Una de las principales características del notariado español, es que los aproximadamente 2.800 notarios que somos, cubrimos toda la geografía española. Dicha distribución depende de la demarcación de las notarías a cargo del Ministerio de Justicia.
Los notarios no podemos abrir una notaría dónde nos dé la gana, sino que debemos concursar como funcionarios públicos que somos, a las plazas demarcadas. Y ¿cuáles son los criterios para esa demarcación? Pues básicamente, el de efectiva prestación del servicio notarial. De lo que se trata, es de que cualquier español tenga “a mano” una notaría cercana.
Os pongo un ejemplo. Desde dónde yo os escribo, Galicia, cualquier ciudadano, por muy recóndito que sea el lugar donde vive, tiene a menos de treinta minutos en autobús una notaría a su disposición.
Por tanto, en España hay notarías en las grandes capitales, en poblaciones de tamaño medio, y en pequeños municipios. Y me preguntareis: ¿ hay diferencias entre ellas? ¿Es distinto ser notario de Madrid, qué de una notaría de un pueblo de dos mil habitantes? Pues bien, a nivel reglamentario, hay clasificación de notarías de primera, segunda y de tercera clase, en función de población o capitalidad de provincia. Pero eso, es una cuestión interna, a efectos del orden de escalafón que tenemos los notarios, y que no afecta al valor de nuestra función. En román paladino: es tan notario, un notario de Madrid, como yo, que soy notario de un pueblo, Rianxo, de unos once mil habitantes. Por tanto, todos los notarios ejercemos la misma función y podemos realizar los mismos actos. Y eso es así, porque tenemos la condición de notarios por el mismo cauce (acceso a través de libe oposición). Y salvo para cuestiones puntuales, el ciudadano puede elegir libremente a qué notario acudir.
Distinto es que, el día a día, las cuestiones jurídicas o el ritmo de trabajo de un notario en una ciudad, puedan ser diferentes a las de un notario en un pueblo.
(De todas maneras, si algún día llego a ejercer en una ciudad, me comprometo a hacer un nuevo post explicando, si las hay, las diferencias).
Este post fue publicado en La Voz de Galicia
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