La situación provocada por la crisis sanitaria ha puesto más en boga, si cabe, un concepto del que ya se venía hablando, la resiliencia empresarial, entendida como la capacidad de modificar tu conducta y conseguir tus objetivos, aunque surjan cambios o dificultades en el camino. Esto puede aplicarse cualquier tipo de empresa.
Como decimos no se trata de algo nuevo. Todos somos conscientes de que a lo largo de nuestra vida han acaecido, y volverán a suceder, situaciones que no habíamos previsto y que pueden constituir un problema. Y con una empresa, grande o pequeña, ocurre lo mismo. Tenemos un plan de negocio sólido y definido, que está funcionando, pero de repente algo que no habíamos previsto acontece, como el confinamiento decretado por el Covid-19, y la validez de todo lo anterior se tambalea.
Para la RAE resiliencia es la capacidad de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas. ¿Posee nuestra empresa esta capacidad? ¿Es posible, ya que no lo es prevenir estas situaciones, conocer y mejorar la resiliencia empresarial?
De acuerdo con el modelo de Grotberg, para mejorar la resiliencia, las personas deben hacerse cuatro preguntas:
¿Yo tengo? ¿Yo soy? ¿Yo estoy? ¿Yo puedo?
Aplicado a una empresa, el “¿Yo tengo?”serían los factores externos en los que apoyarse (socios, proveedores, vías de financiación, ayudas…).Para contestar a esta pregunta ayuda partir de los activos y pasivos de una compañía, o bien, contar con una valoración de empresa.La respuesta al “¿Yo soy?” tendremos que buscarla en las principales fortalezas del negocio. “¿Yo estoy?” se refiere a la comunidad en la que se mueve la empresa, su sector, la competencia, país de ubicación, países de actuación con diferentes legislaciones… (Esta información puede consultarse a través de informes sectoriales o de competencia empresarial). “¿Yo puedo?” corresponde a las capacidades que posee nuestra empresa. En la situación actual, por ejemplo, ha sido una ventaja para muchas compañías disponer de la capacidad para que sus trabajadores continuaran con sus tareas desde casa.
No es que sea una tarea sencilla. El miedo a lo desconocido, la angustia por no saber qué va a suceder, la confusión y el “mejor esperar a ver por dónde van las cosas” pueden frenarnos, pero manteniendo un buen nivel de resiliencia empresarial y conservando el pensamiento positivo seremos capaces de afrontar el reto.
Tendremos que ser creativos, buscar las oportunidades que surgen en cualquier crisis, identificar nuevas formas de trabajo y adaptarnos rápido a los cambios.
Cómo desarrollar la resiliencia empresarial
Para desarrollarla lo lógico es comenzar por los líderes. Si quien se encarga de definir la dirección de la compañía no está comprometido con esta idea no será posible implementarla.Ellos serán capaces de construir el espíritu corporativo para extender el positivismo que será necesario para afrontar el cambio con éxito.
- Para que nuestra empresa esté preparada ante estos posibles cambios, ya sean en el ámbito personal, departamental, corporativo o del entorno, el análisis y el aprendizaje son básicos.
- Hay que estar atentos y buscar siempre, no solo cuando lleguen las amenazas,oportunidades de desarrollo, nuevos clientes, nuevas líneas de negocio…
- Una plantilla bien formada será siempre un valor añadido para afrontar los retos con más posibilidades de superarlos. Y contenta, con posibilidades de desarrollo profesional dentro de la empresa, lo que hará que se incremente su adhesión a la misma.
- En este sentido, mejorar la relación entre los empleados creará vínculos sólidos que aumentarán la participación y productividad disminuyendo las resistencias en momentos de cambio.
En definitiva, de acuerdo con los estudios que se han realizado sobre este tema, las empresas que tienen esta característica son organizaciones que se centran en las personas, en las que los objetivos de la empresa están alineados con los de sus profesionales, innovadoras y creativas, siempre atentas a los cambios del entorno.
