La asertividad consiste en la capacidad de expresar el propio punto de vista de un modo claro y respetuoso

Los mejores tips de comunicación asertiva

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Actualizado 08 | 07 | 2020 07:00

Comunicación asertiva

Para conseguir la satisfacción laboral, resulta fundamental contar con unas buenas habilidades de comunicación. Entre ellas, una de las más importantes es conseguir una comunicación asertiva. Te explicamos en qué consiste y cómo desarrollarla.

¿En qué consiste la comunicación asertiva?

La asertividad consiste en la capacidad de expresar el propio punto de vista de un modo claro y respetuoso. Se trata de un equilibrio que evita caer en los dos extremos de la comunicación:

  • La comunicación pasiva es la que rehuye el conflicto, optando por no expresar malestares ni desacuerdos. Con ella, los problemas no se solucionan sino que quedan ocultos hasta que son imposibles de ignorar.
  • En el otro extremo, la comunicación agresiva es la que recurre a la ira o los reproches, generando conflicto en lugar de centrarse en la solución del problema.

Un estilo de comunicación asertivo hace posible expresar tus propias necesidades y maximiza las posibilidades de satisfacerlas con éxito, por lo que resulta clave a la hora de conseguir tus objetivos laborales y sentirte satisfecho con tu trabajo.

Consejos para desarrollar una comunicación asertiva

  • Analiza tus defectos y virtudes a la hora de comunicarte. El primer paso para mejorar es saber dónde fallamos, así que párate a reflexionar sobre tu estilo de comunicación en el entorno profesional. ¿Tiendes a evitar los problemas o, por el contrario, te dejas llevar por las emociones y hablas antes de pensar en lo que vas a decir?
  • Habla en primera persona. El gran truco de la comunicación asertiva está en expresar tus necesidades sin ofender a los demás. Para evitar que se sientan acusados por tus palabras, usa siempre la perspectiva del yo y habla en primera persona: “necesito o creo que…” en vez de “tú has hecho…”.
  • Envía mensajes claros. Los rodeos y los circunloquios no te ayudan a conseguir lo que quieres. Intenta comunicar tus deseos de la manera más directa y clara posible, sin caer en la mala educación.
  • Usa tu lenguaje no verbal como apoyo. No se trata solo de lo que dices, sino también de cómo lo dices. Las posturas, los gestos y sobre todo, el tono de voz también comunican, así que debes aprender a ser consciente de ellos.
  • Aprende a escuchar. No lo olvides: hablar es solo la mitad de la comunicación. Si quieres mejorar tus habilidades de comunicación, aprender a escuchar marcará una gran diferencia. Usa la escucha activa para que tu interlocutor se sienta comprendido y asegúrate de entender lo que ha querido decir y de adaptar tu mensaje en función de las circunstancias.
  • Practica las conversaciones clave. ¿Vas a pedirle un aumento de sueldo a tu jefe o a explicarle a tu compañero que su actitud te ha molestado? Si quieres salir airoso de las conversaciones más difíciles, un buen truco es practicarlas de antemano. Piensa en qué quieres decir y cómo vas a decirlo, grábate o incluso busca a un amigo que te ayude a ensayar.
  • Respira antes de hablar. No caigas en la trampa de dejarte llevar por las emociones. Si sientes que te estás acalorando, tómate unos momentos para respirar hondo y reflexionar sobre lo que vas a decir.
  • Aprende a decir “no”. Muchas veces decimos “sí” por miedo a resultar maleducados y acabamos encontrándonos en situaciones no deseadas. Si no quieres que el estrés acabe contigo, aprende a decir “no” a los proyectos que no te interesen.

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