El objetivo del presente informe, elaborado por el equipo de análisis del Observatorio Sectorial DBK de INFORMA, es determinar la previsión del impacto que la crisis Covid-19 puede tener en 2020 en los distintos sectores de actividad de la economía española.
En total se han analizado más de 500 actividades, utilizando para su identificación la Clasificación Nacional de Actividades Económicas (CNAE), las cuales se han agrupado en 31 grandes sectores.
Cada uno de los sectores y las actividades se han clasificado en tres grupos, en función del impacto previsto de la mencionada crisis sanitaria en su actividad durante el presente ejercicio:
- Impacto fuerte
- Impacto significativo
- Impacto moderado
Las conclusiones se han obtenido a partir de un análisis cualitativo de los diferentes acontecimientos macroeconómicos y sectoriales que se han ido produciendo en los días previos a la publicación del informe, así como de la información generada por el Observatorio Sectorial DBK en sus distintos programas de estudios, principalmente en su servicio online Business Rating.
Cabe destacar que la elevada incertidumbre respecto a la evolución futura de la crisis y, por tanto, la gran dificultad para realizar previsiones en el contexto actual, hacen que las conclusiones del informe deban ser consideradas con cautela.
Principales conclusiones
- Turismo, comercio al por menor no alimentario, automoción y componentes, textil/confección, bienes de consumo duradero y actividades de ocio y culturales son los sectores que se verán afectados en mayor medida por la crisis Covid-19.
- Otros sectores que evolucionaban positivamente sufrirán un cambio en la tendencia alcista de su actividad, destacando por su elevado peso en el PIB los de construcción y materiales, y actividades inmobiliarias.
- En algunas industrias las consecuencias serán positivas a muy corto plazo, si bien el fuerte deterioro de la economía también penalizará previsiblemente su actividad en los próximos meses.
En seis grandes sectores la crisis del coronavirus (Covid-19) tendrá un fuerte impacto negativo en su actividad a corto plazo.
Las actividades asociadas al turismo, que habían mostrado una positiva evolución en años anteriores, se han visto especialmente penalizadas durante el mes de marzo de 2020, tras la fuerte contracción de la demanda, la cancelación de numerosos trayectos programados en las ramas de transporte de viajeros y el cierre temporal decretado en este mes para algunos tipos de establecimientos.
Transporte aéreo y sus actividades anexas, hoteles y alojamientos similares, bares y restaurantes, alquiler de automóviles, agencias de viajes y tour operadores, y organización de ferias y convenciones son algunas de las actividades más relevantes que conforman este sector.
Se prevé que en las próximas semanas se prolongue el parón de la actividad, alcanzando la temporada de Semana Santa. El impacto de estas tendencias en el conjunto de la economía española será muy significativo, teniendo en cuenta la participación del turismo en el Producto Interior Bruto, la cual, tras haber aumentado en los últimos ejercicios, supera en la actualidad el 12%.
El sector de comercio al por menor de productos no alimentarios sufrirá la crisis en un doble sentido. Por un lado, su actividad quedó en gran medida suspendida con la aprobación del Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el Covid-19. Por otro, el deterioro previsto de la coyuntura económica y el aumento del desempleo, y su incidencia en la renta disponible de las familias, permiten anticipar un desfavorable comportamiento de las ventas del sector en los próximos meses.
En el mismo sentido se estima que evolucionará la actividad en sectores proveedores de bienes de consumo duradero, como muebles, electrodomésticos o productos electrónicos, así como en otros de consumo inmediato, como textil/confección o calzado.
El impacto de la crisis sobre la cadena de suministro es una amenaza adicional para estos sectores, destacando también en este sentido la industria de la automoción y sus componentes. Esta última está sufriendo con especial intensidad el déficit de materias primas procedentes de mercados exteriores, originando la parada temporal de plantas productivas y anticipando una caída de la producción en el conjunto del año. La atonía de la demanda, por su parte, agravará previsiblemente la tendencia descendente de las ventas, las cuales ya en el período enero-febrero de 2020 contabilizaron un descenso en España cercano al 8%.
