¿Navegas en secreto en las ofertas de trabajo y ya no esperas la cena anual de tu empresa? Puede que sea hora de hacer algunos cambios.
Una rutina nunca es un lugar divertido para estar, pero nos sucede a casi todos en algún momento de nuestras carreras profesionales. Quizás has estado trabajando en un puesto por un tiempo, haciendo las mismas tareas, trabajando con las mismas personas en la misma oficina todos los días. De repente, te levantas una mañana y te das cuenta de que ya no estás inspirado en tu trabajo. Te preguntas si debes seguir adelante y esperar que las cosas mejoren.
¿Cómo puedes saber si estás en una rutina? Revisa esta lista de señales de advertencia.
Estás aburrido/a
La mayoría de las rutinas profesionales son causadas por la falta de desafíos, lo que acaba en comodidad, complacencia y aburrimiento, según los expertos. Si tu trabajo actual no presenta oportunidades para que aprendas y crezcas, el aburrimiento puede comenzar rápidamente.
A menudo es por esta razón que una rutina de trabajo ocurre después de que alguien ha alcanzado cierto nivel de éxito. Después de un tiempo en ese puesto que deseabas a lo largo de toda tu carrera, sientes que lo has conseguido y ya no te resulta difícil.
El aprendizaje es una de las mayores motivaciones para muchas personas como fuerza laboral. Encontrar oportunidades para aprender otras áreas del negocio o aprender una habilidad fuera de tu trabajo puede ayudarte a combatir una rutina inducida por el aburrimiento.
Temes los lunes
Es normal sentir el «efecto de los lunes» de vez en cuando. Aunque todos deseamos saltar de la cama todos los lunes por la mañana sintiéndonos con energía para llegar al trabajo, no es el caso de muchas personas. Pero si te encuentras regularmente en el blues del domingo, enojado, letárgico y queriendo enfermarte todos los lunes, es una buena señal de que estás atrapado en una rutina.
Tu trabajo se ve afectado
Un signo común de una rutina profesional es cuando tu trabajo comienza a fallar. Comienzas a perder plazos y cometer errores que nunca antes solías cometer. Te desconectas, comienzas a perder la confianza en tu trabajo y culpas a otros por tus errores.
Cuando estás en una rutina, te involucras en conductas de auto-sabotaje para protegerte, y tiendes a evitar lidiar con tu falta de satisfacción.
Estás actuando complacientemente
¿Te encuentras siendo apático en las conversaciones de trabajo donde antes habrías tenido una opinión firme? Sentirse complaciente, buscar formas más rápidas y fáciles de hacer el trabajo sin realmente preocuparnos demasiado por el resultado final, o sin dedicar tu atención o energía a la tarea, es una clara señal de que estás en una rutina de trabajo.
Te han preguntado «¿Estás bien?» más de una vez esta semana
Por mucho que pienses que está fingiendo tu compromiso laboral, inevitablemente, alguien de tu equipo o jefe te preguntará: «¿Estás bien?».
No puedes actuar de manera diferente a la forma en que te sientes. Incluso puedes encontrarte evitando a tu jefe por temor a que te “descubran”.
Te sientes físicamente agotado/a
Una rutina profesional se puede sentir como si estuvieras caminando por el barro todos los días, solo tratando de llegar al final de la jornada laboral. Sientes que necesitas una mayor cantidad de energía para prepararte para las tareas que solías realizar fácilmente. Estar en una rutina puede ser agotador, quizás incluso más agotador que estar muy ocupado en un trabajo que te gusta y que te parece gratificante.
Todos tenemos una necesidad innata de ser desafiados y aprender. Cuando estamos en roles que ya no brindan oportunidades de crecimiento, podemos sentir que nuestra energía se está agotando de la misma manera que si estuviéramos completando un gran proyecto. Tu cuerpo comienza a sentirse cansado, y tu cerebro no puede entender por qué no estás asumiendo nuevos desafíos, por lo que también se cansa y te hace sentir letárgico y agotado.
No esperas las cosas que solías hacer
¿Hay alguna conferencia anual en tu campo a la que asistas regularmente y a la que normalmente te inscribes tan pronto como se abre el registro pero que hayas estado demorando durante meses? Perder la emoción de hacer planes futuros para cosas que disfrutaste en el pasado es una señal de que te sientes estancado/a.
Navegas por las ofertas de trabajo
Cuando estás en una rutina, es común encontrarte atraído/a por las ofertas de trabajo. Sin duda, un nuevo trabajo puede parecer un camino claro para salir de tu rutina. Sin embargo, los expertos dicen que buscar un nuevo trabajo es la peor manera de comenzar a salir de la rutina.
«Es como presentarte a la fiesta de graduación sin una invitación y en ropa de deporte. Nadie te va a pedir que bailes, y tampoco te sentirás preparado para pedirle a nadie que baile».
En cambio, examina tu situación actual y mira si hay alguna oportunidad interna que pueda interesarte. Si realmente no hay ninguna, intenta crear tus propias oportunidades. Toma unas clases sobre un tema en el que estés interesado/a o hazte voluntario/a en una organización sin fines de lucro haciendo algo que está fuera de tus tareas laborales actuales.
Cómo salir
Cuando estés listo/a para seguir adelante, haz un inventario de tus fortalezas, debilidades, valores y logros y diseña un plan para salir de tu situación actual. Esto significa limpiar tu marca personal y profesional, y lo más importante, tu sistema de creencias en torno a tu experiencia y habilidades. Luego, cuando estés listo/a, comienza a trabajar en red y verbaliza lo que estás buscando en la siguiente fase de tu carrera profesional. Hacer estos pasos ayudará a asegurar que tu próximo salto no sea directo a otra rutina.