Miquela Sousa, más conocida por el nombre de Lil Miquela, es una modelo, artista musical e influencer brasileña-estadounidense de 19 años con tres millones de seguidores en Instagram. Se asoció con empresas como Calvin Klein y Samsung y se rumorea que ganó 10 millones de dólares en 2020, una parte de los cuales proviene de asociaciones con marcas.
Ah, y está generada por ordenador. Lil Miquela es lo que se conoce como un «influencer virtual». Y ella no está sola. Pero, ¿qué son exactamente los influencers virtuales? ¿Cómo funcionan? A continuación, te explicamos lo que son, cómo funcionan y cómo benefician a las marcas.
¿Qué son los influencers virtuales?
Los influencers virtuales son personajes generados por ordenador que pueden ser parecidos a los humanos, con características, personalidades y características realistas. También hay influyentes virtuales que son de naturaleza más caricaturesca, y Barbie es quizás la más reconocible de ellas. Si bien aún no son populares, algunos están creciendo en popularidad, como Lu do Magalu y Lil Miquela, acumulando millones de seguidores en Instagram.
Los influencers virtuales también se conocen como avatares digitales, modelos CG o personajes digitales. Y, aunque no existen en el mundo físico, viven una vida muy plena en las redes sociales. Básicamente, hay un equipo de diseñadores, escritores y artistas que trabajan arduamente para crear un personaje digital que se ve, se mueve y habla como un ser humano.
Y ciertamente, se ven realistas. Si miras las imágenes de influencers virtuales durante más de 1,5 segundos, puedes notar que hay algo que no es exactamente humano en ellas: están demasiado quietas, demasiado perfectas. Pero son interesantes. Eso es lo que los hace tan impresionantes e intrigantes.
¿Cómo funcionan los influencers virtuales?
Los influencers virtuales son creados y gestionados por sus creadores. Los creadores son los que se esfuerzan por crear las historias de fondo, hacer crecer los seguidores en las plataformas de redes sociales y comercializar en general a los influencers virtuales. Sus creadores construyen estos influencers virtuales para satisfacer sus propias necesidades y especificaciones, desde cómo se ven hasta qué visten y cómo se comportan. Y, por supuesto, también gestionan las relaciones y colaboraciones.
Influencers virtuales: cómo benefician a las marcas
Los influencers virtuales se están volviendo cada vez más populares entre las marcas, y por una buena razón. Para empezar, suele ser mucho más fácil corregir errores cuando se trata de influencers virtuales en lugar de una persona real. Además, no hay pausas. Algunas marcas encuentran a los influencers virtuales tan atractivos que han creado sus propios personajes digitales, como Liv, una embajadora virtual de la marca Renault.
A medida que la tecnología continúe avanzando, estos influencers virtuales se volverán cada vez más realistas. Pero por ahora, el hecho de que los influencers virtuales claramente no sean humanos no parece molestar a marcas como Coach, Dior, Balenciaga, Prada o cualquiera de las otras marcas que ya han unido fuerzas con estrellas virtuales como Lil Miquela.
Influencers virtuales: Pros
Echemos un vistazo a las ventajas de usar influencers virtuales para el marketing de influencers:
- La producción es generalmente más fácil, ya que no es necesario contratar personas para el peinado y el maquillaje, alquilar un estudio o buscar ubicaciones.
- No hay necesidad de viajar, por lo que no hay vuelos ni gastos de viaje.
- No tendrás que lidiar con emociones o actitudes.
- Los influencers virtuales pueden estar en varios lugares al mismo tiempo.
- Los influencers virtuales son seguros y confiables, no hay sorpresas.
- Los influencers virtuales tienen casi el triple de participación que los influencers humanos.
- Están disponibles 24 horas al día, 7 días a la semana
Influencers virtuales: Contras
Ahora que hemos cubierto las ventajas de los influencers virtuales, también debemos profundizar en las desventajas.
- Pagar por un personaje digital en 3D impulsado por IA puede resultar caro.
- A medida que pase el tiempo, la novedad de los influencers virtuales desaparecerá y el interés en ellos probablemente disminuirá.
- Los influyentes virtuales plantean preocupaciones éticas, ya que no son realmente capaces de experimentar lo que están promocionando (el sabor de la comida, el tacto y la forma de la ropa o los productos para el cuidado de la piel).
- Puede haber un límite a la conexión emocional que los consumidores pueden establecer con los influencers virtuales.
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