha durado más de un año, y con él, las restricciones han cambiado. En la mayoría de las comunidades españolas ya no hay toque de queda y tampoco cierres perimetrales, y esto supone una nueva realidad para todos.
Por eso, te explicamos cómo puede afectar esto a nuestro cerebro y de qué manera podemos preparar nuestra mente ante estos nuevos cambios. En primer lugar, hay que decir que el ritmo al que nos podamos readaptar a una vida sin tantas limitaciones como antes dependerá de muchos factores, diferentes para cada uno de nosotros: nuestras características de personalidad, nuestras experiencias durante todo este duro año, nuestras circunstancias vitales o familiares, así como nuestro estado de salud.
Por otro lado, según apunta Aída Rubio, Directora del Servicio de Psicología y Psicóloga Sanitaria en TherapyChat, “es importante saber que nuestro cerebro necesita tiempo y un consumo extra de energía ante todo tipo de cambios. Y no sólo encuentra un reto el adaptarse a cambios que consideramos negativos, como ocurrió hace un año con el estallido de la pandemia y la declaración del estado de alarma; sino que también supone un reto adaptarse a los cambios positivos, como puede ser el fin del estado de alarma y el fin de algunas de las restricciones derivadas». Aunque pueda ser más difícil de entender, nuestro cerebro tiene que abordar un periodo de adaptación también cuando se trata de adaptarse a algo que a priori es positivo. No hace falta más que pensar en circunstancias positivas en nuestra vida que hemos elegido: cambiar de casa, tener hijos, cambiar a un trabajo mejor… por mucho que estos cambios a largo plazo sean positivos para nosotros y que hayan sido tan deseados, resulta que seguramente encontremos que al principio nos generan cierta inestabilidad emocional, cierto estrés, cierta confusión, ¿por qué? Porque tenemos que hacer un esfuerzo para cambiar nuestras conductas, nuestras costumbres, para situarnos en ese nuevo contexto.
Ante el fin del estado de alarma, aunque en principio avancemos poco a poco a una situación que teníamos manejada, no podemos olvidar que ya hemos generado unas nuevas estructuras que tienen que acomodarse a una vuelta a la normalidad, y esto es un trabajo que no solamente hacemos a nivel externo y observable, sino que implica unos cambios fisiológicos en nuestro organismo. Teniendo esto en cuenta, ofrecemos varios consejos para que podamos afrontar este proceso:
- Vuelve a la normalidad poco a poco: nadie mejor que tú sabe para qué estás preparado y para qué aún es pronto, por tanto, deja que esto mande en tu proceso de desescalada. Es importante que no te dejes llevar por la conducta de los demás y que aceptes tus propios plazos. Posibilidad no es obligación, y es en ese punto donde debes ejercer una libertad racional, buscando un punto intermedio entre sufrir un miedo innecesario y aislarte completamente. Por esto, la mejor recomendación que podemos hacerte es que optes por una exposición progresiva en función de tu estado.
- Entiende y expresa tus miedos: el miedo es una emoción natural y por tanto sentirla es positivo y necesario en muchos momentos. Debes analizar con detalle cuáles son tus miedos y su intensidad, puesto que aceptarlos y entenderlos es el primer paso para hacer una exposición progresiva y evitar momentos de ansiedad descontrolada. Escribir los pensamientos negativos que llegan a tu cabeza y que generan malestar te ayudará a entender de dónde viene el miedo. Recuerda que normalizar los sentimientos y hablar de ellos es una forma de canalizar el malestar por lo que un punto positivo puede ser transmitir a personas de confianza cómo te encuentras y qué te asusta.
- Planifica tu nueva vida: en función de la edad, profesión o intereses, la vida de cada uno se va a ver modificada en un nivel o en otro, pero todos tendremos que hacer cambios de ahora en adelante. Estos cambios afectarán tanto a nivel familiar como social y laboral. En todos estos ámbitos, cuanto más te adelantes, menos sorpresas tendrás que afrontar.
- Cumple con las medidas planteadas: tan complejo puede ser un miedo descontrolado como la ausencia del mismo que lleve a asumir riesgos en esta situación de crisis sanitaria. No debemos olvidar que es fundamental cumplir con las pautas de forma responsable. Hacer cosas que han estado limitadas durante un tiempo puede provocar una sensación de falsa realidad, pero es necesario tener presente que la paciencia sigue siendo por el momento una de las armas más potentes en el momento actual.
