Al tratar de resolver un problema, pequeño o grande, muchas personas tienden a apresurarse a encontrar una solución para poner en marcha un proceso o simplemente para sacarlo de su mente y poder concentrarse en otras cosas.
Sin embargo, este método tiene el potencial de crear consecuencias negativas, especialmente si se tomó la decisión equivocada o no se consideraron todas las variables.
Para ayudar a prevenir esta situación, es fundamental ralentizar el proceso de resolución de problemas. A continuación, te ofrecemos algunos consejos y te explicamos por qué es tan importante pensar en los problemas de principio a fin, especialmente como líder empresarial.
- Considera tus objetivos. Cuando intentas resolver un problema, es importante dar un paso atrás y considerar tus objetivos. Asegúrate de entender lo que estás tratando de lograr antes de buscar posibles soluciones. Una vez que conozcas los objetivos, puedes ver las posibles soluciones y, con suerte, podrás descartar aquellas que no se alinean. Un conjunto más pequeño de soluciones basadas en el cumplimiento de tus objetivos debería permitirte tomar mejores decisiones. Además, recuerda escuchar y pedir ayuda cuando sea necesario.
- Pregunta “Por qué”. Preguntar «por qué» repetidamente antes de decidirte por una respuesta es una forma poderosa de evitar sacar conclusiones precipitadas o implementar soluciones débiles. Ya sea que preguntes cinco veces, tres o hasta 11 veces, eventualmente llegarás a la raíz del problema, ya que cada pregunta te lleva a una comprensión más profunda del problema real.
- Reconoce tu miedo o ansiedad. Ante un problema, a menudo tu reacción inicial se basa en el miedo. En cambio, haz una pausa. Cuando dejas de intentar apresurarte a dar una respuesta, tu miedo y ansiedad se revelan. Reconoce esas preocupaciones, pero date tiempo para volver a un estado mental más lógico. Te ayudará a tomar una decisión más clara.
- Date suficiente tiempo. Puede parecer obvio, pero para evitar apresurarte a sacar conclusiones, necesitas darte la cantidad adecuada de tiempo para pensar. Esto no es solo una cuestión de abordar todas las diversas soluciones posibles, sino que también necesitas el tiempo literal. Al tomarte uno o dos días, permitirás que tu subconsciente entre en acción. Podrás meditar sobre el problema, pensar mucho en él, luego esperar uno o dos días y las soluciones comenzarán a llegar la próxima vez que te sientes a pensar sobre el tema. Necesitas darle a tu cerebro (tanto consciente como inconscientemente) el tiempo para reflexionar sobre el problema.
- Escríbelo. Para evitar apresurarte a encontrar una solución, expón tus opciones en papel. Es útil anotar los problemas y las posibles soluciones para organizar las mejores posibilidades y luego elegir la correcta. Es importante utilizar cualquier método que funcione para ti para resolver problemas dentro de tu empresa porque nunca dejarán de surgir.
- Busca otras opiniones. Obtén información de otros ojos y oídos antes de tomar una decisión. Siempre es una buena idea comunicarte con un mentor, tu socio comercial o un empleado experimentado para obtener sus conocimientos. De esta forma, podrás obtener una perspectiva objetiva y evitar tomar una decisión de la que luego te puedas arrepentir.
- Piensa en el impacto. Considera el impacto. ¿El impacto de tu decisión será grande o pequeño? ¿Qué alcance tendrá? No todos los problemas requieren horas, días o semanas de contemplación, pero debes considerar el impacto para determinar cuánto tiempo dedicar a encontrar la solución óptima. Para problemas con soluciones que podrían tener impactos grandes, de largo alcance y a largo plazo, es importante considerar a todas las partes interesadas que se verán afectadas. Haz una lista de los pros y los contras de cada solución potencial y cómo cada una afectará a las distintas partes interesadas. Este es también el momento de buscar oportunidades de mejora a largo plazo basadas en tu solución. Considera las opciones y elige la que generará el mejor impacto general para tu negocio.
- Considera el problema como un todo. La mejor manera de evitar apresurarte a encontrar una solución es dar un paso atrás y pensar en el problema como un todo. Cuando adoptas este enfoque, te obliga a mirar el problema desde diferentes perspectivas y abordar todas sus complejidades. Esto es importante porque si te apresuras a encontrar una solución, es más probable que pases por alto aspectos importantes del problema, lo que puede generar más problemas en el futuro.
- Mira si es reversible. Antes de solucionar un problema, mira si es una solución reversible o irreversible. Si la solución tiene un impacto irreversible y puede dañar potencialmente el negocio a largo plazo, entonces debes tomarte un tiempo para pensar en ello y analizar los posibles resultados y consecuencias. Si se trata de una decisión reversible que tiene un impacto bajo en el negocio, entonces es más fácil tomar la decisión de resolver el problema de inmediato. Si surgen problemas más adelante, podrás dedicar más tiempo a encontrar una mejor solución. Esto es muy importante porque puedes disminuir el estrés involucrado en el proceso de toma de decisiones y te ayuda a evitar tomar medidas que puedan dañar tu negocio.
- Elimina las distracciones. Para evitar apresurarte a buscar soluciones y elegir la incorrecta, es importante eliminar las distracciones. Esto te ayudará a concentrarte mejor en el problema en cuestión para que puedas ver el problema con claridad y determinar fácilmente el siguiente paso sin sentirte presionado.
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