Tendencia en demanda laboral

Demanda de habilidades laborales para la próxima década

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Actualizado 30 | 05 | 2018 07:00

Habilidades laborales

El último informe de McKinsey Global Institute ha analizado la evolución de 25 habilidades centrales para el trabajo en la próxima década, entre otros países, también en España.

En resumen, así es como ven desde este Instituto la demanda laboral para el año 2030:

  • La demanda de habilidades técnicas, tanto digitales básicas como avanzadas, aumentará en un 55%.
  • La demanda de habilidades sociales y emocionales, como el liderazgo y la gestión de los demás, aumentará en un 24%.
  • La demanda de habilidades cognitivas básicas, que incluye la entrada y el procesamiento de datos básicos, disminuirá en un 15%.
  • La demanda de habilidades físicas y manuales, que incluirá la operatividad general, disminuirá en un 14%.

Eric Hazan, socio principal de McKinsey & Company en París, dijo en un comunicado que:

«La consigna de la nueva era será la adaptabilidad. Los trabajadores se emplearán en nuevas formas de ocupación, nuevas estructuras y nuevos enfoques, en un mundo laboral que cambiará rápidamente».

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Transiciones de la fuerza laboral en un tiempo de automatización

Revisando el trabajo que se puede automatizar hasta 2030 y el que se puede crear en el mismo período, McKinsey extrae lecciones de la historia y desarrolla diferentes escenarios para el futuro. Si bien es difícil predecir cómo funcionará, se espera que la transición tenga lugar, aunque una de las conclusiones es que los robots y la automatización tendrán que esperar algo más para sustituir algunas de estas habilidades humanas.

Los hallazgos clave son:

  • Las tecnologías de automatización, incluida la inteligencia artificial y la robótica, generarán beneficios significativos para los usuarios, las empresas y las economías, lo que elevará la productividad y el crecimiento económico. El grado de implementación de estas tecnologías dependerá del ritmo de su desarrollo y adopción, del crecimiento económico y de la demanda de trabajo. También creará nuevas ocupaciones que no existen en la actualidad.
  • Con la automatización veremos: aumento del crecimiento de la productividad por el progreso tecnológico; aumento de los ingresos y el consumo, especialmente en los países en desarrollo; aumento de la asistencia sanitaria para las sociedades que envejecen; inversión en infraestructuras y energía; otras tendencias.
  • Se podrían necesitar inversiones adicionales, como la construcción, beneficiosas por sí mismas, para reducir el riesgo de escasez de empleos en algunas economías avanzadas.
  • Incluso si hay trabajo suficiente para garantizar el empleo para 2030, habrá grandes transiciones que podrían igualar o incluso superar la escala de los cambios históricos de la agricultura y la manufactura.
  • La polarización de los ingresos podría continuar en los Estados Unidos y en otras economías líderes, donde la demanda de ocupaciones de altos salarios puede crecer de forma más persistente y las ocupaciones de salarios medios disminuyen, asumiendo que las estructuras salariales actuales persistan.
  • McKinsey contempla también el crecimiento de la inversión y la productividad, pero solo si la mayoría de los trabajadores desplazados encuentran trabajo en un año.
  • Estas tendencias no son universales: en China y otras economías emergentes, las ocupaciones de salarios medios, como los trabajos de servicios y construcción, probablemente verán el mayor crecimiento neto del empleo, impulsando a la clase media emergente.
  • Para lograr buenos resultados, los responsables de las políticas y los líderes empresariales deberán adoptar la automatización y los beneficios al mismo tiempo.
  • Garantizar un sólido crecimiento de la demanda y el dinamismo económico es una prioridad: la historia muestra que las economías no se están expandiendo.
  • La capacitación laboral será esencial, ya que se mejorará el dinamismo del mercado de trabajo y se potenciará el desplazamiento de los trabajadores.
  • Otra prioridad es la transición y el apoyo a los trabajadores en las corrientes opuestas de la automatización.

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