La suspensión de la apertura al público recogida en el mencionado Real Decreto 463/2020 de otros espacios como museos, bibliotecas y monumentos, así como de locales en los que se desarrollan espectáculos públicos, tendrá también un fuerte impacto negativo a corto plazo en la actividad del sector de otras actividades de ocio y culturales.
Un segundo grupo está compuesto por una quincena de sectores, en los cuales se estima que la crisis provocada por el coronavirus tendrá asimismo un impacto significativo en su actividad, aunque en general menor que en los anteriores y de intensidad variable según el sector.
Los sectores de construcción, materiales de construcción y actividades inmobiliarias sufrirán previsiblemente en 2020 un cambio en la tendencia alcista que su actividad venía mostrando desde 2015. De esta forma, cabe esperar una caída de la demanda en los diferentes segmentos del mercado inmobiliario, que tendrá su reflejo en la actividad de construcción residencial y no residencial, previéndose además una incidencia negativa en la ingeniería civil. El inicio del año 2020 mostró ya signos de debilitamiento de la actividad, con descensos, por ejemplo, en el consumo de cemento y en las transacciones de viviendas, tendencias que se agudizarán en el segundo trimestre del año.
El sector financiero, por su parte, se enfrentará al doble impacto de disminución significativa del negocio en su actividad crediticia y previsible aumento de las tasas de morosidad. Reducción de ingresos y mayor presión sobre los precios se prevén también en otros grandes sectores de servicios, como en los de servicios a empresas, edición y medios, educación privada y transporte de mercancías y logística, si bien en este último el impacto en los primeros días de la crisis parece haber sido algo menor.
En cuanto al sector energético, se prevé una disminución significativa de la demanda de electricidad, asociada al parón de la actividad empresarial, así como del consumo de derivados del petróleo. En este último sector cabe subrayar también el efecto del desplome de los precios.
Las ramas de química industrial, metalurgia y productos metálicos, productos eléctricos y electrónicos, maquinaria y equipos, así como las industrias extractivas son otras incluidas en este grupo. Cabe señalar también al sector de bebidas, cuyas ventas, tanto de bebidas alcohólicas (bebidas destiladas, cerveza, vino) como de no alcohólicas (bebidas refrescantes, agua envasada) se están viendo muy afectadas por el cierre de establecimientos de hostería y restauración.
En un tercer grupo se han incluido los sectores en los que se estima un menor impacto negativo de la crisis Covid-19 en su actividad.
En algunos de ellos, como en la distribución alimentaria, impulsada por la caída del consumo fuera del hogar, y en determinados productos de consumo (productos de higiene personal y algunos productos de limpieza, por ejemplo) se observa una mejora de su actividad, aunque el notable repunte esperado del desempleo en España y, en consecuencia, el deterioro de la renta familiar permiten prever un comportamiento menos favorable del negocio en los próximos meses.
La industria alimentaria y el sector primario también se encuentran en este grupo de incidencia más moderada. No obstante, algunos segmentos, en particular fabricantes y distribuidores de productos con una alta orientación al canal de hostelería y restauración, se verán en mayor medida afectados.
Los servicios urbanos, la gestión de residuos, las actividades de alquiler y la fabricación de envases, actividades menos expuestas al ciclo económico, son otras consideradas en este tercer grupo de impacto moderado. En el sector de envases cabe señalar la positiva incidencia que, en el segmento de envases de cartón, está teniendo el notable ascenso del comercio electrónico, reforzándose la marcada tendencia alcista que esta actividad viene registrando en los últimos años.
Por último, el sector de farmasalud, en el que se incluyen servicios sanitarios y fabricación y comercialización de productos farmacéuticos, puede verse favorecido también por la crisis sanitaria desde el punto de vista de volumen de negocio, de la misma forma que las compañías de servicios de telecomunicaciones, en este caso debido al fuerte aumento del tráfico de datos motivado por el aislamiento y el trabajo en remoto.