El personal que confía en el teletrabajo cree que esta forma de organizarse le ayudará a ser más productivo

La confianza de los empleados y jefes en el teletrabajo es clave para el éxito de este modelo laboral

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Actualizado 20 | 03 | 2023 09:54

Teletrabajo productividad

En los últimos años, el teletrabajo, impulsado por la implantación de las tecnologías de la información y comunicación y, en especial, a causa de la pandemia, se ha convertido en una característica de muchos puestos laborales.

Se trata de una forma de trabajar que muchas empresas han puesto a disposición de sus empleados y empleadas, pero que aún dista mucho de ser una generalidad en el modelo de trabajo actual.

Debido a los múltiples factores que confluyen en el desarrollo del teletrabajo, como los aspectos psicosociales, la productividad y los costes, investigadores de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) han analizado las diferentes perspectivas y percepciones para aportar evidencias sobre el dilema del teletrabajo. «Exploramos y testeamos distintos modelos para captar los factores que afectan de forma positiva y negativa al rendimiento de las personas empleadas que teletrabajan, demostrando cómo influyen la confianza, la sobrecarga de trabajo, el aislamiento social y la fatiga laboral en su desempeño«, apunta Pilar Ficapal-Cusí, profesora agregada de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC y una de las autoras principales de este trabajo.

En la investigación del ámbito, se ha demostrado que el teletrabajo tiene un impacto positivo en el rendimiento individual, grupal y organizacional de las empresas y entidades. En concreto, estudios comparativos han demostrado que las personas teletrabajadoras se sentían más productivas y manifestaban niveles inferiores de fatiga.

No obstante, otros estudios también evidenciaron que las propias condiciones en las que se desarrolla el teletrabajo pueden conducir a una intensificación del trabajo y, como consecuencia, el esfuerzo mental o físico prolongado afecta a la eficiencia y el rendimiento del personal. «Estos resultados plantean un dilema, ya que, por un lado, se generan condiciones favorables y tiene efectos beneficiosos, pero a la vez puede tener efectos disfuncionales y restringir la obtención de un óptimo rendimiento del personal«, detalla la experta, también investigadora del grupo de investigación i2TIC de la UOC.

Beneficios y riesgos del teletrabajo

Tras analizar los datos de más de 200 personas empleadas de distintas empresas españolas en las que el teletrabajo está operante, los autores señalan que, si dichas personas confían en el teletrabajo, tienen la percepción de que este las ayudará a ser más productivas. Sin embargo, si no confían en este tipo de relación laboral, esta percepción de rendimiento disminuirá, con lo que se potenciarán, además, problemas de aislamiento social o fatiga laboral.

«La fatiga es el factor que más afecta en negativo al rendimiento del teletrabajoseguida de la confianza, en positivo, y del aislamiento social, también en negativo«, enumera Ficapal-Cusí.

El término «confianza» en este contexto supone que la persona que teletrabaja percibe el apoyo de sus superiores, que esta forma de trabajar no resta visibilidad a su desempeño y que su carrera profesional no se verá resentida. «La confianza en el teletrabajo establece condiciones favorables para fomentarlo y obtener un rendimiento óptimo del personal. Por el contrario, la falta de confianza puede conducir al impacto negativo del aislamiento social y profesional y acentuarlo, ya que percibir menos apoyo social puede socavar los efectos positivos del teletrabajo«, esgrime la experta.

Se trata de una circunstancia en la que la ausencia de conectividad social es una variable relevante en el rendimiento individual. Si bien es cierto que la reducción de interacciones irrelevantes y disponer de más tiempo adicional conducen a una mayor efectividad, si las personas empleadas sufren una sensación de aislamiento, el desempeño laboral se verá afectado negativamente.

«El aislamiento social se refiere a los sentimientos de un individuo de falta de inclusión o conexión dentro de su entorno de trabajo. Y las personas trabajadoras aisladas tienen menos confianza en sus habilidades y conocimientos, con pocas oportunidades de interactuar con sus compañeros y compañeras y menor capacidad de gestión. Por ello, el papel de los supervisores es fundamental para facilitar la integración social efectiva del personal que teletrabaja«, advierte la investigadora de la UOC.

Además, también existen otros aspectos, como la sobrecarga de trabajo y la fatiga laboral, que pueden menoscabar el estado de ánimo y la productividad de las personas. La fatiga laboral es el cansancio extremo que se experimenta durante y al final de la jornada laboral y que reduce la capacidad física y mental de las personas empleadas. «Si una persona siente que no puede hacer frente a las demandas de trabajo por su complejidad, la presión del tiempo o el elevado esfuerzo en realizar las tareas, se produce la sobrecarga de trabajo, que es un antecedente de la fatiga laboral«, añade la experta.

De hecho, existen suficientes datos que indican que las personas teletrabajadoras que asumen altas intensidades de trabajo, tanto familiares como profesionales, pueden experimentar mayores niveles de agotamiento.

Implantación del teletrabajo en España

Se estima que en España una de cada seis personas ocupadas tiene teletrabajo, entre el 14 % y el 17 %, según los últimos datos de la Encuesta sobre equipamiento y uso de tecnologías de información y comunicación (TIC) en los hogares, publicada por el Instituto Nacional de Estadística. Aunque su demanda social es muy superior, «el teletrabajo se vislumbra como un instrumento para retener y captar talento. No obstante, debe superar varios desafíos para su generalización, ya que requiere un esfuerzo de las administraciones, empresas y trabajadores«, incide la experta.

Según los autores de esta investigación, la confianza en el teletrabajo y en la organización que lo impulsa debe ser el elemento central para su desempeño efectivo. Por tanto, las empresas y entidades deben enfocarse en generar confianza, dar visibilidad y apoyar la mejora de la carrera profesional de las personas que teletrabajan para aumentar su rendimiento. «La confianza es un instrumento clave para adaptarse al teletrabajo, además, reduce la sensación de aislamiento y fatiga«, apunta Ficapal-Cusí.

En este aspecto, para lograr un desempeño efectivo, también es importante reducir las percepciones de aislamiento y soledad de las personas empleadas mediante la implementación de ciertas prácticas. «Las interacciones cara a cara, el intercambio constante de información o la capacitación del liderazgo han sido destacadas como buenas prácticas para evitar el aislamiento«, explica la experta.

No obstante, hay que tener en cuenta que actualmente el teletrabajo está muy asociado a profesiones que dependen de la tecnología, y que su desarrollo en ciertos puestos laborales está lejos de imponerse. «Su implantación en otros sectores en los que se requiere cierta presencialidad es más dificultosa y requerirá nuevas fórmulas«, asevera la profesora de la UOC.

«La gestión de la distancia y el diseño organizativo para una buena transición al teletrabajo debe basarse en reforzar la confianza de las personas empleadas en el teletrabajo y en la organización que lo impulsa estableciendo mecanismos para minimizar los sentimientos de aislamiento social y fatiga«, concluye Ficapal-Cusí.

Esta investigación de la UOC favorece los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) 3, salud y bienestar, y 8, trabajo decente y crecimiento económico.

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