Tu propuesta de valor está ligada a cómo entiende tus méritos, credenciales y diferenciadores profesionales. Es la suma total de tus habilidades, experiencias, logros y cualidades que te empoderan en tu rol y como persona valiosa. Además, es vital para tu claridad y confianza.
Pero, ¿cómo se llega ahí? Por más difícil que sea, debes reservar tiempo para ti mismo. Tu sustento y credibilidad dependen, en parte, de cómo te defines y promocionas a ti mismo. Por lo tanto, a continuación hablamos sobre el poder de una propuesta de valor y cómo definir la tuya.
La puesta en marcha de tu propuesta de valor
- Programa tres períodos de 20 a 30 minutos para dedicarlos a reflexionar y definir tu propuesta de valor. Debido a que definir tu propuesta de valor es un trabajo importante, necesitarás algo de tiempo de inactividad. Y deseas un respiro entre tus pensamientos iniciales a medida que disciernes y descubres tus cualidades y capacidades integradas. Por lo tanto, planifica tener tres períodos cortos para reflexionar y desarrollar los factores.
- Al comenzar tus períodos de reflexión, ten en cuenta aquellas relaciones y colegas que te han apoyado y han contribuido a tu desarrollo. Este es un acto que te inspirará y te informará sobre los posibles factores que contribuyen a fundamentar tu «por qué«.
- Finalmente, prepárate para plasmar tus reflexiones y aportes sobre ti mismo en una hoja de papel. Escribir te permite intercambiar ideas libremente, concentrarte mejor y consultar descriptores o factores favoritos para obtener una versión final de tu propuesta de valor.
Los actos de reflexionar y escribir tu propuesta de valor
Para comenzar a elaborar tu propuesta de valor, pregúntate:
- ¿Cuál es el propósito de tu trabajo como profesional en tu industria o campo? ¿Por qué funciona esto y por qué? Por lo general, nos sentimos más realizados cuando podemos apreciar que nuestro trabajo contribuye a un bien mayor.
- ¿Cuál es el valor de tu rol dentro de tu empresa u organización? Dicho de otra manera, ¿cómo agrega valor tu función tanto a la organización como a tus clientes? La forma en que tú y los demás comprendan tu función puede permitirte actuar con más confianza y certeza.
- ¿Qué experiencias, logros y habilidades te diferencian de otros en tu campo y en tu oficina? Considera tu formación, certificaciones, premios, cualidades personales, asignaciones exigentes, promociones pasadas, etc. Ten en cuenta que este no es el lugar para ser humilde; siéntete orgulloso de lo que has logrado.
- ¿Por qué alguien debería querer trabajar contigo o promocionarte? Es probable que esta pregunta incluya aspectos intangibles sobre quién eres, incluidos rasgos de personalidad y experiencias seleccionadas. Esta pregunta también te invita a distinguir tus credenciales y cualidades únicas que fomentan la confianza, la credibilidad y la experiencia como ninguna otra. Ten en cuenta que esta comprensión y expresión de ti mismo responderá por qué otros quieren comprar tu producto, servicio o experiencia en el tema.
La declaración formal de tu propuesta de valor
Tu propuesta de valor es exclusivamente tuya. Debes ser clara, convincente y compacta. Ahora, intenta escribir una declaración que refleje tu propuesta de valor en general. Esta declaración resume lo mejor de ti y tus distintos diferenciadores dentro de tu función y campo. No debe tener más de dos o cuatro frases.
Tu última acción es examinar tu propuesta de valor con otras dos o tres personas en las que confíes. Solicita sus ideas y comentarios. Teniendo en cuenta sus aportes, ¿qué es lo que te gustaría modificar o ajustar a medida que avanzas una vez más en tu propuesta de valor?
Aplicaciones de tu propuesta de valor
Debes aprovechar tu propuesta de valor. Algunas de las ubicaciones recomendadas son las siguientes.
- La sección «Acerca de» de tu perfil de LinkedIn.
- En la parte superior de una declaración de trabajo.
- El reverso de una tarjeta de presentación.
- Durante una entrevista.
