Sin duda, el primer objetivo que debemos plantearnos como emprendedores es definir la cara del negocio y luego empezar a diseñar nuestra propia imagen.
La imagen provoca un fenómeno llamo «cadena de éxito» consistente en que si haces las cosas bien, tus colaboradores se darán cuenta y se sentirán motivados para también hacer las cosas de forma correcta.
Pensar que siendo jefe puedes hacer todo lo que quieras es un grave error ya que el resultado de tu negocio será lo que proyectes.
El individuo que tenga coherencia entre la imagen corporativa y personal será un imán que llame a los demás, y es que en el mundo empresarial atraer personas es el paso más importante del éxito.
Ahora bien, mejorar tu imagen requiere esfuerzo, por eso debes lograr la armonía entre lo interno y lo externo. Piénsalo como si fuera un producto en el mercado: si queremos que un cliente vuelva, debemos dejar una marca y debe ser positiva.
A continuación, compartimos seis claves que debes tener en cuenta para lograr esa coherencia.
- Expón los beneficios de la empresa a través de la imagen. Además de que tus empleados deben vestirse acorde al estilo de la empresa, el logo debe tener los colores que emitan lo que quieres proyectar. Por ejemplo: si eres una empresa enérgica y alegre, enfocada al público más joven, el naranja estaría bien, pero si es más formal y tus clientes son de más edad, el azul es ideal.
- Asegúrate de que la misión sea coherente con la imagen corporativa. Si tu misión es ser la mejor empresa, esto no solo debe reflejarse en los objetivos de la empresa, también tiene que ser evidente para tus clientes. Al final del día, tus clientes son tu principal riqueza y deben ser conscientes de lo que estás haciendo para convertirte en el mejor.
- Asegúrate de que lo que dices y haces sea coherente. No es posible que un líder se jacte de lo que no se debe hacer y lo haga constantemente. Enseña con el ejemplo. Las empresas que triunfan son aquellas en las que el líder es el timón del barco.
- Asegúrate de que las instrucciones comiencen desde el mando superior. Desarrollar un manual de procedimientos y que los colaboradores tengan las cosas claras permitirá que otros se ubiquen y conozcan las pautas. Si un jefe que tiene éxito dicta las reglas, será más fácil para los demás seguirlas porque la admiración provoca el deseo de imitar. Está comprobado: si hay motivación es más factible que se sigan las instrucciones.
- Logra el equilibrio. No dejes atrás el equilibrio. El lugar de trabajo tiene que ser un lugar donde se respire profesionalidad y al mismo tiempo un espacio donde los empleados se sientan cómodos. También es importantes que los empleados puedan equilibrar su trabajo con su vida fuera de la empresa.
- Vístete como un triunfador. La imagen es tan poderosa que puede atraer a las masas fácilmente. Si quieres parecer una persona de éxito tienes que cuidar los detalles tanto en la vestimenta como en tu cuidado personal. Comienza por creerlo; no se trata de arrogancia, sino de creer en quién eres y comenzar a mostrárselo a los demás.
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