Estas frases pueden parecer inofensivas, pero los entrevistadores dicen que pueden atravesar algunas líneas rojas.
Para la mayoría de los empleadores, decir «tacos» y llegar tarde son motivo de descalificación instantánea en una entrevista. Pero también hay formas más sutiles de pisar una línea roja en la mente de un responsable de recursos humanos. Algunas frases comunes que crees que podrían ser inofensivas o incluso útiles pueden, de hecho, hacer que los empleadores se pregunten si eres realmente la persona adecuada para el trabajo.
Si quieres impresionar a tu entrevistador, asegúrate de evitar las siguientes seis frases. Si bien puedes tener las mejores intenciones, no quieres que la persona con la que te estás entrevistando tenga una impresión equivocada.
«No podía aguantar en mi última empresa»
Es posible que hayas trabajado en una empresa realmente mala, pero quejarte o hablar mal de ella no te hará ganar puntos con un entrevistador.
Cuando se te pregunta acerca de un ex jefe o colegas, nunca los menosprecies. Hacerlo hará surgir preguntas sobre si es así como te verá el entrevistador si, en algún momento, no te sales con la tuya.
Después de todo, si hablas de tu empresa actual, ¿quién puede decir que no harás lo mismo en esta otra empresa? En lugar de hablar sobre lo que no te gusta de tu anterior empleo, habla acerca de lo entusiasmado/a que te sientes con respecto a la compañía con la que te estás entrevistando, ya sea que se trate de la cultura, la misión o el trabajo lo que te entusiasma.
«Haré lo que sea»
Esta afirmación podría hacer pensar que ofrecerte para enfrentar cualquier desafío que la compañía pueda lanzarte sería algo bueno pero, más bien, hace que parezcas un poco desesperado/a. Recuerda, las entrevistas no son solo para mostrar que deseas el trabajo, sino también para demostrar que eres la persona adecuada para el trabajo. En otras palabras, no solo debes estar dispuesto a hacer algo: debes ser conocedor y apasionado/a de lo que haces.
«Me automotivo fácilmente y soy rápido en las habilidades de liderazgo»
En teoría, se trata de cosas buenas, pero arrojar un montón de palabras de moda como estas sin ninguna evidencia que las respalde suena a hueco.
Más bien indica una falta de autenticidad y confianza. Si quieres usar esto, tendrás que abordarlo con ejemplos específicos de resolución de problemas, colaboración, manejo de conflictos, etc. Exprésalo y explícalo en lugar de solo nombrarlo.
Por ejemplo, si deseas presumir de tus habilidades de liderazgo, proporciona tantos detalles como puedas sobre lo que hiciste, cómo lo hiciste y por qué marcaste la diferencia.
«No, no sé cómo hacer eso»
Las probabilidades son que no estarás familiarizado con todas las tareas de un trabajo determinado. Y está bien, la mayoría de las veces, los reclutadores y los responsables de contratación no esperan que lo sepas todo, especialmente si estás en un nivel primerizo. Pero hay una manera correcta y una incorrecta de expresar que no sabes cómo hacer algo. Decir «no» a toda máquina hace que parezca que no solo no estás completamente ducho, sino que también no estás dispuesto a aprender.
En cambio, por ejemplo, si te preguntan si has trabajado con un software con el que no tienes experiencia, debes hablar sobre el software similar del que sí tienes conocimiento y cómo se relaciona con el software en cuestión.
También puedes dar un ejemplo de una vez que aprendiste una herramienta o tecnología diferente, para dejar claro que podrás ponerse al día rápidamente.
«Entonces, ¿qué hace exactamente esta empresa?»
Cuando un entrevistador pregunta si tienes alguna pregunta para ellos, es una oportunidad para que demuestres qué bien informado estás, no la oportunidad de hacer preguntas que podrías haber resuelto fácilmente con solo unos pocos minutos de investigación.
Esta pregunta es un claro indicio de que no hiciste ninguna tarea sobre la empresa o sus productos. En cambio, usa preguntas como una forma de demostrar que hiciste algunos de estos deberes.
Por ejemplo, puedes hacer una investigación sobre la empresa y descubrir que se dirigen principalmente a pequeñas y medianas empresas (PYMES).
«Quiero un trabajo que pague tanto»
El salario y los beneficios son importantes y, a menudo, juegan un papel importante en decidir si aceptas la oferta de una empresa o no. Pero sacar a la luz los detalles del salario o beneficios que deseas de manera espontánea y al principio del proceso de la entrevista es un poco presuntuoso.
Debes dar la impresión de que eres flexible en la compensación económica, en lugar de hacer demandas. Si llegas a las rondas finales de la selección, te informarán de lo que se pagará el trabajo.
Por el contrario, pueden preguntarte cuáles son tus expectativas salariales. En ese caso, no des una cifra numérica de lo que realmente te mereces. Comienza con estimaciones salariales personalizadas basadas en el puesto de tu trabajo anterior, ubicación, años de experiencia y más.
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