Aprendizaje continuo, inteligencia emocional, pensamiento crítico…

Habilidades necesarias para alcanzar el éxito en la era de la robótica

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Actualizado 24 | 03 | 2021 07:00

Habilidades blandas

El tejido empresarial de todo el globo se encuentra inmerso en un profundo proceso de transformación que, desde el inicio de la pandemia, está marcado por la omnipresencia tecnológica.

A pesar de que en España son muchas las empresas que se encuentran aún en fase intermedia dentro del proceso de digitalización, o lo que los expertos han llamado tercera revolución industrial, lo cierto es que la irrupción de los robots y de la inteligencia artificial han marcado el paso a una cuarta revolución industrial, que abre nuevos horizontes en la manera de trabajar.

Desde Execoach han analizado las principales habilidades que tanto las empresas como sus responsables deben tener para afrontar con éxito en la era de los robots:

  1. Aprendizaje continuo. Lo habitual hace unos años era desempeñar un mismo trabajo durante toda la vida laboral tras haber adquirido unos determinados conocimientos y habilidades. Sin embargo, en el mundo actual, la velocidad con la que cambia la sociedad y la forma de trabajar es vertiginosa y lo que aprendemos hoy puede quedar obsoleto en pocos años e incluso meses. Por ello, es fundamental adoptar la cultura del cambio y estar abiertos a un aprendizaje y formación continuos que eviten una desconexión con este entorno cambiante. Es necesario tener una actitud proactiva y no relajarse pensando que somos conocedores de todo lo que nos rodea.
  1. Inteligencia emocional. Este cambio constante hace que diariamente los trabajadores tengan que enfrentarse a un mundo volátil y convivir con la incertidumbre y la hiperconectividad. Esto puede provocar en ellos emociones negativas, como el estrés, la ansiedad o el miedo al cambio, que pueden suponer una barrera a la hora de afrontar los retos que supone la digitalización. La inteligencia emocional será clave a la hora de identificar, entender y manejar esas emociones correctamente, conectando con uno mismo y ampliando la conciencia de las propias capacidades y miedos. Esto permitirá al trabajador afrontar los cambios desde una posición realista y tomando mejores decisiones.
  1. Inteligencia social. Es una de las habilidades más importantes del mundo profesional. Complementando a la inteligencia emocional, es concebida como una inteligencia interpersonal, que facilita de una forma sana y eficiente la relación con los demás para conseguir su cooperación y alcanzar objetivos comunes. Permite desarrollar la capacidad de liderazgo e influencia y la empatía, lo que favorecerá el trabajo en equipo. Una compañía que apueste por la inteligencia social ayudará a crecer a sus trabajadores no solo a nivel profesional, sino también personal, en lugar de utilizar sus miedos en beneficio propio.
  1. La digitalización hace que todos estemos expuestos a una mayor cantidad de estímulos y a una vorágine de información de la que no somos del todo conscientes, que nos puede llegar a saturar, afectando a nuestro desempeño laboral. Esto puede llevar a un trabajador a perder el foco de lo que es importante. El objetivo debe ser siempre alcanzar un nivel de consumo saludable de tecnología, aplicando buenos hábitos y sacando el máximo provecho a las herramientas digitales.
  1. Pensamiento crítico. La tecnología ha provocado una generalización de la información, que hasta hace no mucho era competencia de los medios de comunicación. Ante el aluvión actual de información, es primordial aprender a desarrollar un pensamiento crítico que desemboca en una visión objetiva de estas informaciones, evitando dejarse llevar por las opiniones de determinados líderes de opinión que pueden provocar un pensamiento más rígido y menos tolerante. Para ello es recomendable hacer uso de diferentes fuentes de información y contrastar diversos puntos de vista.

Javier Carril, socio director de Execoach comenta: “El proceso de transformación digital de una empresa debe ir acompañado de una transformación cultural, y son las propias  empresas las que deben poner al alcance de sus empleados todas las herramientas necesarias que les permitan potenciar sus capacidades en este contexto que se abre ante nosotros”.

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