La llegada de un freelancer o un talento externo a una empresa puede ser un desafío tanto para los empleados como para el freelancer, independientemente de si este trabajará a distancia o en las mismas oficinas durante el tiempo del proyecto.
De acuerdo con el HR e-Book de Malt, para que estos logran hacer “match” y se pueda evitar que la llegada de una persona nueva afecte el rendimiento del equipo, es indispensable lograr una integración total entre todos los involucrados.
En este sentido, el proceso de integración comienza incluso antes de la llegada del autónomo. Internamente, la empresa debe avisar previamente a los empleados de esta contratación así como explicar cómo será la interacción con el mismo y cuál será el nivel de su intervención en la empresa. Así los empleados dejan atrás cualquier duda o rechazo al pensar que una nueva persona puede llegar a “reemplazar” a alguien dentro del equipo. Esta etapa es fundamental ya que elimina cualquier obstáculo o barrera psicológica y favorece a que los empleados estén abiertos a la comunicación y el trabajo en equipo.
Por otro lado, la empresa tiene que compartir con el freelancer información relevante que pueda serle útil para su incorporación como la cultura empresarial, los métodos de trabajo, el equipo con el que trabajará, entre otros.
Una vez se incorpore el autónomo, se debe hacer una presentación oficial entre el freelancer y los empleados con los que estará colaborando, sin importar el rango, para que se puedan conocer tanto personal como profesionalmente y se abra una nueva relación de colaboración. Durante los primeros días, es recomendable proporcionar a los freelancers todos los recursos necesarios para que pueda llevar a cabo su trabajo de la mejor manera posible desde el acceso a las carpetas compartidas en la nube hasta un espacio en la oficina.
Además, para una correcta comunicación entre los empleados y los freelancers, las empresas pueden facilitar herramientas digitales colaborativas para que el equipo pueda intercambiar información y dar seguimiento al proyecto de la mejor manera posible. Este medio, además de ser un buen canal para intercambio de buenas prácticas también puede funcionar para que la empresa comparta los valores que desea promover.
Finalmente, aunque los freelancers normalmente no suelen tener un horario fijo, es aconsejable determinar claramente cuáles son los horarios en los que puede colaborar con los empleados internos tomando en cuenta las tareas que cada uno tiene asignado y los tiempos que necesita cada uno para cumplir con sus respectivas funciones.
El conjunto de estas acciones favorece un entorno de colaboración y participación abierta entre los freelancers y los empleados. Así, una correcta integración, representará una mejor convivencia y, por lo tanto, que el freelancer se sienta completamente adaptado y comprometido con el proyecto y la compañía.
“Contratar talento externo se vuelve cada vez más común entre las empresas. Sin embargo, estas deben recordar también que la llegada de un freelance a veces puede repercutir en el día a día de los empleados internos. Por lo tanto, asegurar la colaboración e integración de ambas partes es esencial para lograr alcanzar los objetivos deseados y tener un ambiente de trabajo ameno”, concluye Ernesto Ortega, Head of Marketing & Freelance en España.