Los expertos creen que no estar pendiente de los "me gusta" es una señal de salud mental y evita frustraciones

Sé feliz en vacaciones: oculta tus likes

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Actualizado 11 | 08 | 2021 10:30

Ocultar likes

Cada día, 500 millones de personas entran en su perfil de Instagram para ver o subir imágenes de su vida cotidiana. Si hablamos de cuentas activas al mes, la cifra asciende a 1.074 millones. Y si nos referimos a Facebook, esos mismos números llegan casi a triplicarse.

Hasta ahora, una de las razones para entrar en el perfil personal era comprobar el número de likes que mostraban nuestras publicaciones. Sin embargo, la llamada «dictadura del like« de dos de las redes más populares del mundo puede tener los días contados. A finales del pasado mes de mayo, Instagram y Facebook anunciaban que dejarán elegir a sus usuarios si desean eliminar los likes de sus cuentas: los recuentos de los «me gusta» serán visibles de forma predeterminada, pero podremos optar por no verlos en nuestros feeds y en nuestras propias fotos, si así lo deseamos.

La decisión no ha sorprendido a los expertos. Como explica Ferran Lalueza, profesor de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC, la mayoría de los usuarios de las redes sociales no tienen millones de seguidores ni acumulan miles de «me gusta», «lo cual puede resultar bastante frustrante. Y un usuario desmotivado por la no consecución de tantos ‘me gusta’ como quisiera obtener puede convertirse fácilmente en un usuario pasivo, que es lo último que los gestores de estas plataformas quieren», señala el profesor de la UOC. «Ocultando los likes, las redes combaten la desmotivación que convierte al usuario en un mero espectador del que no se pueden extraer los valiosos datos que las redes sociales atesoran y comercializan».

No es la única razón que ha podido llevar a las plataformas a tomar esta decisión. En opinión de los especialistas, también supone una medida positiva para las redes sociales en términos reputacionales, «puesto que pueden ponerse la medalla de combatir la ‘tiranía de los likes‘ y sus nefastos efectos», recuerda Lalueza. De ahí que el sector haya aplaudido la decisión.

Sin embargo, que exista la posibilidad de ocultar los likes no significa que todos vayamos a ponerla en práctica. Aunque habrá usuarios que apreciarán esta medida, el profesor de la UOC cree que es improbable que la empleen los usuarios que comparten los contenidos más exitosos, «y al final es probable que ocultar el número de ‘me gusta’ se convierta en sinónimo de tener muy pocos ‘me gusta’, con lo cual el positivo efecto desestresante puede acabar diluyéndose casi por completo».

Sin likes… por salud mental

En cualquier caso, queda en manos de los usuarios la opción de desactivar los likes. ¿Es buena idea hacerlo si queremos desconectar de todo, especialmente ahora en vacaciones? Los expertos creen que sí, aunque no solo en vacaciones. En opinión de Enric Soler, tutor del grado de Psicología de la UOC, la desactivación de los likes por parte del usuario indica que utiliza las redes sociales para otras finalidades que no son la de la búsqueda de refuerzos positivos que apuntalen su autoestima. «Y eso es una señal de salud mental», afirma.

Según explica el profesor de la UOC, el refuerzo positivo, el sexo y la comida son las motivaciones más poderosas del ser humano, y los likes son precisamente un refuerzo positivo, aunque falso en los casos más extremos. La razón es que se puede buscar el like eligiendo una de entre decenas de fotografías «que se ve desde un ángulo, con una exposición y saturación de color ideales. Refleja una imagen ideal, pero no auténtica», señala Soler, y añade que las personas con la autoestima más baja son las que necesitan constantemente recibir estos refuerzos positivos desde el exterior.

¿Una posible adicción?

Una de las consecuencias de buscar la aprobación constante de los demás a través de las redes es que podemos llegar a distorsionar nuestro comportamiento, como muestra el cortometraje A Social Life, donde la protagonista vive única y exclusivamente para proyectar mediante las redes sociales un estilo de vida que no tiene nada que ver con el suyo: cada mañana se levanta de la cama y se calza unas zapatillas de deporte para hacerse una foto y subirla, pero en realidad no sale de su casa. O prepara unas coloridas y fotogénicas verduras para fotografiarlas y aparentar que cuida su alimentación, pero en realidad ingiere fast food de una caja de cartón.

«Esa necesidad de proyectar una imagen y un estilo de vida que es el que se espera de nosotros, puede distorsionar, y mucho, nuestra propia vida. Incluso podemos llegar a conformarnos con la fantasía de estar viviendo una vida que no es la propia, lo que implica una distorsión cognitiva grave», señala Enric Soler. La disconformidad entre nuestra propia imagen y estilo de vida y el ideal de ambos «puede llevarnos a sufrir una depresión clínica, al no aceptarnos tal como somos, y a adicciones de todo tipo cuya función sería la de desconectar de nuestra realidad, o incluso a una patología dual», afirma el profesor de la UOC.

De hecho, la propia red social puede ser adictiva. Como explica Soler, cuanto menos tiempo se dé entre la conducta —subir una fotografía— y la satisfacción —recibir el refuerzo positivo en forma de likes—, más adictiva es esta estructura de conducta-respuesta. «Estamos hablando de una estructura psicológica, un patrón, mediante el cual el usuario sostiene su frágil autoestima, y que además cumple con las características de una adicción. Las adicciones acostumbran a ser síntomas de un problema (autoestima baja, en este caso) hasta que se convierten en problema en sí mismas», advierte a la vez que añade que desactivar los likes es una oportunidad de comprobar si estamos enganchados a ellos o no. «Si lo estamos, recomiendo pedir ayuda urgentemente a un profesional cualificado, antes de que las consecuencias sean más graves», afirma.

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