El trabajo de los líderes consiste en crear culturas de trabajo solidarias y empáticas. Pero también hay muchos empleados que pueden hacerlo.
Por lo general, se considera que la cultura laboral es dominio exclusivo de los líderes para dar forma, mejorar y proteger el espacio de trabajo, para construir organizaciones más equitativas, empáticas y centradas en el bienestar.
Otros lugares de trabajo, por supuesto, tienen sus problemas, incluyendo que la administración no esté totalmente a la altura de la tarea de mejorar las cosas.
Con esto en mente, aquí hay cinco formas en que cada empleado puede ayudar a crear un efecto dominó positivo entre sus propios compañeros de trabajo, independientemente de lo que la administración esté o no haciendo.
Añadir un acto amabilidad a tu tarea diaria
Convertir una intención amable en un pequeño objetivo diario prioriza su importancia, preparando tu cerebro para buscar una oportunidad de cumplirlo.
Escuchar más atentamente
Se trata de crear un entorno donde las personas puedan ser vistas, apreciadas y valoradas por lo que realmente son. Es genial si los líderes hacen esto, pero cualquiera puede hacerlo, y la escucha atenta es una técnica útil. Es simple: durante las conversaciones con compañeros de trabajo, presta mucha atención a lo que se te están diciendo, deja de planear mentalmente tu respuesta y mantén los ojos en el hablante y en sus señales no verbales. Se necesita algo de práctica para mejorar un comportamiento que haces en gran medida sin pensar, pero con la mayor frecuencia y con la mayor cantidad de gente posible puedes, en tus próximas interacciones, crear un lugar de trabajo más amable y más solidario.
Elegir las reacciones que puedes controlar
El clima también es una variable en constante cambio en el trabajo que tu equipo realiza todos los días. Realmente puede afectar a nuestro desempeño, causando retrasos, molestando a nuestros clientes y creando todo tipo de presiones para que funcionen en circunstancias menos ideales. Sin embargo, el clima está más allá de nuestro control e influencia.
Lo que está bajo nuestro control, sin embargo, es cómo interactuamos el uno con el otro. Y así vamos trabajando duro para crear un entorno y facultar a los empleados para que sepan que incluso en una tormenta severa, se espera que todos seamos amables y positivos con los demás. Esto asegura que nuestra energía se centre en donde se necesita: trabajando a través de nuestros planes de contingencia y realmente estar allí para apoyarse unos a otros.
Esa es una dinámica que los líderes pueden y deben alentar de arriba a abajo. Pero no pueden hacerlo solos y los empleados pueden decidir la amabilidad que tienen en cada interacción.
Franqueza
Amabilidad significa tratar a tus compañeros con confianza y respeto a través de la franqueza directa y abierta, que a veces puede ser incómoda.
Crear esa cultura basada en la franqueza constructiva en torno a temas difíciles permite, además, contar con el apoyo y el tiempo para abordar los asuntos.
Hacer equipo
Puedes impulsar la colegialidad y el compromiso entre tus compañeros de trabajo como un miembro más del equipo, incluso si la gerencia no parece interesada en hacerlo. Mantener la moral alta es especialmente crucial en las organizaciones que experimentan un crecimiento o cambio masivo, y es algo en lo que todos pueden contribuir.
Cuando reúnes a personas con una amplia gama de intereses, conjuntos de habilidades y antecedentes, creas una base para un ambiente amigable y acogedor donde la amabilidad triunfa sobre los egos, pero solo si también estás creando oportunidades para que los equipos se conozcan entre sí y descubran qué tienen en común.
Son excelentes maneras de construir una cultura de trabajo feliz y comprensiva desde cero, pero solo funcionan cuando las personas se unen voluntariamente y se involucran.
