En un momento u otro, todo emprendedor se hace la misma pregunta: ¿Qué sueldo debería ponerme?
Obviamente no quieres perjudicar los beneficios de tu empresa, pero todos necesitamos un mínimo de ingresos para sobrevivir. La respuesta a esta pregunta es completamente distinta para cada emprendedor, pero aquí os dejamos una serie de consejos y claves para optimizar ambos lados de la ecuación: tu sueldo y la situación de la caja de tu negocio.
Págate en base a tus beneficios
Es muy importante que a la hora de decidir cuánto cobrar tengas en cuenta la situación de tu empresa, y sobre todo que distingas bien entre ingresos y beneficios. No es lo mismo la cantidad de dinero que obtiene tu empresa por los bienes o servicios que proporciona (ingresos), que lo que queda después de descontar todos los gastos incurridos (beneficios). Habrá que descontar los gastos fijos y pagos a proveedores a los ingresos que hayas tenido para ver qué cantidad disponible hay, haciendo que tu sueldo dependa del restante.
A la hora de añadir tu sueldo se puede hacer de varias maneras: puedes decidir cobrar una cantidad totalmente variable acorde con los beneficios de la empresa, o estructurar tu sueldo con una parte fija y otra variable.
Lo ideal si tu empresa está empezando es tener un sueldo variable que se ajuste a las necesidades de la misma, pero dado que necesitas una cantidad mínima para sobrevivir, puedes dividir el sueldo en dos partes si la situación lo permite: fija y variable. De este modo, puedes ajustar tu sueldo para mejor o para peor, pero siempre por encima del mínimo necesario (a no ser que la situación de tu empresa sea muy desfavorable).
Por otro lado, la pregunta que surge en muchas ocasiones es si todos los socios deberían cobrar lo mismo. Si no estás solo en la empresa, los sueldos de todos los socios suelen basarse en las responsabilidades de cada uno. Una buena forma de gestionar todos los sueldos es estableciendo un sueldo fijo común y creando un sueldo variable personalizado para cada socio.
Lo que hay que tener claro es que si estás en una época de pocos beneficios, un sueldo bajo y justo sería lo ideal para ayudar en todo lo posible a que la empresa mejore. Por otro lado, si estás triunfando y tus beneficios aumentan, tu sueldo también puede hacerlo. Reconoce que detrás del éxito hay muchas horas de trabajo, y que te mereces el aumento.
Mira a largo plazo
Un ejercicio bastante importante es proyectar los ingresos y pagos en meses futuros (proyectar gastos fijos y variables, facturas a cobrar y pagar e impuestos a los que te vas a enfrentar) con la fecha estimada de cobro y pago para ver cómo cambia tu caja a futuro cuando cambias la variable de tu sueldo.
Si proyectas tus facturas y pagos futuros con el importe y la fecha estimada de cobro y pago, y añades para cada uno de los meses la variable de cuánto vas a pagarte, podrás ver el resultado final del mes de tu caja, y podrás ver si te estás pasando o quedando corto con tu sueldo. Es importante, sobre todo si tienes un negocio que paga y cobra a muchos días, no hacer las proyecciones solo a un mes vista ya que de este modo solo tendrías en cuenta parte de tu circulante, y podría ser que te estuvieses poniendo un sueldo que no tuviera en cuenta toda la realidad de tu negocio.
Cuando realices la proyección de tu caja, hay dos cosas muy importantes: la primera es que evidentemente no puedes permitirte romper caja (pasar a negativo) y probablemente no te interese quedarte cerca de hacerlo; la segunda es que lo contrario (un excedente muy grande de caja) también es malo para tu negocio. Que sobre mucho dinero todos los meses y que acumules caja sin moverla es una mala estrategia; es dinero que podrías utilizar para reinvertir en conseguir más clientes y pagar más, tanto a ti como a tu equipo. Además, si dejas mucho beneficio, vas a terminar pagando más en impuesto de sociedades a final de año.
Consulta el precio de mercado
Si quieres un punto de vista más constante que los beneficios y el flujo de caja de tu empresa, consulta el precio de mercado y averigua qué se está pagando para la función que desempeñas en la empresa y las responsabilidades que tienes. Es importante tener en cuenta el sector de tu empresa (ya que los sueldos no son los mismos en todos), así como la experiencia, antigüedad y tamaño de la misma.
Piensa en reinvertir
Cuanto más dinero puedas reinvertir en la empresa, mejor. La rentabilidad de reinvertir los beneficios de tu empresa tiene dos caras. Por un lado, favorece el crecimiento de la empresa, y por otro lado, es dinero que no sale de la misma en forma de impuesto sobre los beneficios. Este es un importante factor a tener en cuenta a la hora de preguntarte: ¿Cuánto me debo pagar?
Regularidad
Es recomendable que recibas el salario de manera regular y no acostumbres a coger dinero de la caja cuando lo necesites. De esta manera aprenderás a dividir el dinero que recibes y podrás planificar de manera eficiente los gastos que puedas incurrir durante el mes. A la hora de decidir en qué momento recibir tu sueldo, es clave que tengas en cuenta cuándo tienes que pagar las deudas que puedas tener en la empresa, así como gastos ordinarios.
En definitiva, el sueldo de un emprendedor es algo difícil de determinar cuando la empresa está en sus primeras fases de desarrollo y crecimiento. Lo fundamental es mirar por el bien de la empresa, teniendo en cuenta que necesitamos un mínimo de ingresos para sobrevivir, y ponernos un sueldo razonable.