Un videoclip puede ser una adición efectiva a tu discurso, pero debes asegurarte de que sea relevante para tu audiencia.
Probablemente conozcas los beneficios de usar el vídeo en tu presentación; un poderoso clip puede fortalecer un argumento porque permite que la audiencia vea esa idea en acción. Pero, ¿cómo lo incorporas para que mejore tu presentación, en lugar de distraer a tus asistentes?
Hay formas de usar un video atractivo para aumentar tu credibilidad como orador/a. Si alguna vez te encuentras en esta situación, comienza con los siguientes pasos:
Mira el vídeo y toma nota de tu reacción
Cuando ves un vídeo, ves algo antiguo y nuevo simultáneamente (incluso si es uno que nunca has visto). Es probable que la mayoría haya visto cientos de videos, por lo que esa parte es «antigua», pero es posible que no hayan visto las nuevas imágenes o reales.
Piensa en lo que te sorprende antes de empezar a pensar en cómo incorporarlo en tu presentación.
Podrás capitalizar el vídeo para tu discurso cuando comprendas tu reacción. Identificarás su relevancia para tu presentación (y cuándo debes reproducir el clip), y también puedes predecir cómo reaccionará la audiencia.
Usa tu impresión inicial como punto de partida. Esto te permite presentarlo de la manera más auténtica posible.
Establece la expectativa
Alfred Hitchcock dijo una vez en una entrevista: “Para crear suspense, debes contarle todo a tu audiencia. Si tu audiencia no está anticipando cosas, no estás creando suspense. Estás creando sorpresa».
No es malo sorprender a una audiencia, pero es una estrategia arriesgada e incierta. Sin orientación, tus oyentes podrían no saber qué hacer con el vídeo.
Por supuesto, esto no significa que debas decirles cómo deben sentirse. Haz preguntas como: “¿Qué estáis esperando? ¿Qué estáis percibiendo? De esta manera, ellos saben qué buscar y no se olvidarán de ti mientras miran el vídeo. Tu discurso permanecerá a la vanguardia de su pensamiento.
Aclara a la audiencia la conexión entre el vídeo y tu punto de vista
Ahora que tu audiencia ha digerido el vídeo desde la perspectiva que introdujiste, debes ‘deletrear’ la conexión.
Es posible que estén fascinados por las imágenes, pero también es posible que no reconozcan de inmediato cómo se relaciona con lo que estás diciendo.
Reproduce el vídeo de nuevo al final
Al final de tu presentación, reproduce tu vídeo nuevamente. Nos gusta ver vídeos una y otra vez porque anhelamos lo familiar.
La primera vez, tu audiencia puede sentir el suspenso y, la segunda vez, el clip sirve como un poderoso recordatorio de tu mensaje.
Cuando recuerdan el final, es más probable que se involucren con tu mensaje mucho después de que termine tu conversación.
La elaboración (y el control) de tu propia narrativa puede hacer mucho para reforzar tu reputación como líder.
Incorporar vídeos puede ayudarte a contar esa historia. Solo recuerda guiar a tu audiencia. Obtendrán más de esto (y de tu discurso) de esa manera.
