El mundo del marketing está lleno de palabras de moda: «omnicanal», «publicidad integrada», «experiencia del cliente», y la lista sigue y sigue.
«Estrategia» también se ha convertido en una de esas palabras de moda. Hay estrategias para redes sociales, influencers, SEO, etc. La estrategia es importante, pero se ha convertido en un término peligroso de usar porque diferentes personas interpretan la palabra de diferentes maneras, y esta es una palabra que no debería estar abierta a la interpretación. El uso excesivo y inadecuado de «estrategia» ha creado una red de confusión que, en última instancia, puede ser perjudicial para los negocios.
La construcción de una estrategia no tiene por qué ser un concepto demasiado complicado. De hecho, una buena estrategia (una que esté bien definida y entendida) debería servir como base para una acción concreta. Con eso en mente, aquí hay algunos consejos que pueden ayudarte a pasar sin problemas de la estrategia a la táctica.
Asegúrate de tener una alineación de lenguaje
Comienza por asegurarte de que todos los miembros de tu equipo estén en la misma línea en lo que respecta a la terminología. El lenguaje importa, las palabras tienen poder. Si deseas que los esfuerzos de tu equipo de marketing estén unificados, debes asegurarte de que los términos básicos como «objetivo», «estrategia» y «táctica» se utilicen de manera coherente y estén asociados con definiciones claras.
¿Cuáles son las diferencias entre estos términos? Vamos a analizarlos:
- Un objetivo es algo que se pretende o se busca; en otras palabras, una meta. Es adonde quieres ir.
- Una estrategia es un plan de acción diseñado para lograr un objetivo general. Es el plan para llevarte a donde quieres ir.
- Una táctica es una acción cuidadosamente planificada para lograr un fin específico. Es una acción concreta que te acerca a tu destino.
Piénsalo de esta manera: en un viaje por carretera, tienes un destino (tu objetivo). Tienes una ruta para llegar (tu estrategia). Y tomas acciones específicas en el camino, como repostar (tus tácticas). Fácil, ¿verdad?
Construye vínculos contextuales entre tus objetivos, estrategia y tácticas
Con una comprensión clara de estos términos, la clave es construir un vínculo contextual entre los tres conceptos, trabajando de arriba hacia abajo. Todo comienza con objetivos comerciales claros. Asegúrate de tener objetivos SMART, metas que sean específicas, medibles, alcanzables, relevantes y con plazos determinados.
Una vez que tengas objetivos claros a los que apuntar, puedes vincular esos objetivos a estrategias viables y, finalmente, a tácticas específicas. Por lo tanto, tus objetivos están vinculados contextualmente a tus estrategias, que a su vez están vinculadas contextualmente a tus tácticas. La bueno de este proceso es que eliminas las estrategias y tácticas desalineadas. Es decir, si hay una gran idea pero no encaja con tus objetivos generales, entonces no tienes que explorarla más.
A continuación, te mostramos una aplicación real de estos principios en el mundo del comercio minorista:
- Objetivo: incrementar las ventas de mochilas a estudiantes universitarios en Madrid en un 25%.
- Estrategia: utiliza anuncios de Facebook para llegar a tu público objetivo.
- Táctica: utiliza anuncios de vídeo y en carrusel para mostrar imágenes en primer plano de las mochilas.
Todo está conectado contextualmente, desde el objetivo de alto nivel hasta la táctica específica utilizada por el minorista.
Utiliza tu estrategia para impulsar la elección de táctica (y no al revés)
Hay una gran cantidad de herramientas de marketing innovadoras disponibles en la actualidad. Sin embargo, tu elección de tácticas siempre debe estar determinada por tu estrategia. Permitir que tu estrategia sea dirigida por tus tácticas es contraproducente. No cojas la motosierra cuando necesites un bisturí. Piensa detenidamente qué herramienta funcionaría mejor para tu plan de acción y luego utilízala.
Comunica de manera proactiva tu estrategia para impulsar la alineación dentro de tu organización
Si el marketing orientado a objetivos es el combustible que mantiene el motor de tu empresa en marcha, la comunicación proactiva es el aceite que mantiene lubricados los engranajes. El hecho es que muchos especialistas en marketing luchan por comunicar claramente su estrategia a la organización en general. Sin embargo, debes tener a todos en tu empresa (o al menos, a todas las partes interesadas clave) en la misma línea si deseas que tu estrategia tenga éxito.
La mejor manera de comunicar tu visión a los demás es simplemente usar el marco establecido anteriormente. Dirige a tu audiencia a las tácticas específicas que estás utilizando para lograr ese objetivo. Al hacerlo, mostrarás cómo tus esfuerzos están contribuyendo a los objetivos comerciales generales y podrás justificar tus preferencias para ciertas tácticas sobre otras.
Actualiza constantemente tu estrategia para reflejar los cambios de la industria/mercado
La estrategia no es un concepto estático, es dinámico. Las industrias cambian; los mercados cambian. Deberás auditar constantemente tu estrategia y hacer ajustes que reflejen la realidad actual. Una estrategia no es un estado final; es un marco dentro del cual tu empresa puede operar, crecer y adaptarse según sea necesario.
En resumen, la clave para un marketing más inteligente es la alineación. Si tienes en cuenta los consejos anteriores mientras desarrollas una nueva estrategia (o ajustas una existente), será más probable que configures tu marca para el éxito.
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