Tras el fin del estado de alarma el pasado 9 de mayo, los nuevos métodos de pago digitales se consolidan definitivamente como nueva normalidad. Entre ellos, el escaneo del Código QR se presenta como uno de los más adoptados por las tiendas físicas en su afán de agilizar los procesos y reducir el uso del efectivo ante el riesgo de contagio.
PaynoPain analiza los múltiples usos y beneficios de esta tecnología.
A modo de resumen, los códigos QR son la evolución del clásico código de barras, y condensan información en una pequeña imagen. Pero el fin que se le puede dar actualmente a este método es mucho mayor al que se planteó en sus orígenes. Antes de la pandemia, estos códigos se usaban de manera limitada quizás en entradas, tickets de viaje o para ampliar información online sobre algo en formato impreso. Es decir, aunque ofrecía muchas opciones, su uso no se había generalizado aún entre la población.
Sin embargo, durante el último año las medidas de seguridad impuestas ante la Covid-19 han hecho que los códigos QR ganen fuerza y popularidad entre un amplio abanico de sectores. Uno de los sectores que adoptó rápido este método fue el gastronómico que, de forma generalizada, digitalizó sus cartas y menús. Esta iniciativa se ha instalado definitivamente en los restaurantes de todo el mundo, no sólo para prevenir los contagios sino porque además ofrece muchos beneficios para el establecimiento en su relación con el cliente.
Pero no es el único uso de los códigos QR que se ha extendido y ha llegado para quedarse. Según un estudio realizado por Ivanti, debido a la necesidad de realizar transacciones sin contacto el 83% de los encuestados ha utilizado un código QR para procesar un pago (o completar una transacción financiera) durante el último año y más de la mitad (54%) reconoció haberlo utilizado por primera vez y por asuntos financieros en los últimos tres meses.
El informe de Ivanti revela que la popularidad de los códigos QR sigue en aumento, con un 57% de los encuestados que afirma haber notado un incremento en su uso desde mediados de marzo de 2020. Lo que demuestra que esta tecnología pasa de ser una herramienta más a convertirse en una necesidad en la nueva normalidad.