La competencia puede ser una forma de motivación extrínseca o intrínseca.
Ya sea interna o externa, la competitividad puede aumentar la motivación, mejorar la productividad y el rendimiento, así como proporcionar responsabilidad y validación.
Según los estudios y opinión de los expertos, así es cómo puedes usar la competencia para mejorar el rendimiento de tu equipo.
El efecto rival
Simplemente estar involucrado en una competición puede no ser suficiente para aumentar tu productividad y motivación y lo que necesitas es un rival.
En 2016, un estudio con arqueros profesionales demostró los beneficios de tener un rival presente en un deporte competitivo. Los arqueros cuyo principal rival estuvo presente en el evento obtuvieron puntuaciones significativamente más altas que cuando su principal competidor no estaba presente. El hecho de que los arqueros estuvieran en una competencia no fue lo que les hizo rendir mejor, sino el hecho de que alguien que percibían como similar a ellos también estaba compitiendo.
En un entorno laboral, los jefes y/o gerentes que colocan a los empleados que son similares en habilidades y talentos en una competencia entre sí pueden experimentar este mismo impulso en la motivación y el rendimiento. Cuando vemos que alguien como nosotros puede completar una tarea y obtener el reconocimiento que buscamos, subimos nuestra apuesta para lograr estos resultados por nosotros mismos.
Las pequeñas competiciones son más motivadoras
Si deseas obtener el mayor beneficio de una competición, los equipos pequeños pueden ser la mejor opción.
Un estudio realizado en 2009 muestra que la competición es más motivadora cuando hay menos jugadores. Los investigadores les pidieron a los estudiantes que compitieran con un cuestionario corto y les dijeron que el 20% que lo completase más rápido y con mayor precisión recibiría un premio en metálico. A un grupo se le dijo que estaban compitiendo contra otros 10 estudiantes, mientras que al otro grupo se les dijo que estaban compitiendo con otros 100 estudiantes. ¿El resultado? Los participantes en el grupo más pequeño completaron la prueba más rápido que los participantes en el grupo grande.
Cuando la competencia es más pequeña, sentimos que nuestras posibilidades de salir airosos son mayores, por lo que estamos más motivados para esforzarnos más.
Activando los centros de recompensa del cerebro
Ganar una competición activa los centros de recompensa en tu cerebro y produce una oleada de dopamina (la hormona del bienestar) en el hipotálamo, el centro de placer del cerebro. Una vez que lo experimentas, te sientes motivado/a a experimentarlo una y otra vez.
Todo esto funciona a la perfección para aquellos que suelen ganar, pero las personas que han fracasado en situaciones anteriores tienen más probabilidades de intentar evitar la competencia.
Los centros de recompensa del cerebro pueden activarse simplemente haciendo una tarea difícil. La estimulación y el aprendizaje son útiles para el crecimiento del cerebro y la adaptación general.
Para aquellos que no disfrutan de la competencia, los desafíos pueden ser una excelente manera de experimentar los mismos efectos estimulantes del cerebro en un entorno competitivo, sin todas las emociones negativas que pueden surgir de la competencia.
Mantener competiciones amistosas
Si bien la competencia puede ser una excelente manera de aumentar la motivación y la productividad, en algún entorno laboral puede tener los efectos negativos de socavar la cohesión del equipo y fomentar sentimientos negativos entre los compañeros de trabajo.
Pero eso no significa que no pueda haber una competencia amistosa.
Puedes obtener las mismas ventajas y recompensas (incluida la activación de los centros de recompensa del cerebro) mediante la introducción de competiciones amistosas no relacionadas con el trabajo, como una comida compartida con el voto anónimo al mejor plato.
Estas competiciones alegres o desenfadadas y no relacionadas con el desempeño en el trabajo son una excelente manera de inyectar algún elemento de la competencia en el lugar de trabajo, evitando al mismo tiempo cualquier resentimiento generado entre compañeros de trabajo o competidores.