La situación actual está afectando al arrendamiento, de forma que podemos decir que las circunstancias han cambiado, pues ha ocurrido un hecho que era imprevisible, que altera extraordinariamente las circunstancias, al menos para una de las partes y que afecta al equilibrio de prestaciones entre ambas.
Aunque las circunstancias hayan cambiado la relación y obligaciones entre arrendador y arrendatario no cambian de manera automática.Debemos, pues, realizar una serie de acciones para recoger esas modificaciones y defender nuestros intereses. ¿Qué debemos conocer?
¿Qué puedo hacer si soy el arrendador?
Debo ser consciente de que el inquilino que tengo atraviesa dificultades y, o bien no puede abrir el negocio, o sus ventas han caído drásticamente. Es posible que no me pague. Es posible que los tribunales no me aporten una solución ni satisfactoria ni rápida.
Debo conocer las repercusiones fiscales de esta situación en cuanto a IVA e IRPF, ya que, aunque no me paguen debo declarar los ingresos como si los hubiera recibido.
Debo comprobar si la ley me considera un “gran tenedor”, y los derechos que dicha ley otorga al inquilino. Es probable que con un acuerdo o modificación del contrato razonable pueda obtener ventajas y ayudar a mi inquilino a que me pague y a evitar que cierre definitivamente, minimizando simultáneamente mi coste fiscal.
¿Qué puedo hacer si soy el arrendatario?
Mi negocio se ha visto alterado y voy a tener dificultades o me va a ser imposible pagar la renta. No debo permanecer pasivo ante esta situación. Debo intentar encontrar soluciones, debo hacer un plan.
Debo comunicarme con el arrendador haciéndole saber que esta situación imprevisible es grave y que puede impedirme pagarle la renta con normalidad, al menos durante un periodo de tiempo.
Debo averiguar si mi arrendador es “gran tenedor” y, conociendo las posibilidades de aplazamiento que me otorga la ley, intentar llegar a un acuerdo con él y plasmarlo en un documento, pues las palabras se las lleva el viento.
Tanto en el caso de ser arrendador como arrendatario es recomendable buscar asesoramiento especializado para tomar decisiones acertadas, como el que ofrece Negotia.
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