La palabra motivación significa un motivo para la acción. Ese impulso consiste en unos objetivos bien definidos y en unos grandes «para qués» que se traduzcan en una motivación poderosa, esto es, en nuestros sueños que son deseos sinceros.
La mayor parte del tejido empresarial en España está formado por Pymes y Micropymes -empresas que cuentan con menos de 250 empleados- y autónomos. Son la ‘espina dorsal’ de la economía. Y no es para menos.
Un autónomo o Pyme, como cualquier otra empresa, necesita priorizar y gestionar su tiempo para ser más productiva y competitiva en esta era digital. La estructura y/o composición de las Pymes todavía exige un sacrificio personal muy elevado, el gerente y el dueño de la empresa suele ser la misma persona o está todavía muy implicado en el día a día y muchas veces se ve desbordado e imposibilitado para parar y reflexionar sobre cómo invertir la situación.
Aritz Urresti, CEO de goalboxes, experto en Productividad, conferenciante y creador de El Método de Las Cajitas, nos propone píldoras de cambio a través de consejos, pasos, pautas y claves para lograr el equilibrio entre la faceta profesional y la personal para lograr la tan deseada calidad de vida. En su libro Las Cajitas del Éxito presenta su método exclusivo y patentado para lograr ese equilibrio priorizando tareas y gestionando el tiempo.
El capital humano en las pymes es primordial, pero suele estar sobrecargado de tareas, tareas que no saben que en un 90% son tareas que no reportan beneficios directos a la cuenta de resultados por lo que les impiden salir de un bucle pernicioso que acaba menoscabando la calidad de vida de las personas y por tanto su motivación y compromiso con la empresa.
En este escenario, los empresarios y autónomos son personas con sueños que luchan cada día por salir adelante y cumplir sus objetivos. Y para ello necesitan grandes dosis de motivación, ese motor que les impulsa a conseguir lo que se propongan. ¿Qué necesita un empresario para triunfar? La financiación, los conocimientos, y la dedicación no lo son todo. Necesitan motivos con fuerza suficiente y las acciones adecuadas para llevar adelante su cometido, su negocio, proyecto o trabajo. La motivación es la que nos mueve y la que nos pone en marcha. Nada se puede hacer sin esa inyección, ni con la mejor de las voluntades.
La palabra motivación significa un motivo para la acción. Ese impulso consiste en unos objetivos bien definidos y en unos grandes «para qués» que se traduzcan en una motivación poderosa, esto es, en nuestros sueños que son deseos sinceros.
Alcanzar la esencia de lo que mueve a la acción exige ser muy concretos: saber quién quiero ser y qué quiero hacer, para qué lo quiero, cómo sabré que he conseguido mi objetivo o cuándo espero lograrlo, son algunos de los interrogantes que debemos plantearnos antes de ponernos en marcha. Sin motivación personal no hay motivación profesional y cualquier éxito estará vacío de nosotros.
7 claves para que Pymes y autónomos encuentren la motivación diaria
- Reflexiona sobre tus para qués: ¿Sabes cuáles son tus verdaderos para qué? ¿Los que tienes te producen un deseo sincero para hacer todo lo posible para conseguirlos?
- Coherencia y Equilibro: Evalúa tu rueda de la vida que está compuesta por seis áreas vitales: salud, profesión, familia, formación, ética y social. ¿Realmente está en equilibrio?, ¿Dedicas el tiempo suficiente a todas las áreas? ¿Priorizas siempre el trabajo y la faceta profesional? ¿Las áreas a las que le dedicas más tiempo hacen que te sientas mejor, más motivado? ¿Cuántas de las tareas diarias van dirigidas a mantener el equilibrio en tu rueda de la vida?
- Planifica al menos una acción diaria por cada una de tus áreas de la vida
- Examina tus tareas diarias del ámbito profesional y personal e identifica cuántas y cuáles te dirigen a tus para qué y cuales puedes delegar en compañeros de trabajo o personas de tu confianza.
- Cuestiónate si las tareas que realizas son metas u objetivos y divídelas en Cajitas (pequeñas acciones consecutivas dirigidas a una meta) para poderlas agendar, llevarlas a cabo o ejecutarlas y pasar a la acción real.
- Desarrolla hábitos para conseguir realizar las tareas agendadas y adopta una actitud proactiva que te ayudará a pasar a la acción.
- Haz un balance al final del día para poder medir los resultados y saber si has realizado esas acciones que dan equilibrio y echan gasolina al motor de la motivación y en caso contrario analiza por qué y establece acciones de mejora.