El confinamiento generalizado que adoptaron los gobiernos de todo el mundo para frenar la propagación del COVID-19 en los momentos más duros de la crisis sanitaria, las restricciones a la movilidad y limitaciones de aforo en la ‘nueva normalidad’ han digitalizado nuestros hábitos y patrones de consumo, hasta tal punto que muchos negocios han tenido que ‘reinventarse’ para atender esta nueva demanda.
Esta transformación no sólo implica virtualizar la forma de ofrecer el servicio, sino también el proceso de pago. En el caso de los negocios que funcionan por modelos de suscripción, la repetición del momento de pago es un componente que añade complejidad a la experiencia, que hay que saber gestionar, especialmente a partir de la próxima entrada en vigor de la directiva PSD2. PaynoPain enseña a las empresas cómo ‘lidiar’ con este pago recurrente para que la experiencia siga siendo cómoda para el usuario.
“Con toda la actividad no esencial paralizada, muchos negocios 100% presenciales como centros de deportivos apostaron por digitalizar sus rutinas de entrenamiento. Muchos lo hicieron vía apps y otros, a través de redes sociales apostando por la experiencia del directo. Esta explosión de prestación de servicio en línea que, hoy, sigue siendo una opción para muchas personas, exige adaptar otros aspectos del negocio como el pago para que la experiencia de usuario sea la mejor en cada momento de interacción con la marca. Además, con la normativa PSD2 los negocios de suscripción necesitarán un partner especializado en pagos para poder mantener su modelo de negocio y poder seguir cobrando.”, afirma Jordi Nebot, Fundador y CEO de PaynoPain.
Es cierto que la pandemia ha agudizado el ingenio y a los métodos de pago digitales más tradicionales se han sumado otras fórmulas que han permitido salvar el carácter eminentemente analógico de algunos negocios. Por ejemplo, el pago por enlace, en el que cliente paga a través de un link que le llega por SMS, WhatsApp o correo electrónico. Sin embargo, cuando este pago deja de ser puntual y se hace recurrente es importante dar un paso más y diseñar una experiencia de pago que evite al cliente cualquier esfuerzo innecesario que pueda repercutir en su relación con la marca: pinchar el enlace, entrar en la web o en la app y repetir el proceso de pago… Pero ¿cómo hacerlo?
Se recomienda apostar por una pasarela de pagos que incorpore tecnología de tokenización de tarjetas. Esta tecnología convierte la información y datos confidenciales del cliente en un código numérico completamente indescifrable (llamado token). Esta vinculación, que se queda almacenada en la pasarela, permite realizar un cargo sin necesidad de que el usuario tenga que introducir de nuevo sus datos, con el añadido de que en el caso de un potencial ataque, el riesgo de un uso fraudulento de la información del usuario sería mínimo.
El usuario debe ser el centro de todas las decisiones del negocio y el momento del pago no debe ser una excepción. Generalmente, el acto de transferir dinero se percibe como algo negativo y, cuando éste se debe realizar de una forma periódica, más. Por este motivo, es fundamental pensar en fórmulas que ayuden a minimizar estos momentos de fricción. En este sentido, la tokenización de tarjetas evita al usuario invertir tiempo en procesos rutinarios de forma periódica proporcionando una experiencia de pago cómoda y a la vez tremendamente segura.
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