Estamos enfocados en los conocimientos, cuando se necesitan mejorar habilidades

¿Conocimiento o habilidad?

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Actualizado 28 | 09 | 2018 07:00

Conocimiento versus Habilidad

La formación de los empleados suena como una buena inversión. ¿Quién no quiere un personal bien capacitado? Pero podría ser una pérdida de tiempo y dinero si no se hace de manera efectiva. 

El problema es que todos estamos enfocados en la adquisición de conocimientos. Cuando las personas en una organización necesitan mejorar en alguna habilidad, como delegar o hablar en público, decimos: ‘Lee este libro o toma esta clase’.

Resulta que esa no es una forma efectiva de aprender habilidades, ya que así olvidamos rápidamente. Después de seis días, las personas recuerdan alrededor del 15% de una conversación.

La mejor manera de aprender se reduce a reconocer la diferencia entre adquirir conocimiento y habilidades. Hay que preguntarse: ¿qué quiero: un nuevo conocimiento o una nueva habilidad?

La música nos puede servir como ejemplo: puedes leer mucho sobre música y su historia, pero eso no te convertirá en un concertista de piano. Esa es una habilidad que requiere práctica y cambios.

A través de la práctica

Cuando estás aprendiendo una habilidad, el entrenamiento tradicional no funciona.

Para aprender una habilidad, debes adoptar nuevos hábitos y rutinas, identificando los comportamientos que la componen. Por ejemplo, si quieres ser mejor en la habilidad de la delegación, necesitas dividir la idea en pequeños microconceptos.

En un estudio a 800 gerentes de todo el mundo, para identificar los comportamientos que distinguen el aprendizaje efectivo del no efectivo, en el caso de la delegación, el primer paso para tener éxito fue confirmar el interés de la otra parte.

Antes de que puedas comenzar a adoptar la delegación exitosa como un hábito, debes asociarla con una señal. Todos los hábitos implican el emparejamiento de una señal y un comportamiento: cuando la señal se presenta, respondes con el comportamiento. Los hábitos se forman de manera más efectiva combinando repetidamente la misma señal con el mismo comportamiento, a través de la práctica deliberada.

Emparejando una señal y un comportamiento, por ejemplo si lo practicas durante dos meses, el comportamiento comenzará a ser automático. Así es como construyes una habilidad. Se vuelve automática porque el cerebro ha creado un modelo mental. Al final del día, te estás entrenando para tener un cambio de comportamiento.

Para aprender o enseñar habilidades, identifica un comportamiento pequeño y asócialo con una señal. Realizando el ejercicio a diario, dará como resultado un cambio de comportamiento. Parece contradictorio, pero un pequeño cambio de comportamiento se convierte en un hábito.

Cuando nos sentimos abrumados es donde nos encontramos con problemas. Tiene que ser algo que no lleve mucho tiempo, por lo que es sostenible hacerlo a lo largo del tiempo. No puedes emplear 30 minutos del día, y ahí es cuando la gente comienza a postergar.

Habilidades conducen a más habilidades

La magia ocurre después de dos meses, cuando un comportamiento se convierte en un hábito, dicen los expertos. Verás una nueva habilidad que no existía antes. Un hábito se transforma en otras habilidades. Es un proceso psicológico natural.

Con nuevos hábitos, las personas a menudo cambian cómo se ven a sí mismas. Empiezan a verse como líderes, brindando entrenamiento, dando más retroalimentación, tutoría y motivación. Las cosas comienzan a ser naturales porque la persona ha cambiado la forma en que se ve a sí misma.

¿Qué hay del conocimiento?

Hay un lugar para la formación tradicional, y ese lugar está en la adquisición de conocimientos. Por ejemplo, necesitas saber cómo leer un balance general, información financiera, etc.

Es importante distinguirlos de la adquisición de habilidades, como la delegación, el compromiso de los empleados y la escucha activa. Estas requieren hábitos.

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