Según datos de Eurostat, el 64% de los desempleados españoles de entre 20 y 34 años se plantearía el mudarse al extranjero para conseguir un empleo. No es ningún secreto que los jóvenes de nuestro país cada vez optan más por emigrar para ganarse la vida.
Por eso, Babbel ha recopilado unos “tips” básicos para no ser un “bicho raro” en un nuevo trabajo en otro país y cómo integrarse en la cultura de los países donde más españoles emigran: Inglaterra, Alemania y Francia.
Inglaterra
Educación: son muy puntuales y mucho más en el trabajo, así que ¡ya sabes!; dan la mano, no dos besos, así que cuando conozcas a tus compañeros no te lances a besarlos porque te van a mirar con extrañeza; los modales son excesivos, siempre utiliza las expresiones como: por favor, gracias, un placer, encantado…
Carácter inglés: ya se sabe que los británicos no destacan por su carácter extrovertido, así que no es de extrañar que el primer día en una empresa en este país los compañeros no te den una calurosa bienvenida, ni te inviten a comer, o probablemente ni te darán conversación. Lo normal es que cuando llegue el nuevo, le muestren su sitio y continúen a lo suyo. Aprendizaje: los compañeros de trabajo en Inglaterra no son amigos desde el primer segundo pero tranquilidad, cuando os reunís en el pub la actitud cambia radicalmente.
Los apelativos: «Love», «darling», «sweetie»: palabras que para un hispanohablante serían muestra de proximidad y empatía, en Inglaterra significan poco o nada. Por eso, debemos ser cautelosos y elegir bien el momento en el que los utilizamos, por ejemplo, con un amigo o vecino con el que tenemos ya mucha confianza.
El feedback sobre los resultados en el trabajo: llega el día en que recibes el informe de los resultados de tu trabajo. Si te esperas que alguno de tus jefes se “moje” con un veredicto claro o una gran felicitación, seguramente te decepcionarás. La mayoría de tareas te hayan encargado estarán “correctas” y otras “menos correctas”. Pero ¿es un feedback positivo o negativo? Nunca lo sabrás.
Alemania
La vida personal se considera primordial para trabajar bien: De hecho, se promueve el teletrabajo y la flexibilidad horaria, por lo que echar horas en la empresa no está bien visto. Para ellos, lo más importante es la eficacia y la rentabilidad lo que es sinónimo de perfección.
Jamás se interrumpe a quien está hablando: ¿Brainstorming salvaje y discusiones apasionadas? ¿Diez personas que hablan interrumpiéndose unas a otras? Nada de todo esto se considera ni educado ni señal de verdadero interés. ¿La razón? Simplemente por la estructura de las frases. Cuando el verbo o la negación aparecen al final, como a menudo ocurre en este idioma, es necesario escuchar al interlocutor hasta el final para saber a dónde quiere llegar.
Desayunar (necesariamente en abundancia) en el trabajo: Con toda probabilidad, a menudo tus compañeros llegarán muy temprano al trabajo. Pero no estarán en su escritorio: los encontrarás concentrados en desmenuzar con gran calma la fruta que añadirán al muesli y al yogur o en rellenar panecillos con mantequilla, salami y pepino a las ocho de la mañana. Todo ello acompañado sin falta de un café con leche. Una costumbre que, antes o después, hasta el más “mediterráneo” empezará a poner en práctica.
Los horarios para comer: Si te da la sensación de que solo has pasado un par de horas en la oficina cuando tus compañeros empiezan a organizar cuando irán a comer no te sorprendas, los alemanes suelen ir a comer a la una. Pero también los hay que van a comer a las 12:30 o incluso a las 12:00. Eso sí, normalmente va compensado con la cena, ya que la cena en Alemania es, podríamos decir, a partir de la cinco de la tarde, aunque los jóvenes tienen más flexibilidad al respecto que los mayores e incluso algunos cenan a horario mediterráneo.
Francia
Saludarse: los franceses acostumbran a saludarse y despedirse con un apretón de manos, aunque entre los más allegados son comunes los besos. En las presentaciones informales se suelen dar tres besos, comenzando siempre por la mejilla izquierda.
La universidad como tarjeta de visita: Una de las primeras preguntas que se hacen a los recién llegados es de qué universidad proceden y qué carrera estudiaron. Un consejo: no te dejes intimidar y no te dejes tomar por la falsa modestia. Demostrar que has estudiado en una buena universidad es tu mejor tarjeta de visita.
Las pausas del almuerzo al café y el cigarrillo: Si se sale a almorzar, hay que calcular de una hora a una hora y media. De hecho, muy a menudo está previsto hacer una especie de “almuerzo de negocios” de dos platos. Además, se tiene que dejar de lado la timidez: hablar de las últimas noticias y de política está al orden del día. Por otro lado, el resto de la jornada laboral estará salpicado de descansos para un café y un cigarrillo, todo un problema para quienes no fuman o no toman café.
La huelga: un evento social: Si se hace huelga, la hace todo el mundo. No importa si se convoca en la propia empresa o por los sindicatos. Lo importante es participar, incluso durante el fin de semana. Uno se encuentra a muchos compañeros y por fin se siente parte del grupo.