Es posible reducir el tiempo de inactividad y hacer que tu vida sea más memorable simplemente encontrando algo diferente cada día.
Normalmente se suele decir y sentir que el tiempo se acelera a medida que se envejece. Esto es menos debido al fenómeno del tiempo y más un producto de cómo las personas interactúan con el mismo.
La juventud trae novedades, que son, naturalmente, más memorables que la vida adulta normal, en la que las personas se despiertan y van al trabajo de la misma manera que lo han hecho cientos de veces. Las jornadas de cada día parecen interminables. Hay poco que vale la pena recordar. Entonces el cerebro no lo recuerda.
Como escribió Alan Burdick en su libro Why Time Flies:
«Muy a menudo, cuando comentamos, ‘¿cómo ha pasado el tiempo, volando, rapidísimo?’, lo que realmente significa es algo así como ‘no recuerdo dónde o cómo ha pasado el tiempo'».
¿Por qué hoy es diferente de otros días?
Hacer una pregunta simple puede ayudar a cambiar esta percepción del tiempo y de tu actividad: ¿Por qué hoy es diferente de otros días? Si puedes responder esa pregunta, es más probable que recuerdes hoy, el día a día. Y, en definitiva, tener más recuerdos te hará sentir que tienes más tiempo.
Este vínculo entre los recuerdos y la percepción del tiempo está en una charla TED impartida por la profesora de psicología de la Universidad de Nueva York, Lila Davachi. En la misma señala que si piensas en cada evento que te sucede como unidad de memoria, «en un entorno con mucha variedad y cambio, estás formando muchas más unidades de memoria que en un entorno con muy pocos cambios. Son estas unidades, el número de estas unidades, las que determinan nuestras estimaciones de tiempo más adelante. Más unidades, más para recordar, y el tiempo se expande».
Es por eso que el primer día de vacaciones parece largo. Mucho es novedad y el cerebro no tiene idea de lo que necesitará saber en el futuro. Entonces lo recuerda todo.
La otra cara de esto también es verdad. Si viajas al trabajo de la misma manera durante 1.000 días, el cerebro comprime esto en la memoria en un solo viaje. Solo así, 1.000 horas se convierten en una hora. A ese ritmo, una vida de 800.000 horas se convertiría en 800 horas, el equivalente a cinco semanas.
Por supuesto que no siempre puedes hacer algo novedoso; no vas a viajar de 1.000 maneras diferentes en esas mañanas. Pero no todos los días tienen que ser iguales. Es por eso que es importante preguntar: «¿Por qué hoy es diferente de otros días?». La mayoría de los días, la mayoría de la gente no tiene respuesta. Y entonces esos días se olvidan.
La aventura de trabajo en la vida normal
Pero no todos viven así. Las personas que tenían la perspectiva más abundante sobre el tiempo, que se sentían presentes, relajadas y tenían el control, también tenían muchas probabilidades de haber hecho cosas interesantes en su día a día. Una mujer fue a clases de baile de salsa. Otro sujeto llevó a la familia a una película. Un gran concierto de banda apareció en otro registro. No todas las aventuras del lunes fueron elaboradas -puede ser una caminata familiar después de la cena-, pero en su mayor parte, estas personas habían creado las condiciones para crear recuerdos. Habiendo hecho recuerdos, sintieron que tenían más tiempo.
Una forma práctica de implementar esta lección en tu propia vida es crear una lista de aventuras que te gustaría tener durante el verano, como excursiones de un solo día con cada uno de tus familiares. También, tratar de poner mini aventuras en tus días: ir a un lugar diferente a la hora del almuerzo o jugar con los niños por la tarde.
Una parte clave de hacerse la pregunta es, ¿estoy notando que hice estas cosas diferentes? Nadie puede ganar más tiempo, pero formularse la pregunta correcta puede hacer que el tiempo te parezca más abundante.
