La conciliación es una meta a la que aspiran muchos trabajadores que quieren desarrollar sus empleos sin dejar de atender y disfrutar de sus seres queridos cuidar a sus hijos.
Por ejemplo, la falta de tiempo de los padres que se pasan el día trabajando se combina con las absorbentes jornadas escolares de los niños con quienes comparten escasas horas.
Esta realidad provoca que padres y madres se sientan frustrados, tanto en el papel de padres como en el ámbito laboral, quedando incluso en un segundo plano la relación de pareja.
“¿Por qué cuesta tanto lograr una conciliación real, total y plena? Normalmente el problema reside en un fallo de expectativas, es decir, cada parte desconoce lo que tiene que hacer y qué quiere el otro y suponemos que la otra persona sí sabe cuáles son sus tareas y eso al final crea conflictos personales porque creemos que uno hace más que el otro, que uno trabaja menos y debería colaborar en muchas más tareas, etc.” explica Aritz Urresti, CEO de goalboxes.
La clave para solucionar este problema pasa por que cada persona tenga conjuntamente unas metas individuales pero dirigidas a un objetivo común y que sean compartidas y aceptadas por todos, tanto las profesionales como las personales. La mayoría de la gente no comparte metas. Pero resulta esencial compartir metas profesionales y personales, incluidas las tareas domésticas donde cada uno tenga claro qué funciones desempeña, por qué y cómo puede ser más productivo en ellas. Se deben repartir de una forma equitativa las tareas entre ambos miembros de la pareja para asumir al cincuenta por ciento las responsabilidades.
Esas metas se dividirían en pequeñas acciones consecutivas, a las que se les asignarán unos tiempos para ser realmente productivos porque, cuando uno es productivo en su casa y además va dirigido a unas metas que comparte con su pareja, se siente más realizado y la unión que hay entre la pareja y la productividad que se ejerce en ese bien conyugal, tanto profesional como personal, se dispara.
No solo los padres deben tener metas conjuntas, sino que también los hijos tienen que entender que es necesario trabajar unas metas en el ámbito familiar.
Y eso es lo que hace que una familia esté motivada y realmente unida para poder conseguir todos los resultados que quiera en su vida.
Pero la conciliación no afecta solo a la parte familiar y profesional, también a la personal: significa poder tener tiempo para dedicárselo a uno mismo, a cuidar la salud, hacer ejercicio, poder reunirse con los amigos. En definitiva, no tener que renunciar al tiempo de ocio.
Pautas a tener en cuenta
Teniendo en cuenta todo lo anterior, para lograr la conciliación plena y real en el ámbito profesional, personal y familiar, hay que tener en cuenta y llevar a cabo las siguientes 6 pautas:
- Establecer un “sueño” común, el “para qué” de marcar metas y esforzarse. Conocer el premio, para persistir, no desmotivarse y sobre todo para saber priorizar o elegir qué hacer en cada momento para conseguir el objetivo familiar.
- Marcar metas muy pequeñas y definidas de lo que tiene que hacer cada uno tanto fuera como dentro de casa. Hay que establecer de manera clara las funciones que va a desarrollar cada miembro familiar y asumir de manera equitativa las responsabilidades domésticas.
- Compartir y poner en común esas metas. Todas las partes implicadas deben conocerlas y respetarlas.
- Establecer pequeñas acciones consecutivas para lograr cada meta en un tiempo determinado. Elaborar un calendario de tareas para seguir un orden. Dedicar los días de entre semana a las tareas y asuntos que requieran más atención.
- Medir los resultados. Conviene analizar si se están cumpliendo los tiempos y quehaceres fijados para comprobar si es efectivo o si por el contrario hay que tomar medidas y llevar a cabo acciones de mejora.
- Establecer medidas de mejora y nuevas acciones. Si no se ejecuta correctamente el calendario fijado, tendremos que revisarlo y subsanar los errores que hayamos cometido estableciendo nuevas acciones que nos faciliten la conjunción de tareas.
Debemos analizar cuál es la situación actual de acuerdo con nuestros horarios de trabajo y los recursos que tenemos para poder hacer el mejor uso posible de ellos. La conciliación real comienza por ser realista y tener las expectativas ajustadas a la situación personal y necesidades de cada miembro de la familia.