Durante los últimos años se ha observado cómo el consumo de vídeos online y bajo demanda se ha disparado. De hecho, se trata del tipo de contenido con mayor número de visualizaciones y más compartido en redes sociales -generan un 21% más de interacción en redes que las imágenes-.
Un tipo de contenido que se ha visto beneficiado por la popularización de los smartphones, la penetración en el mercado de tecnologías como la Realidad Virtual, y la mejora de las conexiones.
De hecho, no solo han evolucionado los dispositivos, indica la entidad, sino también cómo los utilizamos y el tipo de vídeos que consumimos. En este nuevo contexto la interactividad se ha convertido en un concepto clave; tanto, que ha superado el ámbito del entretenimiento y el comercio. Porque los vídeos interactivos no solo enganchan a los clientes, sino que favorecen el aprendizaje de alumnos y empleados.
Vídeos interactivos, aprendizaje divertido
Estamos hablando de un aprendizaje activo, motivador y que permite evaluar al usuario y adaptar la enseñanza a sus necesidades. No es de extrañar entonces que sean cada vez más las grandes empresas y centros educativos que estén incluyéndolos entre sus recursos y planes de formación. Pero, ¿por qué motiva? Principalmente porque se trata de un contenido que se percibe como un juego.
Y es que la gamificación mejora en hasta un 80% la tasa de recuerdo (frente a una lección verbal tradicional), favorece la atención -la solemos perder a los 8 segundos- y obliga a tener una actitud proactiva. En el caso de los vídeos interactivos, se trata de un mensaje multisensorial en el que se presentan estímulos auditivos y visuales, y en el que se prima el autocontrol y autogestión.
Asimismo, permite que el visionado se detenga en imágenes simples, infografías, otros vídeos complementarios, etcétera. Por no hablar de que la personalización puede ir más allá. Por ejemplo, introducir cameos con los propios empleados de un call center como actores en un vídeo formativo constituye un potente método para engancharles. Lo mismo ocurre si se hace con personajes de ficción y en clave de humor. Precisamente por esto, hasta 9 de cada 10 de los sujetos encuestados aseguró que prefería aprender de esta manera.
Gracias a todo esto el alumno es más consciente de lo que sabe y se incrementa la competitividad (sobre todo si las respuestas se sincronizan con las del resto de personas de la formación y le permiten ver en qué nivel se encuentra respecto del resto). También permite evitar fraudes a la hora de realizar determinadas pruebas, pues se le puede identificar por sus patrones de respuesta habituales, por ejemplo.
Más allá del aprendizaje
Pero más allá del aprendizaje, el contenido interactivo resulta tremendamente útil en el ámbito del marketing, pues no solo invita a la audiencia a interactuar, sino que permite a la marca enseñarle lo que ofrece y crea un vínculo mayor. Asimismo, le brinda la oportunidad de situar al cliente o potencial cliente en una situación real. En cualquier caso y de nuevo, su mayor valor es que logra generar un compromiso con ese “participante” y, por tanto, una implicación. Algo que finalmente se traduce en una mayor lealtad hacia la compañía.
En cifras y según las maneja la productora 2cilindros.com, también favorece la conversión, y es una eficaz herramienta para optimizar las ventas y mejorar la experiencia del cliente en general. Para que nos hagamos una idea, el CTR de una campaña de YouTube ronda el 2%, mientras que el CTR de un vídeo interactivo puede alcanzar el 12%. Otra de sus ventajas es que permite capturar datos de estos usuarios para entender sus necesidades. Las calculadoras, las encuestas e incluso los vídeos que incluyen un botón click to chat son un buen ejemplo. Eso sí, también influye dónde se visualizan. Los vistos a través del móvil resultan un 12% más eficaces.
Por desgracia, los vídeos interactivos continúan siendo la asignatura pendiente del marketing español y de las empresas de nuestro país en general. Sí, porque solo 3 de cada 10 empresas apuestan por él. Curiosamente, hasta el 91% de los encuestados a quien se pasó un anuncio de este tipo afirmó que aprendió más sobre el producto, y el 93% aseguró que su percepción de la marca había cambiado: ahora la veía como más innovadora.
El futuro ya está aquí
Para acabar, hay que mencionar que el desarrollo de nuevas tecnologías y el abaratamiento de algunas de la recientemente implantadas no harán más que beneficiar este sector. Es el caso de la progresiva implantación de las redes 5G. Algo similar ocurre con la producción virtualizada y la implantación de inteligencias artificiales. Gracias a ellas es posible meter al espectador dentro de una interactividad 360, y recabar los datos de sus respuestas para crear una experiencia única y personalizada -y, por lo tanto, más interesante para él-.
El software de reconocimiento facial también juega a su favor, de hecho incluso podría aplicarse a terapias y tests de corte psicológico, en entrevistas de trabajo para detectar si un candidato miente en una respuesta ante el ordenador, etcétera.